ENTREVISTA
El ex Calle 13 presenta su disco solista el viernes en Landia, y por eso charló con El País.
René Pérez Joglar habla desde Nueva York a pocos días de empezar con la parte sudamericana de su primera gira en solitario. Entre esa ciudad, Argentina y Puerto Rico, el rapero conocido como Residente hace su vida y sus canciones, esas que ahora se agrupan en un disco que firma en solitario. La banda que lo hizo famoso como una topadora verborrágica y desenfrenada, Calle 13, se diluyó sin demasiadas aclaraciones y dio paso a nuevos proyectos, a nuevas inquietudes.
En esa situación se encontró Residente cuando descubrió, a través de un análisis de ADN, que en sus genes hay mezclados países y culturas de lo más diversas. Entonces visitó cada lugar, conoció sus historias y grabó Residente, un disco que también es libro y documental, en el que mantiene el sello que lo caracteriza pero explora otras mixturas musicales, alejándose del espíritu agresivo-fiestero de sus canciones anteriores.
En vivo, sin embargo, las viene integrando para armar un show completo y contundente que pueda dejar satisfechos a los seguidores de Calle 13 que llegan buscando aquello que ya no es, y a los que se ganó por su cuenta. Así, en ese viaje, es que Residente llegará esta semana a Uruguay. Vendrá con una nueva banda a presentar su trabajo discográfico y lo hará el viernes a las 21.00 en el Centro de Espectáculos Landia.
“Parte de la idea de empezar con un proyecto nuevo era empezar desde la incomodidad artística con la que cargan los proyectos que empiezan de cero, y un poco así me sentí con esto cuando empecé: cada red social nueva, todo nuevo, el nombre nuevo”, contó en una conversación breve y correcta con El País. “En Europa conocen Calle 13 pero no conocen Residente, pero por alguna razón han visto la propuesta, algunos fueron a ver qué era y se dieron cuenta que era brutal”, dice: eso es lo que quiere que todos vean en su concierto.
—Después de tantos años armando este proyecto en solitario, ¿cómo ha sido trasladar todo eso al vivo y acostumbrarte a una banda nueva?
—Superbien, estoy muy contento, se nota en tarima la alegría de colaborar con gente que admiro tanto. Hay un respeto mutuo que es muy importante, es una banda que respeto mucho y son unos genios musicales cada uno de ellos. Cuando hablo de genios musicales es que verdaderamente tocan muy bien, y la idea era esa, armar una banda que fuese tan sólida que no hubiese ninguna duda, y que pudiese también engancharse con lo nuevo. Para eso tuve que seleccionar gente de diferentes países con diferentes gustos musicales, y eso está en la banda: hay un argentino, un marroquí, un alemán, dos estadounidenses y dos puertorriqueños. Es bien multicultural.
—¿Cómo se integran en vivo estas canciones nuevas con las de Calle 13?
—Están superbien integradas, no pierden la esencia de lo que son pero con otro estilo, con otra onda. No sé cómo describírtelas pero suena espectacular y yo quería estar seguro de eso. Yo me quería sentir muy tranquilo para que no hubiese espacio para la crítica, y que si hubiera una crítica destructiva no me importara porque dentro de mí sé que está muy bien. Los videos que he sacado tienen fuerza cinematográfica, yo mismo me puse a dirigirlos.
—Igualmente desde que empezaste a hacerte conocido has sido un blanco de críticas, así que ya tendrás tus estrategias desarrolladas para que no te afecte lo que dicen de ti.
—Sí. Antes, cuando empezaron las redes sociales que fue casi cuando Calle 13 empezó, no lo sabía manejar y uno se confunde, no entiende, hasta que va viendo que es común y que va a haber de todo. Obviamente las críticas constructivas las escucho, me encanta escuchar lo que piensa la gente de los proyectos y eso no sólo me ayuda a mejorar, sino que me da ideas. Pero las críticas destructivas casi no las miro, ¿sabes? No les hago caso, y cada vez menos. Cuando te das cuenta que le pasa no sólo a los artistas sino a gente que uno considera genios, ves que es normal.
—Venís de presentar el videoclip de la canción “Guerra”, que filmaste en un campamento de refugiados. ¿Qué buscaste con esa experiencia?
—Yo filmé parte en España y otra parte en la frontera del Líbano con Siria. La idea era grabar a los refugiados de Siria, darle más fuerza al video y a las caras de ellos, que la gente viera las caras de esta gente que lleva más de cinco años en el campamento, estancados ahí, sin poder irse para su país, viviendo en unas condiciones bastante jodidas. Y no es que ellos vienen de condiciones jodidas: ellos vienen de condiciones normales a vivir en unas casi inhumanas, bajo un sol superfuerte, con un montón de necesidades. Entonces todo eso lo quería proyectar dentro del video y contar todas las fases de la guerra: la gente a la que le destruyen su pueblo, la gente que resiste a la guerra, los refugiados y la gente enajenada, nosotros, que vivimos mucho más cómodos alejados de toda esa situación. Falta la parte económica y del negocio, pero está el esqueleto de la guerra.
—Pensaba con eso en la discusión que se dio estos días sobre cómo la imagen de Puerto Rico puede quedar asociada a la que muestra el videoclip de “Despacito”, y si a Puerto Rico le sirve que el mundo entienda que el país es eso que se ve ahí y nada más. De afuera y siendo también una abanderado de Puerto Rico, ¿cómo ves eso?
—Cómo te digo… Yo no creo que ese sea el fin del gobierno de Puerto Rico y pienso que hay problemas mucho más complicados que resolver antes de la imagen del país. Sí creo que lo están usando como una herramienta de turismo, y si funciona para traer gente y que luego ellos vean la realidad de Puerto Rico, pues está bien. Si les sirve de atractivo, esa es otra discusión, y la cuestión monetaria o cuánto se está gastando el gobierno, eso son otros 20 pesos. No creo que lo estén usando para representar al país porque hay un montón de temas representativos, creo que lo están usando como gancho. No me meto en ese asunto: yo hago mi arte, hice el tema de “La Perla” que provocó que viniera gente al barrio, y si un tema como “Despacito”, te guste o no te guste, ayuda a que no se destruya al barrio, pues perfecto.
—Has dicho muchas veces que para ti ser artista tiene que ver con expresar las cosas que te afectan. Todo este proceso de hacer Residente tanto desde la investigación a través de tu ADN hasta el hecho de desprenderte de tu banda anterior, ¿qué te hizo conocer de vos como artista que no conocías?
—Muchas cosas de mí mismo como individuo. Soy perfeccionista y soy preciso, he sido bien preciso con mi vida artística en cada sonido, en cada letra que escribo y en este disco también. Yo creo que porque soy inseguro como todo el mundo, tengo mis inseguridades desde pequeño y eso me ha activado a dar cuatro veces más de lo que puedo dar, a esforzarme triplemente. Creo que aprendí a, dentro de esa inseguridad que tenía artísticamente, buscar la mejor manera de expresarme. La inseguridad viene por el trastorno de déficit de atención que tengo desde hace años, pero todo eso hizo que yo le meta más duro, y trabajando este disco me di cuenta de eso. Me puse a buscar mucho sobre mi persona.
Un show entre lo nuevo y lo de siempre
El viernes próximo a las 21.00 en el Centro de Espectáculos Landia del Parque Roosevelt (originalmente el show iba a ser el 19, así que las entradas adquiridas para ese día conservan validez), Residente presentará su primer disco solista, que es homónimo y propone con las canciones una reflexión social que va de la mano de un viaje por su propio ADN. En esta gira, está presentando este nuevo repertorio con una banda cosmopolita (hay músicos de Alemania, Argentina, Estados Unidos, Marruecos y claro, de Puerto Rico) y con mucho espacio para las canciones de la banda que lo hizo famoso, Calle 13. Para el show, las entradas están en venta en Red UTS, Redpagos y Tienda Inglesa desde 1.330 pesos. Y según el propio Residente, el concierto que ya probó en varios lugares está “espectacular”.