Roberto Carlos, el camaleón de la música brasileña e ícono de la canción romántica que regresa a Uruguay

El popular cantante se presenta hoy a la noche en el Antel Arena, tras casi una década de su última visita, para un concierto que promete muchos clásicos. Acá, un repaso por el camino que lo convirtió en el "rey de la música".

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Roberto Carlos
El cantante brasileño de 83 años, Roberto Carlos.
Foto: Difusión

Lleva más de medio siglo escribiendo y cantando. Es el artista que más discos ha vendido en la historia de Brasil —solo en español ha grabado 40—, además de haber sido galardonado decenas de veces. En el vecino del norte, de donde proviene esta cronista, Roberto Carlos es casi un consenso. No hay quien no tenga un recuerdo relacionado con él, un vinilo suyo en la casa, o una madre, abuela o tía que no cante “Detalles” o “Mujer de 40” con entrega total.

En los años de liceo, en más de una oportunidad, presentamos alguna canción suya para fechas como el día de la madre. Y las homenajeadas con sus kodaks, registraban todo maravilladas. Ni que hablar de las decenas de telenovelas de Globo con sus canciones como banda sonora.

Por eso más de una generación se sabe la mayoría de sus temas de memoria. Mucho antes de entender su obra, ya sabíamos que Roberto Carlos era el rey de la música. Porque no faltaron almuerzos de domingo con Es prohibido fumar (en el que está el hit que le da nombre al disco y el clásico “Calhambeque”) como sonido de fondo. Y porque además la herencia familiar de muchos está llena de vinilos y CDs suyos. Hay, definitivamente, una memoria afectiva con sus canciones.

Roberto Carlos no es una unanimidad, pero es casi. Para nosotros, hijos de esta generación que tuvo en él un ídolo absoluto, y que crecimos con los especiales de fin de año de Globo —una manera inteligente que encontró de renovar su público—, es prácticamente una entidad.

En aquellos especiales repasó sus éxitos, y pronunció año tras año su clásica frase “son tantas emoções, bicho”, antes de dejar su sonrisa frente a las cámaras y lanzar las rosas, siempre ellas, para el alboroto de sus fanáticas, fuesen famosas o anónimas.

El hombre que deseó tener un millón de amigos alcanzó las masas y es por eso que dentro y fuera de Brasil fue coronado como rey, primero de la juventud —en la década de 1960 de la Jovem Guarda junto a Erasmo Carlos y Wanderléa—, y más tarde soberano de las canciones románticas.

El cantante fenómeno regresa, hoy a la noche, a Uruguay tras casi una década de su última visita, para un concierto donde promete repasar clásicos como “No te apartes de mí”, “Ese tipo soy yo”, “Un millón de amigos” y “Amada amante”. Será en el Antel Arena a las 21.00 y las últimas entradas (de 7.000 pesos) están en Tickantel.

Durante 48 años alcanzó la hazaña de lanzar un álbum al año y en sus más de seis décadas de carrera cosechó un éxito sin precedentes: en 2004 recibió el Grammy a la Excelencia Musical —fue el primer brasileño en recibirlo— y en 2015 el premio a personalidad del año en los Grammy Latino. Llegó a vender más de 100 millones de álbumes en todo el mundo, y es el único latino en alcanzar esta marca.

Cada 19 de abril sus fanáticos van hasta la puerta de su residencia en el barrio de la Urca, en Rio de Janeiro, para desearle feliz cumpleaños. Hay miles de historias de algunos, de distintas edades y clases sociales, que han hecho locuras para estar cerca de él.

Pero ¿qué despierta este amor?, ¿cuál fue su fórmula?. Según el propio Roberto Carlos, nunca existió una. Sin embargo el hombre de muchas canciones siempre fue, a la vez, de pocas palabras. Fuera de los escenarios no dio muchas entrevistas y evitó posicionarse políticamente. Quizás eso, y la voz mansa (y afinada, por supuesto), su sonrisa casi permanente, y su poder de escribir las palabras justas para cantarle al amor, expliquen algunas cosas.

Según el productor y periodista especializado en música, Nelson Motta, Roberto Carlos tiene algo que ningún otro artista brasileño tuvo. Es como si de alguna manera dominase la receta de eso tan poderoso que tiene la música: transportar al que escucha, hacer que se identifique y se emocione.

“Quiero hacer una canción que hable del amor de una manera en la que no lo hice aún. Me gustaría decir más de lo que dije hasta ahora. El amor da para mucho”, dijo en entrevista al diario argentino Clarín en 2014, para sorpresa de la entrevistadora. Tras tantas décadas cantándole al sentimiento universal, aún quería explorarlo y sorprender a través de él.

Y aunque es indudablemente un icono de lo romántico, es también el que cantó alguna vez con voz rasgada e impronta rockera en “Las curvas de Santos”. Canción que le mostró a Caetano Veloso cuando lo visitó en Londres en 1969, mientras el tropicalista se encontraba exiliado por la dictadura.

Cuentan que Caetano lloró al escuchar la letra y tras ese encuentro, de regreso a Brasil, Roberto escribió “Bajo los caracoles de tus cabellos” en homenaje a su amigo y a aquella emoción que solo alguien impedido de volver a su país podría sentir. “La tarde está en tus ojos/ En tu mirada triste/ Por que has llegado hoy/ Y ayer por que te fuiste”, dice la letra. Se volvió una de sus canciones más emblemáticas del cancionero de Roberto Carlos y Caetano la grabó en Circuladô vivo.

Para retribuir el gesto, Caetano compuso en 1978 “Fuerza extraña” especialmente para que Roberto la interpretase. Para el tropicalista, estrofas como “Por eso una fuerza me lleva a cantar/ por eso esta fuerza extraña en el aire/ Por eso yo canto/ no puedo parar/ por eso esa voz es tan fuerte” encajaban a la perfección con el rey de la música.

En entrevista con El País en junio del año pasado,previo a su show en el Antel Arena, Caetano habló de Roberto Carlos: “Él es un ejemplo de fuerza inexplicable. Tiene un talento real y muy intenso. Su presencia en la escena brasileña ha sido y sigue siendo misteriosamente fuerte. Incluso en otros países de Latinoamérica él ha tenido y tiene una fuerza más grande que lo que logramos Chico Buarque, Milton Nascimento o Gilberto Gil. Nosotros tenemos prestigio en áreas más letradas. Pero Roberto conoce un suceso masivo como nosotros no conocemos”, evaluó.

Roberto Carlos, que empezó a cantar a los 9, se hizo conocido a los 18 y fue durante décadas un camaleón de la música, al día de hoy sigue sentado en su trono de rey de la canción romántica, y acumula 5 millones de oyentes mensuales en Spotify.

Es con todo ese legado, y con el carisma y encanto que solo un maestro de las palabras puede tener, que se subirá al escenario del Antel Arena esta noche. Estará, tras casi una década, nuevamente frente a un público que espera atravesar las “tantas emociones” que habitan su obra.

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