EN PRIMERA PERSONA
La banda ascendente del rock uruguayo renovó formación, grabó el EP "Mudar" y dará cuatro shows en La Trastienda
Tras dos recitales que en la interna fueron considerados como “ensayos abiertos”, la banda Eté & Los Problems presenta de manera formal a su nueva formación, en una serie de shows en La Trastienda que irán este viernes, sábado, lunes y martes (entradas a la venta en Abitab; primeras funciones casi agotadas).
Con su disco El éxodo y el hit “Jordan” como punta de lanza, la banda amplió su público y se convirtió en una de las propuestas más atractivas del rock nacional. Hambre, material de 2018 que resultó ser el álbum del año en los últimos Premios Graffiti, fue otra confirmación de ese éxito que tiene a Ernesto Tabárez como voz cantante.
Sin embargo, en su momento de mayor solidez y justo cuando Los Problems cumplían 15 años, el guitarrista Santiago Peralta y el bajista Marto Moreno se alejaron. Con Tabárez y el baterista Andrés Coutinho, el grupo se rearmó y captó a Bárbara Jorcin, Iván Krisman y Martín Iglesias y le aportó nueva energía a un repertorio intenso. Eso es lo que se verá en La Trastienda y en Mudar, un EP audiovisual que servirá de transición para las bandas y del que ya se conoce un adelanto, “Máquina del tiempo”.
Lo que sigue es, en primera persona, el relato de Ernesto Tabárez sobre estos cambios.
Eté & Los Problems por Ernesto Tabárez
El año pasado Marto (Moreno) se fue a vivir a Aguas Dulces, a una laguna. Ya vivía en Bello Horizonte y venía pila, pero a cuatro horas de viaje se iba a complicar. Entonces él dijo de venir una vez por semana, quedarse y tener los ensayos dos días seguidos. A todo eso estábamos hablando de la gira 2020 de Hambre que incluía España, México, Chile, Colombia, Argentina. Y cuando estábamos hablando de esa gira, era evidente que Peralta estaba incómodo con la conversación.
Terminamos el último show del año, y el Peralta me llamó el 23 de diciembre a las 3 de la tarde para decirme que quería ver su eventual salida el año que viene, pero que sobre todo no quería ir a ningún lado.
Peralta está grande, tiene una hija, y yo entiendo perfectamente las razones. Pero eso cambió todo, porque era parte central del triángulo. Es cierto que no había estado en Alemania ni había laburado codo a codo conmigo en la composición de Hambre; ya se había alejado de a poco. Pero fue durísimo igual, yo la pasé muy mal.
Ahí pensé mucho qué hacer, si tenía sentido seguir. De verdad pensé: me hago solista, ya fue. Pero me di cuenta que estaba Andrés (Coutinho), que estaba Iván (Krisman) que ya era de la banda, y si estaban ellos se podía conseguir gente para armar la banda de vuelta. Y que las canciones estaban ahí, que había una cosa que no se moría con las personas que se fueran.
Ahí ya tenía claro que quería que viniera Bárbara (Jorcin), habíamos laburado con ella en las presentaciones de Hambre, y lo que nos faltaba era un guitarrista. En realidad estuvimos pensando si no era Iván, pero él es un bajista increíble y toca otro montón de instrumentos que está bueno que estén. Y Andrés sacó de la galera a Tincho (Martín Iglesias); lo conocía y tenía buenas referencias.
El día que Andrés lo llamó, Martín le dijo: ‘Me estoy yendo de vacaciones, vuelvo en un mes. Pásenme las canciones y las voy estudiando’. Le pasamos toda la lista de La Trastienda de la presentación de Hambre, 22 canciones. Si traía tres no laburaba, si traía 10 podíamos partir de eso; vino en un mes y trajo todo perfecto. Y fue inmediato.
Así que esperamos un mes para el primer ensayo y a Marto, que hasta ese momento se mantenía en la banda, se le había volado el techo de la casa a la que se fue a vivir y no podía venir. Era evidente que estaba en un problema real y no iba a poder cumplir con estos problemas imaginarios que teníamos, y él mismo dijo: ‘pensé que sí, pero no voy a poder’.
Igual fue duro, porque Marto es muy importante en el clima de la banda. Y nos dolió, pero hace tiempo estábamos buscando alguien que fuera el road manager de nuestros shows de acá para que nuestro mánager, que es argentino, no tuviera que venir siempre. Y Marto, en los shows de Alemania, hizo mucho ese laburo sin que nadie se lo propusiera. Entonces logramos armar una jugada en la que Santi se va porque se quiere ir, y está perfecto. Va a venir a tocar cada vez que pinte, pero no tiene ningún compromiso con la banda, que era lo que no quería. Y Marto, que sí quería quedarse, se queda, va a todos los shows y además en algunos temas toca.
El lanzamiento de "Mudar"
Cuando se empezó a aflojar la cosa (la pandemia), se nos ocurrió ir al campo de Andrés, donde podíamos ensayar manteniendo la distancia. Empezamos a ir una vez por semana a jornadas larguísimas, que estuvieron buenísimas porque fue como deambular por las canciones. Y hubo todo un trabajo arduo. Básicamente Eté & Los Problems siempre fue Andrés, Marto y yo sosteniendo una base sólida y Peralta dibujando arriba. Ahora Tincho puede hacerlo, Bárbara puede hacerlo, y además están los coros que abren otra capa.
Ahí venía maquinando qué hacer, y se me ocurrió que quería grabar a la banda nueva, porque lo que pasó es que yo me empecé a copar con lo que estaba pasando y tenía ansiedad de que eso se transformara en algo. Y como no había nada que proyectar... Pensé en encerrarme a escribir un disco nuevo y salir con eso, pero realmente las canciones de Hambre y las otras se volvieron algo novedoso para mí y no sentí la necesidad de tener canciones nuevas. Y cuando me di cuenta de que quería hacer esto de Mudar me sentí muy aliviado, porque le quité un peso a los discos que no deben tener. O por lo menos los míos no tienen. Mis discos salen cuando están terminados, siempre.
Y realmente la banda ya se siente una banda, ¿viste? Nos costó, fue muy frustrante, sobre todo para Bárbara y para Andrés y yo con ella. Nosotros estábamos abriendo un montón la cancha y al mismo tiempo, Bárbara no encontraba dónde jugar. Y hubo momentos para todos de: ‘paremos, no se entiende nada’. Nos llevó como tres meses sonar de verdad, y de hecho todavía estamos trabajando. Yo creo que esta banda se termina de consolidar con el disco nuevo, pero ya en esto (Mudar) está. Y estamos contentísimos con eso.
El futuro
Me pongo a pensar en las canciones nuevas y me quedo temblando de emoción. Ya solo por la cantidad de elementos que tiene tiene, el techo mucho más alto que guitarra, bajo y batería.
No me dio miedo la banda nueva. Lo que yo no quería era una banda que repitiera la otra, y lo que me daba miedo, en todo caso, era no lograr que funcionara. Pero un día estábamos tocando "Máquina del tiempo" y salió, o se pudo vislumbrar lo que iba a pasar, y fue como: 'si podemos hacer esto, podemos hacer todo'.
Las tres personas que se sumaron a esta banda son compositores, y eso se nota. Este disco (que viene) va a ser un trabajo más colaborativo; además ellos tienen unas ganas locas. Somos como novios nuevos, te gusta todo del otro, y lo pienso aprovechar. No necesito hacer un disco tan centrado en mi trabajo; a mí lo que me interesa es la dirección artística de eso. Pero hay un trabajo colectivo que es importantísimo; los discos no serían lo que son sin las personas que estuvieron. Y en este disco voy a compartir la autoría musical, seguro. Tienen mucho para dar y estamos en un clima en que todo el mundo encontró cómo darlo. Hay naturalmente un espacio de diálogo constante y de entendimiento absoluto de la pieza, y va a ser así. No me interesa centrarlo en mí esto. Mientras me guste, vengan con todo.