Hace 20 años, su nombre apareció, tímido, en los créditos de uno de los discos fundamentales de la música uruguaya. Entonces, Pablo Drexler tenía alrededor de seis años; es posible que nadie del público intuyera que ahí estaba el germen de un camino, quizás inevitable, que hoy florece entre Europa y el Río de la Plata.
Hoy, Pablo Drexler, hijo mayor de Jorge Drexler y Ana Laan, 26 años, la vida repartida entre Londres y Madrid, atiende como pablopablo. Tiene un promedio de 120 mil oyentes mensuales en Spotify y una canción nueva, “Mi culpa”, que es un primer adelanto del disco por venir. Su intención de autor crece con un vuelo propio que ni siquiera precisa el apellido familiar para presentarse.
Cuando era un niño, su voz quedó registrada en “Guitarra y vos” de aquel disco Eco (2004) que produjeron Carlos Casacuberta y Juan Campodónico. Dos años después reincidió en “Disneylandia” del álbum 12 segundos de oscuridad (2006).
A los 13 empezó a componer sus propias canciones, “como de chill”, dice en charla con El País desde su apartamento londinense, pero quizás sin otra alternativa: su madre Ana Laan, artista española pero un poco sueca y otro poco anglosajona, también es cantautora, al igual que sus tíos Diego y Daniel Drexler, y que otra parte de la familia como Ana Prada.
¿Que queda por hacer cuando más que el aire, a uno lo rodean las canciones?
El oficio de compositor se volvió un poco más serio para cuando tenía 16. Con 24 lanzó pablopablo, su disco debut. Hoy trabaja en el segundo, que llegará antes de fin de año y confirmará la que podría resumirse como su mejor versión. Canciones pop como “Otra vida” o “Sidekick”, atrevidamente minimalistas, alcanzaban para demostrarlo, pero luego vino el fichaje por un sello neoyorquino (Mom + Pop) y, entonces, “Mi culpa”.
¿La inspiración? Un tal José Alfredo, a decir de Sabina. Pero introducido por C. Tangana.
“No me siento del todo yo en la canción, pero eso me gusta mucho. Es algo que estaba buscando”, dice en videollamada y reconoce que quiso capturar algo de la sonoridad de Al Green y las viejas baladas. “Y es como si fuese un personaje que está buscando algo de redención. Me he inspirado mucho en José Alfredo Jiménez, que es un cantador que admiro muchísimo de México, antiguo, que yo creo que ha influenciado muchísimo a toda la música que se hace en México ahora y que me lo mostró mucho Pucho, C. Tangana. Y tiene como este ángulo de letra que es: vamos a hablar de desamor, pero yo voy a salir mal parado, voy a admitir que he hecho las cosas mal, y ya está, lo siento, soy un desastre, ¿sabes? Cuando escribo siempre estoy intentando encontrar la manera de que te choque un poco, que te cause algo, que no se quede solo en: ah, qué triste. Y ese ángulo del error humano que todos tenemos me interesó muchísimo”.
Pucho, C. Tangana, es uno de los parceiros artísticos que los Drexler han conseguido en el último tiempo. Artista español que ganó relevancia internacional con su trabajo El madrileño, es un bohemio del siglo XXI que ha salpicado, con su arrojo, el disco Tinta y tiempo de Jorge. Ambos, Pucho y Pablo, aportaron composición y producción en la sensual “Tocarte”, y Pablo además coprodujo “Duermevela”.
“Fueron un par de tardes, pero lo gracioso es que en verdad no he trabajado tanto con él en el estudio”, dice del vínculo profesional con su padre. “Es bonito, creo: hemos conseguido mantener que siempre que nos juntemos para hablar de música o tocar sea porque queremos y no por algo laboral. ¿Sabes? Eso lo valoro mucho”.
Dice que uno de los mejores consejos que le ha dado su padre es no insistir en rimar verbos. Dice, también, que está contento porque hoy sus obsesiones se han depurado "a dos o tres muy concretas". "Una es este ángulo de escribir desde el error. La manera que tienen los hombres de amar me parece algo muy interesante y triste también", confiesa. "La otra es la sencillez: pocos acordes, que sea todo muy minimalista. Que haya pocos elementos es mi gran obsesión del momento. Luego cambiará".
Mientras sigue puliendo el nuevo disco y se prepara para acompañar a la banda The Marías en parte de su gira europea, pablopablo mira hacia Uruguay y anhela, dice, traer su música hasta acá. “Al final mis familias son de todos lados: mi padre es de origen judío-alemán uruguayo, mi madre es medio sueca, medio holandesa medio americana, un lío enorme, y yo al final me he encontrado siempre viviendo entre dos lugares. Paso la mitad del tiempo en Madrid, la mitad del tiempo en Londres, y dejo que me lleguen las impresiones de los dos sitios e intento traducir eso en las canciones. Me gusta estar siempre en movimiento. Me gusta estar cogiendo un avión, un tren, estar yendo... Como que me mantiene vivo eso”, dice. “Pero yo me siento completamente uruguayo. Es mucho mi lugar”.
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