Si en la música de hoy abunda algo parecido a la comida rápida, fideos de ramen comprados a menos de 30 pesos y hervidos en una taza de forma instantánea, lo que propone Nafta es como una cena de pasos: el comensal, el escucha, tiene que sentarse, paciente, y dedicarle tiempo a cada bocado, saborearlo, dejar que active los cinco sentidos. Es más bien una experiencia, una que se recomienda vivir.
La banda argentina que nació a impulso de Magamo (Matías García Molinari) y con el único propósito de hacer un disco, se convirtió en un fenómeno con estética diferente a la de los otros fenómenos de hoy, pero con cierto parecido en el nivel de proyección. Esto quiere decir: canciones virales, un Luna Park agotado, dos Movistar Arena en el camino, sus primeros recitales en Europa.
¿Un soul herido hecho en el Río de la Plata con más de ocho millones de reproducciones en Spotify en un año? En la era de lo urbano y el RKT, esa idea no cabía ni en los mejores sueños. Y sin embargo, ahí está “Andate”, una canción con pasta de colarse en una futura actualización de los 500 mejores temas del rock argentino.
“La verdad”, dice Magamo a bordo de un auto con GPS verborrágico una tarde de agosto, “estamos en un momento hermoso, soñado, que parece de película. Todo lo que está pasando es muy lindo y le hace justicia a todo el amor que le venimos poniendo, y también a lo que se fue generando con esta forma de hacer las cosas”.
La forma Nafta, dice, tiene sus propias reglas, sus propios deseos, sus propios sí y sus propios no. Y algunas cosas más: “el trabajo entre amigos, el disfrute, y bueno, el intentar hacer el mejor arte que podamos”.
El cantante, guitarrista, compositor y motor de Nafta, un grupo que completan nueve músicos de escuelas varias, charla con El País antes de la vuelta de la banda a Uruguay, este sábado como protagonista del Festival Buena Vibra. Esa es otra señal de lo que ha ocurrido en poco tiempo. En abril, cuando vinieron al Cosquín Rock local, tocaron en el escenario secundario (el más pequeño) y se aglomeró tanta gente que hasta bailar se volvió imposible. Ahora, llegan como headliners en crédito compartido con Él Mató a un Policía Motorizado, los grandes héroes del indie platense.
Festival Buena Vibra se estrenará por primera vez en Montevideo en Sitio (Velódromo) y con una grilla que, de las 15.00 a la medianoche, recibirá en este orden a Blair, Niña Lobo, Balta, Barbi Recanati, El Zar, Julieta Rada, Nafta y Él Mató. Quedan entradas a la venta en Entraste.com.
El ascenso de Nafta, las influencias y vivir el sueño
“Creo que sabemos por qué está pasando esto, pero no deja de maravillarnos, por un montón de cuestiones que tienen cierta lógica y otras obviamente que no, pero la verdad es que muchas veces nos paramos a hablar, porque es una locura y queremos que no se nos pase sin disfrutar. Porque nunca sabés cuánto puede durar, ¿no?”, dice Magamo. Mientras hay que vivirlo, siempre con la inquietud de subir la vara de su propio arte.
Eso, Nafta ya lo tradujo en dos discos de estudio, I y II, que a la vez tienen un acompañamiento visual en YouTube; al último le deshabilitaron las publicidades "con fines de disfrute ininterrumpido".
“Sirve de bandera para mucha gente que se ve un poco perdida en que hoy en día parece que está el librito de cómo hay que hacer todo, y muchas veces la gente termina respondiendo a exigencias de las plataformas o de las redes que no terminan resultando cómodas ni genuinas”, dice Magamo, que toma como referencia la chispa primal de Nafta. Hace ocho años, cuando la urgencia del single se impuso como una tendencia que hizo cuestionar el sentido del álbum, Nafta nació para hacer un disco que se escuchara de punta a punta, como un viaje, y que a la vez fuera un banquete de soul rioplatense, música negra pasada directamente por el filtro regional. El trabajo fino fue, más que con el lenguaje, con la sonoridad: para escribir canciones de este tipo en español, había que buscar la música en cualquier conversación.
Las texturas sensuales y sofisticadas que se nutren directamente de la obra de George Benson, Stevie Wonder o Marvin Gaye, con notas de jazz y arreglos corales que se debaten entre la sutileza y la pasión, son el colchón donde Nafta apoya sus historias, relatos (casi) ficticios de amor y desamor.
Pero Nafta se nutre de todo. A sus integrantes los formaron influencias tan variadas como Flema o Bandana, y hoy los estimulan un sinfín de cosas, incluyendo el candombe uruguayo. "Hemos generado lazos con músicos como los Rada o Facu Balta, que le tengo una admiración total, y hemos ido a los tambores, a conocer cómo la cultura emerge de la calle, y es loco que estando cerca de Buenos Aires en eso Montevideo sea tan diferente", dice. "Nos flashea. Estamos medio enamorados, la verdad. Hay músicos de altísimo nivel y están todos en la misma de hacer, cero comerse la película".
De alguna forma, Nafta tampoco quiere creersela. Su segundo disco se abre con el tema "A salvo" y estos versos: "Ya no necesito nada más / No me hace falta nada más". ¿Qué le falta a este grupo para sentirse completo? "Es que a nivel de gratificación ya está", dice Magamo. "Cuando saqué el primer disco dije: ya me puedo morir tranquilo, ya con eso yo ya era feliz. Esa sensación de lograr algo que siempre imaginaste en tu vida, eso ya lo tenemos y solo, se va superando. En breve (este mes) vamos a estar por Europa, y poder viajar todos, que somos como 15, poder lograr que el proyecto sostenga económicamente eso, es increíble. Y todo desde la independencia y desde el laburo, ir creciendo de a poquito, todo a pulmón. Es muy gratificante. Y todo lo que venga, mejor, pero ya no necesito nada más. Este sueño ya lo cumplí".