Crítica
La banda argentina dio dos shows a sala llena en La Trastienda: reseña de la presentación del viernes
La voz de Santiago Motorizado no cambia en nada respecto al registro de estudio, y las versiones que Él Mató a un Policía Motorizado hace en vivo, tampoco son tan diferentes a lo que el público conoce. Eso permite dos cosas: cantar a coro y entregarse a un ritual que completa la experiencia emocional de escuchar a, posiblemente, la mejor banda argentina de la actualidad; y comprobar que no hay retoques, sino la visceralidad de unos músicos entrenados, puesta en función de las melodías.
El viernes en La Trastienda, tras una buena actuación de Las Ligas Menores (interesante banda de cuatro chicas y un chico, que conectó rápido con la audiencia más allá de que costó entender las letras), Él Mató repasó su discografía y le dio mucho lugar a La síntesis O’Konor, disco que llevó a la banda a un nuevo lugar de reconocimiento y popularidad.
La articulación de las guitarras y los teclados funcionó como un mantra, donde el bajo y la batería alternaron las dinámicas, resaltando lo épico de los estribillos, y lo climático de unos versos que parecen ser la voz de una nueva generación. Y las luces, en la paleta de La síntesis O’Konor, fueron el marco ideal del concierto de una banda (que repitió al otro día, con 107 Faunos) que tiene mucho para dar.