ENTREVISTA
El músico brasileño habló con El País sobre "Tu casa es mi casa", su serie para HBO, y repasó su vínculo con Uruguay
De la mano del director local Pablo Casacuberta, Paulinho Moska sigue alimentando su relación con Uruguay. Ya lo hizo el año pasado con Zoombido —que se transmite los martes a las 20.30 por TNU—, donde entrevistó y tocó junto a 13 artistas locales, y ahora le llegó el turno a Tu casa es mi casa, la serie que se transmite todos los lunes a las 20.00 en HBO Mundi y que está disponible en HBO GO.
Son 12 entregas y en cada episodio, Moska recorre un país de Latinoamérica para entrevistar personalidades del arte y la ciencia, y componer una canción que celebre las raíces de cada lugar. El primero fue filmado en Montevideo e incluye al músico Roberto Musso, el artista Alfredo Ghierra y la investigadora Bettina Tassino. Sobre esta serie, que propone un valioso diálogo entre música, arte, arquitectura y ciencia de cada ciudad, el brasileño habló con El País.
—En el segundo episodio de Tu casa es mi casa mencionás que tu viaje por Latinoamérica parte de una “crisis de mediana edad bienvenida”. ¿Cómo surgió el proyecto?
—Surge naturalmente. Ahora estoy cumpliendo 53 años y filmamos cuando yo tenía 49. Con mi compañero, Pablo Casacuberta, hablamos de que estábamos en una edad mediana y me preguntó si iba a hacer canciones de amor para siempre; yo le dije que sí, porque para mí el amor no es solo una relación de pareja, sino que es la energía universal y creativa de la naturaleza. Pablo me propuso hacer una serie de ciencia, pero yo no sabía nada del tema. Me convenció al decirme que yo podía ser un personaje curioso que está buscando temas nuevos para sus canciones, y así podíamos ayudar a que la ciencia saliera de ese rincón de gente muy seria dentro de un laboratorio que habla un lenguaje que no comprendemos aunque todo lo que usamos tiene ciencia. Por eso creamos una serie muy pop que no era exactamente científica, ni tampoco turística ni social. Queríamos mostrar que en Latinoamérica hay mucha creatividad.
—Lo interesante de la serie es que se presenta un punto en común entre ciencia y arte. Ambas parten de la creación para tratar de traducir y entender lo que significa vivir en este mundo. ¿Cómo analizás ese diálogo entre disciplinas?
—Pablo es hijo de científicos y me hizo percibir que la ciencia y el arte son como hermanos siameses. Ambos parten del deseo de descubrir, de producir e inventar mundos nuevos; y la curiosidad es la esencia. En Tu casa es mi casa quisimos hacer una inversión de roles: queríamos que los científicos sean vistos como artistas, y los artistas como científicos. Por eso hicimos un casting muy especial; no necesitábamos a los mejores científicos, sino que queríamos a aquellos que hablaran apasionadamente del tema que estudian. Necesitábamos que el público sea afectado por la inspiración que produce cada uno al hablar de su obra. Por eso, cada vez que un científico habla, detrás de él aparecen dibujos que mezclan humor y arte visual. En Tu casa es mi casa también invitamos a un artista visual para que creara un icono que ahora está tatuado en mi brazo. En total son 12 y cada uno representa una idea científica que podría cambiar el mundo, una canción que compuse con un artista de cada lugar que visité y algo de cada país al que viajé.
—Hay un interés que comenzó en tu último disco, Beleza e Medo, y que se ha consolidado con este proyecto: la búsqueda permanente de la belleza. En Tu casa es mi casa aparece en cada ciudad y se ve reflejada en la arquitectura, el arte, la ciencia y los paisajes. ¿Qué significa la belleza para ti?
—Es una buena pregunta y muy poética. ¿Qué puedo decir sobre la belleza? No hay nada que decir, hay que contemplar. La belleza está dentro de nosotros y es algo que parte de nuestra curiosidad por el mundo. Yo no creo en la belleza formal, sino que siento que la verdadera belleza está en las distorsiones, en lo abstracto, en las ilusiones y en los espacio entre una cosa y la otra; puede estar en los paréntesis y en las comillas. Está en un mundo invisible que percibimos gracias a las disciplinas artísticas y científicas.
—El primer episodio de la serie se ambienta en Montevideo, y al comienzo decís que en Uruguay te sentís en tu casa. ¿Cómo podrías definir tu relación con nuestro país?
—Uruguay es muy curioso y diferente. Mi vida cambió completamente y de forma muy pura cuando llegué a Montevideo por primera vez. Empecé una relación múltiple con la ciudad, la gente, los artistas, los museos y las series que hice con Pablo. Conocí el Museo Oceanográfico, la Iglesia de las Carmelitas, el Mercado del Puerto, el Teatro Solís, el Palacio Salvo —donde me quedo cada vez que voy para allá—, el café Bacacay y mucho más. Yo soy un tipo de la Ciudad Vieja (se ríe). Me sorprende que Uruguay es un país muy chico pero hay tanta gente poética e interesada en la belleza. Hay mucho arte, cine, música, literatura y personas interesadas en hablar de cosas profundas. Hace mucho que soy uruguayo y Uruguay es el país que me conecta con Latinoamérica.
—Aún quedan varios episodios de Tu casa es mi casa por estrenarse en HBO. ¿Qué te gustaría que el público descubriera en cada uno?
—La idea era mostrar 12 ciudades de Latinoamérica desde un ángulo nunca antes visto. Por eso, huimos de las tradiciones, del turismo fácil y del lugar común. Junto a Pablo queríamos mostrar que los latinos son muy creativos justamente porque, a diferencia de Estados Unidos y Europa, no se le da mucho dinero al arte y a la ciencia;por eso los latinos encuentran caminos creativos sin plata. Eso nos hace ser diferentes y quizás un día tengamos una política humana de derechos, que ya se ve en Uruguay y Costa Rica, que haga fortalecer al continente para que podamos ayudar a que el mundo mejore gracias a nuestra creatividad.