ENTREVISTA
Antes de los shows que ofrecerá este viernes y sábado en el Antel Arena, el argentino dialogó con El País. "Es hermoso volver a los lugares donde soy feliz, y Uruguay siempre me hace muy bien", dice.

"Pasamos por tanta incertidumbre, que volver a cantar y hacer un concierto de manera presencial es fantástico”, le comenta Luciano Pereyra a El País. Luego de más de un año y medio sin subir a un escenario, en las últimas semanas ofreció 12 shows en el Luna Park de Buenos Aires, uno en el Movistar Arena de Santiago de Chile y ahora se prepara para dos noches en el Antel Arena.
“Tanto el Luna Park como el Antel Arena pasaron a ser centros de vacunación durante la pandemia, y el hecho de que hoy vuelvan a recibir música y que nos den la posibilidad de reencontrarnos es una bendición”, asegura.
Antes de los shows que hoy y mañana presentará en Montevideo (entradas en Tickantel), Pereyra dialogó con El País.
—Hace dos semanas ofreciste 12 funciones en el Luna Park y esta noche vas a dar inicio a dos presentaciones en el Antel Arena. ¿Qué representa este reencuentro con el público después de tanto tiempo?
—No lo puedo creer. Por momentos, se veía tan lejano esto de volver a los conciertos de manera presencial después de este año y medio de pausa. Para mí es una bendición cantar en un Luna Park, así que imaginate lo que significa poder hacer 12. Todas las noches llegué a mi casa muy conmovido porque cada función tuvo una energía de sensaciones y de historias distintas del público. Siento que ahora todo tiene olorcito a nuevo y lo disfruto mucho. No encuentro las palabras exactas para definir la sensación que tengo porque me quedo corto si hablo de alegría y emoción. Es una bendición volver a cantar y a cantarnos.
—¿Las funciones en el Luna Park te permitieron revalorizar tu relación con el público? Varios te siguen desde 1998, cuando publicaste tu debut, e incluso hay jóvenes que se criaron con tu música y ahora te van a ver con sus padres. No es fácil lograrlo tras 23 años de carrera.
—Sí, y esas funciones me permitieron mirar todo con más detenimiento y disfrutarlo aún más. Siempre dije que Dios y la vida han sido muy generosos conmigo por todo lo que me ha tocado vivir. Pero también me doy el espacio para seguir trabajando porque no creo en la suerte; sí creo en el esfuerzo y en el sacrificio. Yo he visto a mis padres trabajar toda su vida para levantar su casa. Cuando mi papá llegaba de su trabajo como pintor de casas, mi mamá lo esperaba con el cemento listo y él se ponía a pegar ladrillo por ladrillo para levantar su casa. Mientras hacían todo eso, nos criaron a mi hermano y a mí, así que aprendí la importancia del amor y la dedicación. Me hace sentir muy feliz llegar al final del día cansado, pero sabiendo que di todo de mí por mi pasión por la música. Al margen está el cariño del público. Siempre digo que una tristeza compartida es la mitad de la tristeza, pero una alegría compartida es el doble de alegre. Y cuando hay tanta gente en un show, imaginate por cuánto se multiplica.
—¿Has pensado la razón por la que el público se identifica tanto con tus canciones?
—A que no pienso las canciones, las siento (se ríe). Me parece que la cosa va más por lo que te dicta más el corazón que la razón. Mi papá me dio la pasión por la música, porque él cantaba y me decía que tenía que sentir la música, pero mi mamá me dio la razón. “Si vos querés la pasión, alimentala estudiando”, me decía. Por eso tuve un profesor de guitarra y de piano, porque la música no solo se trata de cantar y que salga lindo. Es verdad que el amor es lo principal, pero de ahí en más hay que perfeccionarse con trabajo y sacrificio. Volviendo a tu pregunta sobre las canciones, no las pienso (risas). Me resulta mucho más fácil cantar mi historia que contarla.
—¿Hay alguna canción que te represente especialmente y que narre una historia que no supiste poner en palabras?
—Sí, fueron varias. Pero la que más nos entrelaza hoy y que me hace llorar en cada concierto es “Tu mano”. Es una canción que me ha dado la posibilidad de conocer otras historias, algunas muy parecidas y otras muy distintas a la mía, pero todas con un sentido en común. Además, me ha permitido que Tik-Tok haga una campaña solidaria para ayudar a que los chicos estudien. A su vez, “Tus manos” logró que, cada vez que es mi cumpleaños, los clubes de fans no junten dinero para hacerme un regalo, sino que lo hacen para donarlo a diferentes lugares. La letra encierra un montón de cosas que nos emocionan en estos momentos duros que nos toca vivir, pero, al fin y al cabo, nos recuerda que siempre vamos a tener a alguien que nos de una mano y, a la vez, nos hace ver que nosotros también tenemos dos manos para estrechar a quien más lo necesita.
—Hoy y mañana te vas a presentar en el Antel Arena. ¿Qué esperás del reencuentro con el público uruguayo?
—Tengo mucha ansiedad porque Uruguay es como ese pariente que no ves muy seguido, pero que cuando lo ves el abrazo es verdadero y fraterno. Después de tantos años y con esto de volver al ruedo, ahora armo la valija con más ganas porque pienso que falta menos para volver a encontrarnos. Es hermoso volver a los lugares donde soy feliz, y Uruguay siempre me hace muy bien. Además de tener amigos entrañables, la historia de mi vida y de mi música están ligadas en gran parte a Uruguay porque fue el primer país que me dio lugar desde mi primer disco. Diferentes escenarios me han cobijado en estos años, al igual que varios de mis descansos. Es una sensación fabulosa volver y ya cierro los ojos y veo a lo lejos del camino la tranquera de Uruguay y pienso que estoy a punto de volver a ver a mi hermosa familia.