María Becerra: el recuerdo de "222", cuál de sus videoclips no puede ver y por qué Uruguay es su segunda casa

La cantante argentina se presentará el domingo 19 de noviembre en el Velódromo Municipal, y antes dialogó con El País sobre su relación con Uruguay y analizó su evolución desde la salida de su primer EP.

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María Becerra.
Foto: Javier Rogoski @javifotoman.

Para hacerse una idea del ritmo vertiginoso con el que se mueve la carrera de María Becerra, en los 18 días que transcurrieron desde que dialogó con El País, la argentina sumó unos cuantos hitos a su currículum. Generó cuatro nominaciones al Grammy Latino, incluyendo el de canción del año por “Amigos”, que grabó con Pablo Alborán; y fue uno de los platos fuertes del festival Equal de Spotify, que también tuvo a Lali y a Emilia y agotó el Hipódromo de Palermo en Buenos Aires. Además participó del remix de “9.45”, el hit viral de Prabh Singh para el que se animó a cantar un fragmento en punjabi; y sorprendió con “Así es la vida”, una bachata grabada con Enrique Iglesias que desde el jueves es tendencia en YouTube.

Lo que no cambió fue su dominio en las plataformas digitales: hace meses que dos de sus canciones, “Corazón vacío” y “Los del espacio” —esta última con cantantes como Duki, Emilia y Tiago PZK—, no bajan del Top 10 de las más escuchadas de Spotify en Uruguay. La historia se repite en Argentina, donde, además, cada una cosecha 350 mil reproducciones al día. A su vez, cuenta con 25.5 millones de oyentes mensuales en la plataforma. Son cifras impactantes para la artista de 23 años que lanzó su carrera musical en 2019.

El domingo 19 de noviembre volverá a Montevideo para el que será su tercer y más convocante concierto en Uruguay. Se presentará en el Velódromo Municipal y las entradas se venden en RedTickets a 2610 pesos; los ingresos VIP se agotaron en agosto.

“Siempre han sido encuentros hermosos los de Uruguay”, le dice la cantante de “Ojalá”, “Automático” y “Adiós” a El País. “Cada vez que voy me vengo sorprendida de que los shows son cada vez más grandes y la gente está esperándome con más ansias en el aeropuerto, en el hotel y en la prueba de sonido. Es realmente increíble, y creo que este show va a ser mejor que el anterior y así sucesivamente porque todo está yendo en evolución”.

—Uruguay ha estado presente en dos momentos clave de tu carrera: en 2021 ofreciste tu primer show con público en Punta del Este, y en 2022 agotaste el Antel Arena cuando recién había salido el disco La Nena de Argentina. ¿Cómo definirías tu relación con nuestro país?

—Es una relación fuertísima y muy importante porque ahí di mi primer show grande con público en un festival, y eso va tener siempre un lugar en mi corazón y en mis recuerdos. Uruguay es como mi segunda casa; es un lugar superbonito y me encantan las ciudades que visité, el público de allá y hasta cómo hablan. Somos muy similares, entonces siento como si estuviera tocando en Argentina.

—Recientemente se cumplieron cuatro años de la publicación de 222, tu primer EP, y para celebrarlo compartiste un video que muestra cómo te soprendía que las canciones fueran tendencia en YouTube. ¿Qué recordás de ese día y qué se mantiene inamovible de aquella María que estaba empezando?

—(Sonríe) Ay, es tremendo. Ayer estuve todo el día mirando los compilados que hacían los fans y la verdad es que es un flash. Yo siento que pasaron más de cuatro años porque pasaron demasiadas cosas en el medio; es un cambio abismal. Al principio no me permitía soñar tanto y era más como: “Veremos qué pasa”, y hoy en día la seguridad que tengo es completamente distinta; la confianza que tengo en mí misma me permite manifestar lo que quiero lograr. Eso es muy diferente, pero lo que se mantiene es el amor a la música y la misma hambre de lograr cosas. No soy una persona que se quede cómoda en un lugar, sino que realmente me gusta seguir cumpliendo metas para sentir que estoy creciendo. Y eso nunca ha cambiado. En cuanto a las canciones, las noto más maduras y más redonditas; me da mucha ternura escuchar mis primeras canciones y ver cómo cambió la forma en que me comunico. Es todo un crecimiento.

—“Desafiando el destino”, de La Nena de Argentina, es un buen reflejo de tu evolución al respecto de lo que querés comunicar con tu música. ¿Qué significó esa canción en tu camino y cómo surgió el concepto del videoclip?

—Te voy a confesar una cosa del video: hasta el día de hoy no lo vi. No lo puedo, aunque sí vi el primer boceto que no es nada que ver, según me dijo Juli (Julián Levy, el director), a lo que quedó. Mi papá grabó toda mi infancia, desd eque canté por primera vez en una muestra de canto hasta cuando hice mis primeros pasitos. Entonces le dije a Juli: 'Amigo, están estos cassettes, hay que digitalizarlos'. Así que le di todo es ematerial y cuando me mostró el boceto después de un ensayo me puse a llorar mal. Sentí como un dolor en el pecho y me emocioné tanto que me hizo mal, entonces le dije: "No lo voy a poder ver cuando salga". Y desde que salió jamás lo he visto porque es muy fuerte para mí. Hace poco estuve en Bolivia y el videoclip estuvo en las visuales, y fue tremendo porque no me di vuelta ni un momento para verlo (se rie). Además estaban mis padres en el show. "Desafiando el destino" muy emocionante porque habla de todo lo que mis padres representan en mi vida. Habla de un deseo que muchos tenemos que es, justamente, desafiar al destino... (hace una pausa) porque el destino de todos es la muerte, y muchas veces te dan ganas de ponerlo en jaque para evitar perder a un ser querido o que tus abuelos dejen de recordar lo mucho que los querés. Entonces, esa canción también hace alusión a las enfermedades de la edad y a las cosas que son inevitables. Con tanto trabajo en el medio traté de relatar en la letra cuánto amo a mis padres; la distancia es un poco dura, pero por suerte logré encontrar un equilibrio para tener momentos con ellos.

—Ya que hablaste de los miedos que inspiraron a “Desafiando el destino”, ¿qué valor le das a la música como un espacio en el cual expresar tus sentimientos?

—Fua... (hace una pausa) Es que la música me acompaña todos los días y en todo momento. Sin ella no puedo vivir. Necesito escribir una canción o ir al estudio, o ver algún recital. Me pasa que a veces tengo 15 o 20 días libres y a los cuatro días ya no aguanto más (se ríe): tengo la necesidad de hacer un tema o sentarme a ver un show de Beyoncé en la tele. Siento que nunca me voy a cansar de esto porque tengo la necesidad constante de expresarme y de crear. Es más, yo no puedo pensar realmente en un momento de retiro, y si bien sé que esta es una carrera supersacrificada y que en algún momento voy a querer tomarme un parate para formar una familia, jamás podría soltarle la mano a la música. Es algo que está muy dentro de mí.

—Volviendo a la evolución en tus canciones, ¿cómo podrías definir el sonido de La Nena de Argentina ?

—No se puede (se ríe), y mucha gente que sabe de música me dice lo mismo de una canción como “Mandamientos”. Y esa es la idea: tiene versatilidad y muchos momentos diferentes. Y la versatilidad está en el beat, en los samples y en la estructura. De repente hay una canción más melosa de bachata como “Hasta que la muerte nos separe” y después algo como “Mandamientos”, que es un dembow. Es todo muy distinto pero a la vez está todo unido por una misma estética y te das cuenta de que lo está cantando María Becerra. Entonces, el álbum sigue una línea a la vez que no la sigue, y esa es lo que me gustaría seguir siempre: que no se encuentre un género específico para definir lo que hago. Me encanta.

Así será el concierto de María Becerra en el Velódromo Municipal

En diálogo con El País, la argentina adelanta que su recital del Velódromo Municipal está atravesado por un relato que se divide en bloques: “Está la parte acústica, el bloque perreo, el lado más pop y otro más latino. Preparamos distintos momentos para que la gente puede entrar en cada mood que le proponemos, por eso hay lugar para una parte más sentimental con tres o cuatro canciones acústicas. Luego nos pasamos a algo completamente diferente para que la gente se sorprenda y no se vuelva algo aburrido. Por eso tenemos fuegos artificiales, papelitos y una parte más bailable y techno. También hablo mucho para que la gente me sienta más cerca y no se vaya con la idea de que me fueron a ver, que solo hago mi performance y ya; me gusta que la gente sea parte del show”.

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