ENTREVISTA

!Cantar en un escenario es el momento más crudo y honesto para un artista. No hay celular intermediando; es un encuentro muy sagrado”, le dice Lu Ferreira a El País. Y todo aquel que la haya escuchado en alguno de sus recitales solistas o de su etapa con La Tabaré, o incluso haya visto sus videos para el ciclo PardelionMusic.tv, puede confirmarlo. Cada vez que se acerca al micrófono, uno siente que está desnudando su alma.

Pasa del susurro a la rabia, sabe cuándo es necesario masticar cada palabra y hasta parece que va desvanecerse cuando se sumerge en una letra profunda y llena de emociones. Sus recitales son una montaña rusa de emociones y es difícil salir ileso de ese viaje tan crudo y personal. Ahora que vuelve a los escenarios, todo eso cobra un nuevo significado. “Es una prioridad lograr ese encuentro para conectar con la sensibilidad, el amor, el disfrute y la emoción”.

Y aquellos que asistan al recital que ofrecerá a las 21.00 en La Trastienda serán testigos de ese “encuentro sagrado”. Las entradas están a la venta en Abitab y los precios van de 885 a 985 pesos. “Voy a mostrarme de la manera más genuina y honesta sin ruidos mentales que me estorben mientras estoy cantando”, promete. “Cuando eso pasa, las cosas fluyen y el encuentro se vuelve una fiesta”.

Ferreira, que está preparando su primer disco solista, presentará el repertorio que viene construyendo desde algunos años e interpretará algunos clásicos rioplatenses que ya forman parte de su personalidad musical. Y todo de la mano de músicos de primera línea como Manuel Contrera, Juan Manuel Silva, Rodrigo Calzada y Mateo Ottonello. Será una noche especial.

La lista incluirá “Ofrenda” y “El amor sabe andar”, los dos adelantos de su debut solista. “Estoy trabajando en mi primer disco con mucha paciencia porque los tiempos lo requieren”, comenta. “Lo bueno es que cada canción te mete en un universo distinto y algunas tiene 10 años, algunas siete y otras menos. Entonces, me conectan con la emoción de ese entonces y con cómo surgió la composición”.

 “El amor sabe andar”, que se volvió una especie de hit cuando la grabó en 2015 para el ciclo de Pardelion y que acumula un millón de reproducciones en YouTube. En su versión grabada en estudio, la canción adquiere una nueva vestimenta. Atrás quedó el formato de tres guitarras acústicas y cajón peruano, para que Ferreira bucee en tiempos irregulares que le permiten sacarle el máximo provecho a los matices y a silencios que enriquecen su interpretación.

El cello, la flauta traversa y el hi-hat inquieto de batería le brindan nueva vida a la historia. “Lo que escribí a los 20 años desde un lugar inocente y transitando los vínculos de pareja desde un lugar dramático, ahora se convirtió en algo bailable”.

En el caso de “Ofrenda”, que compuso el año pasado en homenaje a su abuela, también hay espacio para el amor, pero está vez abordado desde la libertad. “Lo que a todos nos inquieta es el amor de la manera que sea. Todos tenemos miedo a no ser amados, entonces mis letras hablan de eso; pero no solo un amor de pareja, es algo más universal. Es un derecho de todos”.

Sobre este abordaje en su composición, dice: “Reivindico al amor, que es algo que trasciende al humano, es algo que pertenece a la vida. Y no le canto al derecho a que te amen, sino al derecho a amar. Así es como funciona y así es como uno recibe amor”.

Hoy, Ferreira le volverá a cantar al derecho a amar con un recital marcado por la emoción del reencuentro.