ENTREVISTA

Desde el principio, todo estuvo bastante claro. El sonido general, el primer corte (“Algo fugaz”), el último (“Te tengo al lado”) y lo que se quería contar. Todo, salvo el nombre: para bautizar a su primer disco, Luis Angelero necesitaba tiempo, distancia.

Quería darle “una escucha ajena”, dice a El País el músico, que al final encontró una palabra que unía ideas y canciones.

“Es como una sensación que tengo... Yo me siento un poco lejos de todo el mundo y creo que al resto le pasa lo mismo”, confiesa con una risa nerviosa. Lejos, su primer disco solista, fue gestado antes de la pandemia, compartido a cuentagotas a lo largo de 2020 y finalmente estrenado en julio de 2021. Lo presentará en vivo el 5 de noviembre, en la Sala Hugo Balzo del Auditorio del Sodre; entradas en venta próximamente.

Conocido por sus años como guitarrista de la banda Boomerang, y cada vez más por sus interesantes trabajos como productor, acá Angelero se afirma como compositor (un oficio que también desarrollaba en Boomerang) y sobre todo, como cantante. La solvencia y la personalidad con la que atiende en todos los rubros posicionan a Lejos como uno de los trabajos pop más destacados del año a nivel nacional.

Angelero dice que su disco es “minimalista” y que la sobrecarga no está en la música, en el exceso de instrumentación o de arreglos, sino en los climas. Dice también que intentó, junto al productor Santiago Marrero, que no hubiera “ni medio segundo de relleno ni ningún tema de capricho”.

Marrero (Cuarteto de Nos) produjo todos los temas a excepción de “Barreras”, y fue parte clave de un proyecto que, aunque solista, estuvo muy apoyado en el baterista Nicolás Rodríguez y en el realizador visual Federico Molinari. Molinari hizo los cuatro videoclips lanzados hasta ahora y el de “Te tengo al lado”, cuyo estreno todavía está pendiente.

Lejos se ubica en el espectro del pop aunque se mueve hacia diferentes lugares, siempre con un lineamiento muy moderno, que no se olvida de la tradición de la música uruguaya. Por encima vuela la intención climática y el sonido de la guitarra, que conecta lo que, a simple escucha, separa una brecha enorme.

La canción que abre el disco, por ejemplo, es “Bozal”, una bossa nova que empieza de romance con las tendencias urbanas y hace todo un recorrido hasta llegar a un desenlace de densidad rockera. La que le sigue, “Desesperación”, está en un mundo totalmente distinto, pero se conectan —y eso, de alguna forma, se nota— en un origen primario que se reduce a seis cuerdas y una voz.

Para Angelero, tener canciones como “Bozal” o “Destino distraído”, que son de las pocas que recién se conocieron con el lanzamiento completo del disco, es tener una excusa para arriesgar con algo inesperado o bien del momento. Porque Lejos es un disco que lo presenta como solista, sí, pero también es un disco que explora.

“La música siempre es de búsqueda, o al menos yo siempre estoy atrás de la zanahoria de encontrar algo nuevo”, dice a El País. “La experiencia previa te sirve para saber qué camino ya cerraste hace rato. Pero igual, la búsqueda del artista tiene miles de ensayos y errores guardados; solo es encontrar el lugar donde te sientas cómodo y puedas expresarlo mejor. Sobre todo para cantar, porque cantar líder es otra historia. Y también hay algo de que te llega en el momento en que te tiene que llegar”.

Una vez que entendió eso, Angelero también supo que lanzar este disco era como empezar, otra vez, de cero, y eso implicaba pensarlo menos y hacer más. Al final, asegura: “Este disco es bastante personal. Estoy yo adentro de las letras, pero no de una manera tan legible. Es más complejo, pero está todo ahí. Lo bueno y lo malo. Todo”.