ENTREVISTA

Lo de Mateo Sujatovich, el líder del proyecto Conociendo Rusia, sorprende. Desde que irrumpió en la escena del rock argentino con los éxitos “Loco en el desierto” y “Juro”, su propuesta no ha dejado de crecer. Es más, pasó de tocar para 150 personas en una sala del under bonaerense a estar nominado a los Grammy Latinos y a los Premios Gardel, se ganó la admiración de colegas como Fito Páez y acumuló millones de reproducciones en las plataformas de streaming. Y todo eso en tres años.

“Es muy loco lo que está pasando”, le comenta a El País desde el otro lado de la llamada telefónica. “Fue todo muy rápido y tengo días de mucha introspección y de pensar en todo esto, que es hermoso”. El hijo del tecladista de Spinetta Jade, Leo Sujatovich, no deja de sorprenderse al repasar la cálida recepción de su proyecto que ya lleva editados dos grandes discos, Conociendo Rusia (2018) y Cabildo y Juramento (2019), varios sencillos y hasta colaboraciones con Fito Paéz y Leiva.

Pero lo que más le sorprende es el furor que generó el anuncio de su primera visita a Montevideo, que consolida su lugar como el nuevo fenómeno del rock rioplatense. En menos de 48 horas agotó cuatro funciones en La Trastienda, y ahora se animó a ir por la sexta. “No se puede creer lo que pasa con Uruguay, estoy muy contento”, dice con entusiasmo. “Van tres años del proyecto y, desde los dos lados, había muchas ganas contenidas de conocernos”, comenta sobre los recitales que ofrecerá entre el 14 y 21 de setiembre en tierras locales.

Todavía quedan entradas a la venta en Abitab para las funciones del 14 y 15, y los precios van de 1200 a 1500 pesos. Desde La Trastienda se informó a El País que se está manejando la posibilidad de liberar más entradas para los recitales agotados, ya que desde este domingo el aforo de las salas aumentará al 45%.

Y Sujatovich, que repetirá el formato unipersonal con el que giró por seis ciudades españolas, promete seis noches llenas de intimidad. “Este show me da una cercanía mayor con el público que cuando toco acompañado de una banda, así que va a ser un buen modo de tener nuestro primer encuentro”.

Si bien no estará acompañado del grupo con el que suele presentarse en vivo —y del que hay interesantes registros dando vueltas por YouTube—, sí estarán presentes todas esas canciones que se ganan cada vez más adeptos. Estará la ya nombrada “Loco en el desierto” —con uno de los estribillos más irresistibles de la más reciente página del gran libro del rock argentino— y todos los éxitos de Cabildo y Juramento, aquel disco “porteño” —como define a El País— que incluye “Cosas para decirte”, “30 años” y “Quiero que me llames”.

La recepción que generó ese repertorio que construyó a base de riffs pegadizos y del sonido de un cuarteto de rock clásico, le confirmó que había tomado una buena decisión al animarse a tirarse al agua con su proyecto.

“Cuando grabé el primer disco estaba en un momento de mucho power porque tomé la decisión de un día para el otro. Me convencí de que no había vuelta atrás”, asegura el cantante que durante años trabajó como músico sesionista y hasta vivió en España. “Sabía que iba a poder dormir más tranquilo cuando hiciera el disco. Me saqué una mochila de arriba y estaba orgulloso de haber hecho algo que era importante para mí”.

Pero lo que comenzó como un desahogo, terminó concetando con el público. Empezó con un show para 150 personas en La Tangente, después se presentó para 400 y cuando llegó a las 1000 por recital, se dio cuenta de que algo estaba pasando. “Cuando veía a un montón de gente desconocida cantando las canciones fue como: ‘Esto no es joda. Acá hay algo especial’”, recuerda. “De ahí en adelante confirmé que iba a trabajar de esto y me cambió la vida”.

Cabildo y Juramento, de 2019, fue la consagración. Se ganó el fanatismo de leyendas como David Lebón y Páez (ver recuadro), recibió siete nominaciones a los Premios Gardel y fue nominado a mejor artista nuevo en los Grammy Latinos. Y todo a base de canciones con aires de clásico instantáneo. “El formato de banda y de canción rockera está muy adentro del Río de la Plata”, dice. “Los tiempos van cambiando y hay nuevas músicas, pero hay cosas clásicas que perduran en el tiempo. Las revoluciones musicales están buenas, pero también es bueno volver a la cantina con clásicos que se renuevan con otros abordajes”, dice.

Mientras la personalidad de Conociendo Rusia crece de la mano de canciones pop-rock como “A la vez” y “Tu encanto” y del rock furioso de “El enemigo”, Sujatovich se prepara para conquistar Montevideo. “Espero que durante esas seis noches podamos ponerle una pausa al mundo y conectarnos a través de la música para ir por un ratito a otro lugar”.

Hace tiempo que a Mateo Sujatovich se lo conoce como el “heredero del rock argentino”. Mientras el trap y el reggaetón se consolidaron como la banda sonora dominante de la vecina orilla, la cara visible de Conociendo Rusia apostó por recuperar el sonido del rock clásico, un género que desde hace algunos años estaba necesitando nuevas figuras. Y varias leyendas del género ya le dieron el visto bueno al treintañero.

El primero fue Fito Páez, con quien ya había trabajado como sesionista en Canciones para aliens, el disco de versiones que el rosarino publicó en 2011. Primero se hizo fanático de Cabildo y Juramento —“Hace un tiempo me escribió y me dijo: ‘En casa somos fans del disco’”, recuerda— y más tarde se reencontraron para grabar “Tu encanto”, una canción donde fusionan lo mejor de dos mundos musicales. Páez también lo invitó a aportar su voz en “La conquista del espacio”, de su premiado último trabajo.

Sujatovich también participó del show de David Lebón en la asunción de Alberto Fernández y luego grabó una versión de “Ana no duerme” junto a Lisandro Aristimuño y Wos. “Es lindo que en el recambio generacional podamos encontrarnos y que Fito y David, que son nuestros profes, nos abran las puertas”, dice.

"Toque de queda en la calle, todos para adentro ,/ El enemigo ya no se esconde, anda suelto (...) / Nos cansamos de mirarnos al espejo, / Extrañamos no asustarnos con un beso, / Quiero salir", canta Sujatovich en "El enemigo", el último lanzamiento de Conociendo Rusia. Acompañado de arreglos de vientos agresivos y un furioso solo distorsionado de guitarra, ofrece una postal de todo lo que representa la incertidumbre que definió la época más oscura de la pandemia.

La canción publicada a mediados de junio partió de la impotencia que le generó haber tenido que cancelar los cinco shows de presentación de Cabildo y Juramento en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires. "Cuando me enteré, quería romper todo", admite. "No podría creer que tuviera que cancelar todo, así que esa noche empecé a escribir 'El enemigo'. Fue un descargo hacia la nada y hacia el todo porque, ¿a quién le echás la culpa por lo que pasa?", admite.

En diálogo con El País, Sujatovich comenta que el acercamiento a la lectura social que atraviesa "El enemigo" ("Cacerolazo y mañana playas en Miami, / Cacerolazo y la clandestina en lo de mami (...) / El enemigo no toca el timbre, ya está adentro", dice la letra) tiene cierta influencia de "No se borra", la canción que grabó el año pasado junto a Zoe Gotusso y León Gieco en memoria de las víctimas de la AMIA. "Fue súper interesante grabarla y, de algún modo, esa experiencia me abrió la puerta a escribir sobre otras cosas".