Meri Deal camina con confianza por el costado de la cancha que da a la tribuna Ámsterdam. Ya conoce el camino de memoria. Se pasó gran parte de la mañana dando entrevistas entre un vestuario convertido en camarín y los dos sillones colocados sobre el pasto sintético del Estadio Centenario. Allí se toma la foto que ilustra esta nota, y donde inicia su diálogo con El País.

Sobre la América, unas 50 personas trabajan en todos los detalles del escenario en el que esta noche cantará Luis Miguel. Se oyen gritos, órdenes, taladros y camiones. Es lunes al mediodía y se aprovecha cada minuto: en cualquier momento puede caer la lluvia, y el proceso —en este caso subir el techo de 25 toneladas— se retrasaría. “No hay problema, no somos de azúcar”, responde, con tranquilidad, la cantante cuando le propongo hacer la entrevista en el camarín para adelantarnos a la tormenta.

A los cuatro minutos de prender el grabador, debemos cambiar de plan. Se desata una tormenta que adelanta lo que será el resto de la semana. Nos levantamos de los sillones grises —justo el color que Luis Miguel no quiere ver en su camarín— y emprendemos la retirada. Deal vuelve a moverse con confianza por el lugar. Es toda una anfitriona. Y no solo porque se haya pasado la mañana dando entrevistas en el Centenario, sino porque —aunque asegure que no lo tenga presente—, es la artista que más veces cantó en el Estadio, por lo menos, en los últimos años.

Fue acá, en febrero de 2019 y durante la previa del show de Ed Sheeran, donde lanzó su carrera solista. Acá cantó un rato antes de que Maroon 5 ofreciera uno de los últimos conciertos prepandemia, y en este lugar se presentó junto a su banda y bailarines para telonear el histórico show de 2022 con el que Tini agotó el Centenario. Y, por si fuese poco, acá también cantó “Chau” como invitada de No Te Va Gustar.

Foto: Leonardo Mainé.

Con la apertura de Luis Miguel, entonces, sumará cinco actuaciones en el espacio más codiciado por los artistas uruguayos. Y en todos se presentó con distintos formatos. Esta vez se acompañará de un guitarrista e interpretará canciones de su debut solista, Amores náufragos, con el que dejó de lado a la cumbia pop de Toco Para Vos —el grupo con el que saltó a la fama en 2015— y se animó al reggaetón, la balada, el funk y hasta la cumbia mexicana.

Su repertorio estará construido sobre una sonoridad acústica, un recurso que también rodeó a aquel concierto iniciático de 2019. “Nunca me voy a olvidar de lo que sentí ese día. Fue un antes y un después para mí”, comenta, ya desde el sillón del camarín del Centenario. “Yo sabía que me estaba enfrentando a un público que venía a ver a Ed Sheeran y que estaba estrenando canciones que nadie conocía, pero me sentí tan contenida y abrazada que me aguanté el llanto todo el show. Cuando bajé del escenario, largué todo; sentía una gratitud abrumadora”.

Cuando le pregunto qué siente en el instante que sale a escena acompañada de su guitarra y su voz para enfrentarse a un público que espera por el artista principal, Meri Deal sonríe. “Lo que pasa es que yo soy remandada y disfruto de esos desafíos”, asegura. “Ahora, con Luis Miguel, pasó que yo estaba en Buenos Aires trabajando en un nuevo proyecto y mandé mi material para ver si había chances de ser parte. Me enteré una semana antes del concierto, así que me vine a Montevideo y empecé a preparar este set, que tenía que ser de guitarra y voz”.

Sobre su nuevo proyecto, que incluye una canción producida por Martín Buscaglia, dice: “Estoy en una búsqueda centrada en darle más importancia a las canciones que nacen en mi cuarto que a las que surgen en laboratorios creativos. Me encantan ese tipo de instancias, pero me di cuenta de que tengo mucha influencia de la música de Uruguay y Argentina, y quiero profundizar en esos ritmos y armonías”.

A simple vista, lo que se viene tomará distancia de Amores náufragos, un disco en el que la mayoría de las canciones nacieron en los llamados “camps de composición”, una tendencia cada vez más establecida en la industria musical que consiste en la escritura colectiva de canciones junto a compositores de renombre. “A veces en el mainstream uno hace canciones donde se limita mucho a profundizar porque parece que cuando más sencillo es el mensaje, le entra más fácil a la gente”, explica. “No quiero limitarme al momento de escribir porque el arte me tiene que erizar la piel a mí antes que a nadie”.

A esta altura de la entrevista, el ruido de la tormenta obliga a elevar el volumen de la charla y, mientras parte del equipo técnico busca refugio bajo techo, volvemos a enfocarnos en el Centenario. “El estadio tiene algo que te envuelve cuando estás en el escenario”, y siempre sentí una euforia tremenda cada vez que canté acá”, define.

Por último, se detiene en su relación con la obra de Luis Miguel. “Él un gran referente y, ya sea en la música pop o en las baladas, siempre tiene al canto como prioridad y logra hacerte llorar y divertirte”, explica. “Además yo estoy viviendo en México, así que esta va a ser una forma de unir los dos lugares donde me estoy desarrollando”.

Bautista Mascia, que junto a Rosina Beltrán conforman la dupla de participantes uruguayos de Gran Hermano; Argentina, es primo de Meri Deal y su excompañero en el grupo Toco Para Vos. “Cuando me dijo que había hecho el casting para entrar al programa me le reí en la cara porque pensé que era un chiste”, le cuenta a El País.

“Era algo medio loco, y al principio lo veíamos como un chiste en común, pero luego Bauti se fue enganchando y le encontró el significado a la decisión de presentarse”, suma. “Me parece superinteligente su manera de estar en la casa y me gusta su estrategia. Lo sigo a través de las redes y de todo lo que cuenta mi familia”.

También recuerda la emoción de su tía María al entrar a la casa de Gran Hermano: Argentina para ser parte del desafío "Congelados". "Hablé con ella y estaba refeliz de haber podido ver a Bautista un rato. Fue muy emocionante, y él, pobre, no podía hablar ni moverse", suma, entre risas. "Fue algo impresionante".