Desde su casa en Río de Janeiro, Herbert Vianna responde las preguntas de El País enviadas por correo electrónico. Es jueves por la noche y el líder de Paralamas —la banda brasileña que conquistó la región como pocas— revive la historia del grupo a través de algunas de sus canciones más emblemáticas. Habla del origen de “Alagados” y de cómo la novela Jubiabá de Jorge Amado inspiró la melancólica “Lanterna dos Afogados”. Pero no solo se centra en la música: en sus mensajes escritos en portugués, con una letra de color celeste que evoca su vínculo con Uruguay, también repasa capítulos clave de su trayectoria.
Así, esta entrevista puede leerse como una extensión de Paralamas Clássicos, el espectáculo que presentarán el jueves 6 de febrero en Sala del Museo y repetirán la noche siguiente en Enjoy Punta del Este. “El show es un gran resumen de nuestra carrera de más de 40 años”, explica Vianna. “Elegimos un repertorio centrado en nuestras canciones de mayor éxito y significado”.
En ese sentido, “Meu Erro” ocupa un lugar central. Publicada en 1984 como sencillo de O Passo do Lui, su segundo disco, fue la canción que los catapultó a la fama. “Habla sobre el amor y el desamor de los jóvenes de nuestra generación, y es un rock bien de los ochenta”, describe Vianna. Influenciada por The Police y UB40, combina un riff de sintetizador new-wave con una guitarra de aires ska. “Es difícil definir su secreto, pero sonó mucho en las radios y sigue vigente”. En Spotify acumula 101 millones de reproducciones.
El fenómeno que desató el disco, que vendió 350 mil copias y entregó otros hits como “Óculos” y “Ska”, alcanzó la cúspide en enero de 1985, cuando el trío participó en la primera edición de Rock In Rio, compartiendo cartel con Queen, AC/DC y Rod Stewart. Fue el inicio de su expansión en Brasil. “Después del festival, hicimos muchísimos shows por todo el país, de norte a sur. Era imposible no notar las peculiaridades de cada región y sus diferencias sociales”, recuerda.
Esa experiencia incentivó a Paralamas a incorporar elementos de la música brasileña a su estilo y llevó a Vianna a profundizar en temas sociales. “Nuestro país tiene diferencias sociales tan enormes que, infelizmente, me llevaron a escribir sobre eso”, asegura. Selvagem?, lanzado en 1986, marcó esta búsqueda, y “Alagados” se convirtió en su himno. Vianna detalla su inspiración: “Pasé por la favela de Alagados en Salvador de Bahía y recordé la favela Maré, en Río, por donde iba camino a la universidad. Ambas tenían palafitos y me hicieron pensar en las fotos de Trench Town, el barrio jamaiquino de Bob Marley. Así nació la analogía entre las tres favelas y sus habitantes”.
Para vestir la canción, decidieron “mezclar música brasileña y africana”. Contaron con Gilberto Gil como invitado, gracias a Liminha, el productor del disco. “Él conocía a Gil porque había trabajado con él en Dia Dorim Noite Neon”, cuenta Vianna.
“Alagados” no solo consolidó su éxito en Brasil, sino que también los llevó a nuevos territorios. Ese mismo año, viajaron por primera vez a Uruguay para participar en el festival Montevideo Rock. Sin embargo, una tormenta frustró su debut, y recién pudieron tocar frente al público uruguayo en 1988. En Argentina, en cambio, lograron un impacto inmediato y desarrollaron una amistad con artistas como Charly García, Fito Páez, Soda Stereo y Los Pericos. “Nos llamaron la atención y no tardamos en hacernos amigos porque frecuentábamos los mismos ambientes de la noche de Buenos Aires”, recuerda.
Esa cercanía se tradujo en colaboraciones. En 1987, grabaron como invitados de Charly García en el magnético “Rap de las hormigas”, incluido en el disco Parte de la religión. “Él vino a Río para grabar con nosotros y con el percusionista Don Chacal. Fue una experiencia fantástica, ¡y la música quedó buenísima!”, relata Vianna. Más tarde, García les devolvería el gesto al aportar su piano en la delicada “Quase um Segundo”, de su álbum Bora Bora (1988).
La siguiente escala de este repaso musical es “Lanterna dos Afogados”, el hit por excelencia de Big Bang, de 1989. “La letra está inspirada en Jubiabá, de Jorge Amado. Allí se describe un bar junto al mar en Bahía donde las esposas de los pescadores, esperaban a sus maridos que venían de pescar. El bar tenía ese nombre, Laterna dos Afogados, porque nunca cerraba y su luz guiaba a quienes se encontraban en el mar por la noche para regresar a tierra”, relata.
La canción, con un solo de trompeta que evoca “For No One” de los Beatles y otro de guitarra con aires de David Gilmour, fue regrabada en español para Paralamas, un proyecto del sello EMI que buscaba posicionar a la banda en toda Latinoamérica. “Le pedí a Fito que me ayudara con la traducción, y así salió el título ‘Linterna de los Afiebrados’”, comenta. Como muestra de agradecimiento, el disco —publicado en 1991 y con versiones en español de sus hits— incluye una genial versión de “Track-Track”, de Páez. En 2019, Bi Ribeiro, el bajista de Paralamas, habló con El País sobre aquella experiencia. “El disco no nos gustó mucho, pero nos hizo populares en muchas partes de América”, reconoció.
Severino, el disco de 1994, encierra una historia relacionada con Uruguay que merece ser contada en primera persona. “En la canción ‘El Vampiro bajo el sol’ participa Brian May, a quien conocimos en 1992 durante el festival Montevideo Rock IV. Cozy Powell, el baterista de su banda, estaba mirando nuestro show desde el costado del escenario y llamó a Brian para que nos viera. Cuando nos saludó, nos dijo que recordaba nuestra actuación en Rock in Rio 1985, cuando Queen era la estrella. Al día siguiente, viajamos con Brian en el mismo vuelo a Buenos Aires, y a partir de esa charla en el avión surgió su invitación para que fuéramos la banda telonera en una parte de su gira europea. Cuando grabamos Severino en Inglaterra, lo invitamos a encargarse del solo de ‘El vampiro bajo el sol’. Aceptó y quedamos muy felices. Pasó un día entero en el estudio con nosotros, grabó varias tomas de guitarra e incluso nos pidió hacer unas voces tipo Queen’. El resultado fue maravilloso. ¡Cuánta emoción! La letra la compuse con Fito en homenaje a Charly”, relata.
El cierre de este repaso queda en manos de “Longo Caminho”, la canción que da nombre al disco de 2002 que Paralamas grabó tras el accidente aéreo en el que Vianna perdió a su esposa y quedó paralítico. Allí lanza potentes frases confesionales como: “Hay días felices y días malos, / No soy quien era antes, / Hay algo de ti todavía en mí, / Como una canción lejana, vivo tan solo”. Sin embargo, sorprende con una revelación: “La verdad es que la compuse antes del accidente y la grabamos después. Es impresionante pensar cómo parece autobiográfica. Son cosas inexplicables”.
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