Fue el año en que Paul McCartney volvió a cantar en el Centenario. El año en que Jaime Roos batió un récord de 10 shows agotados en el Auditorio Nacional del Sodre y saldó aquel periplo más hamacado que un tren que inició en 2020. El año en que “El Sol de México” trajo su megaexitosa gira de regreso a los escenarios y el que Lenny Kravitz tuvo a 20 mil personas coreando el estribillo de “Let the Love Rule” como si fuera un mantra.

Por eso, va este ranking con los 10 (y más) recitales más inolvidables —por el impacto, por el valor, por la huella— que vio, en 2024, el equipo de El País. El orden es cronológico.

Hubo un momento, mientras sonaba “Ahora te puedes marchar” y las luces de colores teñían a una multitud saltarina, al tiempo que gigantes pelotas negras que salían del escenario rebotaban sobre la gente, en que el Estadio Centenario se pareció mucho a una glamorosa fiesta en la playa, a la altura de aquel Acapulco que marcó la vida de Luis Miguel. Es una de las postales más frescas de aquella noche del 16 de marzo, cuando el Sol de México volvió a cantar en Uruguay tras 25 años y, sin decir una palabra, entregó un recital impecable, que dimensionó la magnitud de su figura y estrellato. Un público caliente fue el terreno sobre el que Luis Miguel pudo desplegar su repertorio y el poderío de su voz, una galantería tan eficaz como imposible. B. F.

Nicolas Pereyra/Archivo El Pais

Junto con el festejo de los 50 años del Club de Anita, Voces de Oro y Platino fue una fiesta clave para la música tropical uruguaya. El 21 de marzo, Miguel Ángel Muniz, Marihel Barboza, Raúl Testa y Miguel Villalba celebraron se reencontraron en el Teatro de Verano para celebrar el legado de Conjunto Casino y ofrecieron un show para la memoria. Villalba, que había estado alejado de los escenarios por cuestiones de salud, se llevó una ovación tan abrumadora tras cantar “Silencio” que no pudo aguantar el llanto y tuvo que abrazarse con sus compañeros. Bajo la infalible dirección de Oscar Gómez, la orquesta repasó clásicos como “Collé collé”, “Azquita Pa’l Café”, “Samaritanas del amor”, “Niégalo” y “San Zarabanda”, y tuvo a Rolando Paz, Francis Andreu y “Zurdo” Bessio como invitados para transformar al Teatro de Verano en un baile masivo. R. G.

En mayo, Jaime Roos pudo pasarle raya a aquella cuenta que había dejado abierta en 2020, cuando la pandemia le arruinó los planes de hacer su regreso en el Auditorio. Luego vinieron los Estadios, Punta del Este, Atlántida, tres ciudades argentinas, Colonia y finalmente, a casi cuatro años de lo previsto, La Banda Completa irrumpió en el Sodre para hacer lo que nunca ningún artista había hecho: 10 funciones agotadas y casi al hilo en una de las salas más bonitas de la ciudad. En ese marco elegante y cercano, Jaime fue aplanador. Ya sin el factor sorpresa o el golpe emotivo de sus pasajes por la Tribuna Olímpica en 2021 y 2022, los Sodre le permitieron al público poner el foco en otra cosa: en las canciones, en los arreglos, en el nivel de ejecución, en cada una de las decisiones musicales y hasta en frases, gestos y sutilezas que no pasaron desapercibidas. Fue una clase magistral multiplicada por 10, y si al final así lo fuera, la más digna de las retiradas. B. F.

Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

“En el escenario me convierto en la persona que siempre quisiera ser”, le dijo el brasileño a El País antes del potente concierto que ofreció el 16 de julio en el Auditorio Nacional del Sodre. A los 82 años, ofreció uno de esos espectáculos capaces de trasladar al espectador a un mundo paralelo, uno en el que el tiempo no existe. Si no, ¿cómo se puede explicar que Matogrosso, vestido de un traje dorado, se mueva con semejante energía por el escenario y hasta salte por casi dos horas? Salió con la contundente “Bloco Na Rua”, se paseó por la delicadeza de “Como 2 e 2” y con esa voz tan potente y andrógina, terminó cantando “Sangue latino” de su grupo Secos & Molhados, mientras la sala repleta lo aplaudía de pie. Matogrosso, sonriente y emocionado, agradeció con el pecho en lo alto y los brazos abiertos. Fue una postal poderosa. R. G.

Fue una reunión cumbre en el Teatro Solís. El 13 y 14 de setiembre, Hugo Fattoruso y Fernando Cabrera, dos de los compositores más importantes de la música uruguaya, presentaron dos fechas agotadas de un concierto antológico. Hicieron dialogar sus repertorios de una forma tan eficaz que parecieron co-composiciones y lograron momentos hechizantes en “La casa de al lado”, “Candombe en tres”, “El tiempo está después” y “Alas blancas”. Había cámaras y micrófonos en la sala, así que ojalá se edite próximamente en disco. Semejante encuentro lo merece. R. G.

Foto: Mauricio Rodríguez

Con el tiempo, lo que se queda es exclusivamente emocional: tras años de confinamiento, de angustia, de crisis mundiales y asuntos personales, haber tenido a Paul McCartney de vuelta en Montevideo y haber estado ahí, mano a mano con sus canciones, de alguna forma se sintió como una recompensa. Ante un Estadio Centenario lleno, el beatle abrió la pata latinoamericana de su gira en suelo uruguayo y encima convirtió a esta en la primera tierra que, en vivo, fue testigo de “Now and Then”, la canción final de los Beatles que se había lanzado en noviembre de 2023. A sus 82 años, McCartney vino con las manos llenas de regalos: trajo la entrega, el compromiso, la ternura, la diversión, la historia, las promesas, los recuerdos, y sobre todo la música como un tesoro (y también como una salvación). B. F.

Nicolas Pereyra/Archivo El Pais

Dos recitales retrospectivos y de alto vuelo musical en el Antel Arena. El 31 de octubre, Calamaro presentó Agenda 1999, el show celebra los 25 años de Honestidad Brutal y ofreció el equilibrio justo entre las canciones para corear a todo volumen y las joyas para escuchar con atención. Reimaginó las melodías de clásicos como “Cuando te conocí” y “Te quiero igual”, se animó a unos cuantos guiños musicales —de “Walking on the Moon” de The Police a “Adagio en mi país” de Zitarrosa— y luego de la euforia que desató el final de “Los chicos” escribió en Instagram que había sido su “mejor recital de siempre estas orillas”. Y no exageró. R. G.

Foto: Federica Martínez.

Más adelante, el 19 y 20 de diciembre, Fito cerró en Montevideo su gira Páez 4030, dedicada a los aniversarios redondos de Del ‘63 y Circo Beat. Fue el espectáculo perfecto para los fanáticos: no solo tocó ambos álbumes en orden, sino que 21 de las 24 de las canciones no se escuchaban hace años en vivo. Lo mejor se repertorio entre “Un rosarino en Budapest” y su “Cantaré, cantaré, esa es mi única arma”, y la algarabía de “Soy un hippie”, con los 10 músicos de la banda cantando a capella y en fila frases como Todos los conciertos son un acto de maldad”. Fue un show magnético. R. G.

Foto: Ignacio Sánchez.

Es una de las mayores estrellas de rock en actividad, y sin embargo, su llegada a Uruguay tuvo algo de revelación, como si cualquier cosa que pudiéramos inferir de años y años escuchando su música, sus canciones portentosas, sus riffs atrapantes, se hiciera diminuto ante la experiencia de verlo en vivo. El 1 de diciembre en el Estadio Centenario, pasó lo que pocas veces pasa con el público uruguayo: sonaron tres acordes de “Are You Gonna Go My Way?”, los graves del bajo rebotaron directamente en el pecho de la gente, y como si un mago hubiera lanzado algún hechizo al tiempo que agitaba su varita sobre la multitud, todo el mundo se paró en simultáneo y se quedó así, bailando, vibrando, sacudiéndose, hasta que se cerró el mantra largo de “Let Love Rule”. En el medio, Lenny Kravitz fue demasiado bueno para ser cierto, un estallido de energía cuyas esquirlas todavía se pueden sentir. B. F.

Foto: Ignacio Sánchez / El País

Su lugar entre los acontecimientos ineludibles no necesariamente lo dan las canciones, que ya se encargaron de convertir a Emilia en la artista más escuchada en 2024 por los uruguayos en Spotify, pero sí lo dan el nivel de espectáculo y fundamentalmente el impacto. A saber: Emilia anunció en diciembre de 2023 que se presentaría en el Antel Arena en mayo; agotó en horas y agregó segunda función. Los recitales se pospusieron por problemas de salud y su audiencia, hecha en su mayoría de niñas y jovencitas, aguantó como pudo hasta diciembre de 2024, cuando en el Antel se sintió que las paredes podían estallar ante tanto grito agudo. La popstar de Nogoyá hizo una formidable performance de canto, baile, pose y carisma, repartiéndose entre dos escenarios para confirmarse como una nueva diva pop del Río de la Plata. Otra que vino a reafirmar su conquista local fue María Becerra, que en la Rambla convocó a 20.000 personas (Yamandú Orsi a seis días de haber resultado presidente electo, incluido). B. F.

Foto: @javifotoman.

Tres espectáculos de las tres bandas más grandes de la música uruguaya. El 17 y 18 de mayo, La Vela Puerca debutó en el Antel Arena con una fiesta llena de invitados y clásicos de su primera época. Ruben Rada irrumpió en escena para cantar “El viejo”, Chacho Ramos sorprendió con “Zafar” y Santullo escupió un fraseo rabioso en “La sin razón”. El final, con Sebastián Teysera solo con su guitarra y todo un Antel Arena gritando el estribillo de “José Sabía” (“Cuando todo parece jodido es cuando hay que poner”), fue el cierre ideal.

Foto: Mauricio Rodríguez / Gentileza La Vela Puerca.

En ese mismo lugar, pero el 2 y 3 de noviembre,El Cuarteto de Nos celebró el final de la gira Lámina Once con un espectáculo que atrajo a un público mayoritariamente joven. A 40 años de su primer disco, el grupo liderado por Roberto Musso logró que el público coreara las intrincadas canciones de su nuevo disco con el mismo compromiso que “el hijo de Hernández” y “Buen día Benito”. Son pocos los que logran tal triunfo.

Otro cierre de gira fue el de No Te Va Gustar, que el 14 de diciembre clausuró, frente a 30 mil personas, el festejo de sus 30 años con un show monumental de 45 canciones, invitados estelares —Fattoruso, Rada y Teysera son apenas tres de la lista que incluyó a exintegrantes— y un completo repaso por uno de los repertorios más exitosos de la escena local. R. G.

Foto: Difusión

El año empezó a lo grande, cuando el 20 de enero el Centro y la Ciudad Vieja fueron sede del festejo de los 300 años de Montevideo con un megafestival de 12 horas y cinco escenarios que convocó a 250 mil personas. Rada, Karibe con K, Hereford, Buitres, Larbanois & Carrero y Fernando Cabrera fueron algunos de los nombres destacados de la fiesta.

Más adelante, el 20 y 21 de abril, el Cosquín Rock Uruguay presentó su mejor edición en la Rural del Prado. Llegaron leyendas argentinas como La Mona Jiménez, Ratones Paranoicos y Los Auténticos Decadentes, junto a figuras de la nueva generación como Zoe Gotusso, YSY A y Gauchito Club.

Leonardo Maine/Archivo El Pais

Luego, el 27 y 28 de julio, el festival Lágrima Ríos celebró a la cultura afro con dos jornadas en el Antel Arena de la que participaron artistas locales como Balta, Sofía Alvez, Julieta Rada, La Nueva Escuela y el brasileño Emicida.

En setiembre, Buena Vibra llevó a Nafta, Él Mató a un Policía Motorizado y Barbi Recanati a la carpa de Sitio, mientras que en noviembre America Rockstars volvió a la Rambla del Club de Golf para traer a Mau & Ricky, La Joaqui, Luck Ra y Airbag.

La oferta musical de este año también presentó una serie de exitosas experiencias alternativas que merecen su destaque. Es el caso deOlga y las Bandas Eternas, organizado por el canal de streaming comandado por Migue Granados, que agotó el Antel Arena con un show del que solo se sabía que iba a haber invitados sorpresa. Además de los segmentos humorísticos que definen a Soñé que volaba —el programa insignia del canal—, hubo grandes invitados: Conociendo Rusia, Agarrate Catalina, Ruben Rada, Facundo Balta y Benjamín Amadeo.

Foto: Pablo Chimuris / Gentileza Olga

Algo similar sucedió en abril en Sala del Museo con Fiesta ¡FA!, una extensión del popular ciclo que el argentino Mex Urtizberea conduce en YouTube. La incógnita era total, y al final estuvieron como invitados Ciro Martínez, Lula Bertoldi, Goyo Degano, Hugo Fattoruso, El Plan de la Mariposa y hasta Sebastián Almada.

Otra gran experiencia musical de este año es Montevideo Sonoro, el recorrido que invita a redescubrir la capital a través de canciones y relatos. Está a cargo de Carlos Dopico, Sebastián Casafúa y Daniel Machín y ya recorrió barrios como Ciudad Vieja, Parque Rodó y Barrio Sur. Por otra parte, hay que destacar la Rueda de Candombe del bar Santa Catalina, que durante varios lunes reunió centenares de personas en Ciudad Vieja.