LANZAMIENTO
"Lo que encontré mirando para adentro" es el EP que la cantautora grabó y produjo durante la pandemia
Cuatro años y una pandemia después de su primer disco, Papina de Palma presentó canciones nuevas. Desde aquel Instantes decisivos que la instaló en la escena como una de las cancionistas con más frescura y proyección, De Palma se dedicó a tocar en vivo, generó un proyecto audiovisual que se llamó Los abrazos son instantes decisivos en el que versionó sus temas (y temas ajenos) con una serie de invitados, de Hugo Fattoruso a Gerardo Nieto; y también reescribió su repertorio con perspectiva feminista.
Lo que encontré mirando para adentro es un EP que lanzó hace un par de semanas en el que están, de alguna manera, todas esas experiencias de los últimos años. Su esencia compositiva de melodías agradables y versos autorreferenciales movidos por el amor está, sí, pero plasmada con otra hondura. El amor de estas letras ya no es el urgente e idealizado, sino uno más terrenal y más reflexivo.
Es un EP de deconstrucción en todos los sentidos. Al cambio poético se le suma el cambio de rol de De Palma, que le sacó provecho al aislamiento y además de componer arregló, grabó, produjo y mezcló este material. Eso le da un matiz artesanal al sonido, que lo deja más cerca a la experiencia del vivo y lo despega de la carga de producción que tenía el debut.
Lo que encontré... se abre con la microcanción “No es joda”, que combina un ágil loop de guitarra con voces secundarias, también loopeadas, que acompañan la voz líder. Le sigue “Las balas”, en la que De Palma canta sobre el piano de Licina Picon que refuerza cada palabra, y de los coros de Cami Ferrari que dan un vuelo más etéreo.
“Zugzwang”, un dueto con la cantautora argentina Anamoli, tiene esa lógica de mantra que estaba presente en algunos momentos de Instantes decisivos y funciona como puente con aquel trabajo. En contrapartida, el cierre con “Los árboles” se desmarca. Es una canción de guitarra acústica endulzada por una viola que aporta Leticia Gambaro, y que tiene a De Palma en otra búsqueda: en lo vocal aparecen más matices, en lo letrístico hay una contemplación de la naturaleza que corre el foco del relato más yoísta, y en lo climático hay una exploración por la melancolía y la tristeza que también tiene su cuota de novedad.
Lo que encontré mirando para adentro es un paseo rápido por varias emociones, que muestra a Papina de Palma con unas canciones que ponen lo concreto por encima de todo. La búsqueda de nuevas propuestas, nuevos caminos y mayor libertad de acción es clara y se disfruta.