Paul McCartney en Uruguay: la historia del debut del beatle en Montevideo contada por quienes lo conocieron

El 15 de abril de 2012, el beatle se presentó por primera vez en el Estadio Centenario. El 1º de octubre repetirá la experiencia, y en la previa va el recuerdo de aquella primera visita a Uruguay.

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Paul McCartney durante su show de 2012 en el Estadio Centenario. Foto: Archivo El País.

Esta nota fue originalmente publicada en junio de 2022
"Hagan una fila”, ordena con tono impasible un guardia de seguridad de traje y corbata que obedece instrucciones que llegan en inglés a través del walkie-takie. Hacemos silencio. Llevamos horas en el aeropuerto de Carrasco viejo y estamos expectantes. Algunos nos miramos como intentando entender lo que va a pasar; otros se abrazan con fuerza. Llevo seis horas allí, así que los nervios me ponen al borde del llanto.

Es 16 de abril de 2012. La noche anterior, Paul McCartney había cumplido el sueño de 50 mil uruguayos. Contra toda expectativa, el beatle llegó al Estadio Centenario para su primera visita a Montevideo se vivía como un milagro. Tanto así que las entradas se agotaron en menos de una hora.

Pero para algunos no era suficiente. Y esa tardecita de abril, esperamos durante horas la llegada de McCartney. Por ahí estaba el periodistaXabier Lasarte, listo para conseguir una entrevista para Telemundo. También apareció un empleado del aeropuerto que, a falta de papel, llegó dispuesto a que le firmaran la camisa.

Entre los ansiosos estábamos, nosotros, unos adolescentes con bastante tiempo libre. Uno llevó su guitarra, otro un CD, y yo el vinilo de McCartney I comprado en la feria de Tristán Narvaja. “Hagan una fila”, repite con firmeza el seguridad. Paul, que acababa de entrar a la pista de aterrizaje del aeropuerto en un auto negro listo para seguir con su gira, vio a sus fanáticos y decidió saludar.

Paul McCartney en Uruguay. Foto: Rodrigo Guerra.
Paul McCartney en Uruguay. Foto: Rodrigo Guerra.

Lucía una campera negra, mascaba un chicle y lanzó un simpático “¡Hi, guys!”. El grito de “Paul, uruguayan press”, de Lasarte se impuso ante tanta algarabía. Le brindó unos minutos al movilero, agradeció al público uruguayo y prometió un nuevo encuentro. Se metió a todos en el bolsillo.

Luego, los autógrafos. Una chica le pide que le firme la nuca y llora apenas siente el marcador sobre su piel. El empleado del aeropuerto le roba una sonrisa a Paul cuando le pide que le firme la camisa. Y a mí me firma el vinilo. Es tanta la emoción de encontrarse frente a la leyenda que le lanzo en un inglés sumamente rústico: “Paul, can I give you the hand?”. “Yeah, man, of course”, responde con amabilidad. Un simple apretón de manos es capaz de disparar un llanto incontrolable. Quince segundos con un beatle que duran para toda una vida.

El empleado del aeropuerto que consiguió su autógrafo de McCartney. Foto: Rodrigo Guerra.
El empleado del aeropuerto que consiguió su autógrafo de McCartney. Foto: Rodrigo Guerra.

Muchos tienen su historia con McCartney, que volvió a Uruguay en 2014 y el 1º de octubre actuará nuevamente en el Estadio Centenario. Están los que lo saludaron a la salida del hotel o los que, de pura casualidad, se lo encontraron andando en bicicleta por la rambla. Y está Alfonso Carbone, el hombre que lo trajo al Centenario. “A veces los astros se alinean de una manera particular para que todo salga bien; ese fue uno de esos días”, le dice, 10 años después, a El País. “Fue una noche irreal, como si estuvieras en otra dimensión. Lo que te da más satisfacción es haber visto feliz y en una comunión absoluta a tanta gente de distintas edades”.

El productor, radicado en Chile desde hace décadas, se entusiasma mientras evoca su primer encuentro con McCartney en Montevideo. “Después de tanto trabajo, el loco llegó y se fue directo a probar sonido. Éramos 20 tipos sentados a oscuras en la tribuna América y apenas empezó a tocar los que estaban al lado mío se largaron a llorar. McCartney se dio cuenta y nos dijo: ‘Así que estoy tocando solo para ustedes’. Yo no lo podía creer”.

Paul McCartney en Uruguay. Foto: Archivo El País.
Paul McCartney en Uruguay. Foto: Archivo El País.

Luego de charlar con Paul antes del show, Carbone estuvo atento a cada detalle. “Yo no disfruto de las cosas hasta que terminan y sale todo bien, porque la experiencia te demuestra que siempre puede pasar cualquier cosa. Pero no hubo un solo problema”, asegura. “En un momento me di el gusto de subir a la Torre de los Homenajes, y ver a Paul y al público fue impresionante. Lo más emotivo era pensar en que yo lo escuchaba en una radio a transistores en el Prado y ahora lo estaba viendo en vivo y en Montevideo. ¿Qué más puedo pedir? Es la banda sonora de mi vida”.

Ya sea sobre o fuera del escenario, McCartney impactó a quienes tuvieron trato con él. “Me resultó alguien muy cordial y simpático”, contó días después de la visita, la pedicura Andrea Nails, quien lo atendió. “Si no hablara inglés, te juro que parecería uruguayo. Un hombre muy abierto, amigable y accesible. Fui tocada por una varita y estuve ahí”.

Es lo mismo que le sucedió al chofer Alejandro Sabini, quien se encargó de trasladar al beatle en un BMW durante su estadía. “En los recorridos, iba charlando, quedó encantado con Uruguay y elogió mucho la arquitectura de Montevideo”, recordó.

El músico Sebastián Casafúa fue el primero en recibirlo en Montevideo. “Yo estaba a cargo de la  logística del show y era la persona de confianza del tour manager de Paul”, le comentó al podcast LaLaLa. “Cuando baja el avión privado, había una barrera de los miembros de seguridad de Paul y otra local y atrás dos policías de jefatura. Me dieron la orden de darle la bienvenida a Paul. Me temblaban las piernas; era inimaginable. Cuando bajó Paul con su esposa, le dije ‘Es un gusto tenerte acá, bienvenido a mi país. Es un placer saludarte, estoy para lo que necesites’. Respondió súper bien como arriba de los escenarios y nos fuimos todos en caravana. No podía creer lo que me había pasado”, recordó.

“Se dieron varias situaciones: lo vi en pijama, fui al shopping a comprarle medias a Paul y hasta le tuve que conseguir su modelo de despertador preferido y que se había olvidado en la gira; parecía una situación crítica y, entre tantas llamadas, al final me lo tuvieron que traer de Punta del Este”.

Y luego está el show. Además de las 50 mil personas que estaban en el Estadio Centenario, otras miles pudieron ver la última hora del recital en una pantalla gigante en la Intendencia de Montevideo, en un estadio de Maldonado y otro de Rivera. “¡Hola Montevideo, buenas noches uruguayos!”, gritó McCartney en español a una audiencia que lo recibió con estruendosa ovación. Se había cumplido el milagro. Fueron 35 canciones, casi tres horas de música y un repaso a clásicos de The Beatles como “All My Loving”, “Hello, Goodbye”, “Let It Be” y “Yesterday”.

El show de Paul McCartney en Uruguay

Luego de que se despidiera con “The End” y de que los abrazos entre el público se vieran en todo el estadio, los comentarios iban hacia el mismo lugar: ¿cómo un hombre de casi 70 años podía mantener semejante nivel de entrega? Ya pasaron 12 años de aquella noche y McCartney sigue tan activo como siempre: a los 82, el beatle volverá a Montevideo el 1º de octubre para demostrar, una vez más, el nivel de entrega y repasar la larga lista de clásicos que lo convirtieron en una leyenda viva.

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