Por Nicolás Lauber
Puntualmente a las 21.00 comenzaron a proyectarse videos con historias de vida que encontraron un apoyo emocional en las canciones de Ricardo Arjona Los protagonistas de esos testimonios, cómo si fueran inquilinos de ese "condominio Blanco y Negro" que llegó para presentar al estadio Centenario, fueron calentando los motores de la emoción.
El viernes fue un día sofocante, pero en la noche, en la tribuna olímpica no se sentía el calor: providencialmente una brisa alivió la espera a la llegada de Arjona quien se reencontró con su público uruguayo luego de seis años.
Cuando todo indicaba que empezaba el show, la tribuna se llenó de flashes, los celulares en lo alto prontos para registrar su aparición. Primero llegaron los músicos y coristas, y a través de la enorme pantalla que le daba profundidad al escenario se fue contando la historia musical del dueño de concierto a través de la portada de sus primeros discos y presentaciones juveniles.
Su última presentación en Uruguay fue en noviembre de 2017 y en ese entonces también logró, desde su aparición, que el público se pusiera de pie y comenzara a corear ya en el primer acorde. Arjona conoce la receta para entusiasmar a la audiencia: los hace cantar y pararse, emocionarse, lagrimera emociona, lagrimear, gritar, saltar, bailar. Las canciones de Arjona consiguen todas esas reacciones de su audiencia.
"¿Hace cuánto que no nos vemos?", pregunta Arjona en la primera pausa del show antes de referirse a cómo ha cambiado el mundo en estos tiempos con su habitual poesía.
El público, promedialmente de cuarenta años y menos, recitó la letra de cada tema, vitoreó las pausas, y le gritó piropos en los silencios.
Ricardo Arjona, nacido hace 59 años en Guatemala tiene una carrera de cuatro décadas. Siempre ha estado acompañádonos a fuerza de éxitos radiales, baladas en su mayoría sobre el amor, el desamor, el desencuentro y la perdida. Gracias a una buena orquestación y una poesía (que a veces solo se le permite a él) conquistó primero a las madres, y así entro en la casa de todos. "Señora de las cuatro décadas", que interpretó el viernes, puede haber tenido que ver en ese asunto.
Al Centenario llegó con un repertorio de esas melodías y versos reconocibles por todos, una voz que parece no envejecer y un show que domina muy bien. Interactuó con el público, bromeó, le regalaron dos mates y leyó algunos carteles. También contó historias graciosas sobre el hombre de hoy y como ha cambiado el poder del varón que ya no puede decir algunas cosas.
Con un show que no decayó en ningún minuto repasó sus canciones y hasta se animó a interpretar algunas fuera del programa como "Ella y el" o "Marta".
"¿Estamos ya?", dijo. "No" gritó como respuesta el público que decía nombres de canciones para que interprete. "Nos vamos a quedar toda la noche", remató Arjona antes de volver a cantar.
A lo largo de dos horas, Arjona dejó todo sobre el escenario y como un encantador de serpientes, dominó al público que no paraba de vitorearlo. Incluso una mujer hizo caso a la letra de "Desnuda" cómo se pudo ver en las pantallas gigantes.
"Minutos", "Fuiste tú" y "Mujeres" fueron el trío final de este artista, un seductor nato que se ha dedicado a conquistar, con sus versos románticos, a las mujeres desde hace cuatro décadas. Eso se pudo ver en el centenario este viernes dónde una Olímpica repleta despidió al músico mientras ya espera su regreso.