Roberto Musso, de El Cuarteto de Nos: "El cambio está en el ADN de la banda"

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Roberto Musso. Foto: @mariatmonasterios.

ENTREVISTA

Tras la salida de "Fiesta en lo del Dr. Hermes", El Cuarteto de Nos se prepara para una triple fecha en el Antel Arena. Antes de los shows, Roberto Musso dialogó con El País.

Luego de un año y medio de pausa obligada por la pandemia, El Cuarteto de Nos celebra su regreso. La banda liderada por Roberto Musso lanzó “Fiesta en lo del Dr. Hermes”, el primer adelanto del que será el sucesor del disco Jueves (2019), y lanzó un vinilo especial para celebrar los 15 años de Raro, el álbum que revitalizó su sonido y los llevó a recorrer el continente. Pero hay más porque el grupo está preparando triple fecha en el Antel Arena (29, 30 y 31 de octubre). Quedan pocos lugares a la venta en Tickantel.

Sobre la evolución del grupo y el cambio de enfoque al momento de componer, Musso habló con El País.

—“Fiesta en lo del Dr. Hermes” continúa con el camino que se inició con el disco Apocalipsis Zombie. El cuestionamiento a la manera en que se maneja el mundo se impuso al humor. ¿Cómo definirías esa evolución?

—Es natural. Siempre me ha gustado y he intentado componer las canciones de El Cuarteto desde mi situación y mi edad biológica, por más de que hay muchas de mis canciones que conectan con el Roberto más joven. Los temas que me movilizan cambian a lo largo del tiempo y me interesó retratar esos cuestionamientos a los que lleva la autorreflexión y la mirada de cómo estamos yendo como humanidad. Es una manera de encontrar nuevas ópticas.

—Tu cambio en la manera de escribir se basa en la forma de presentar una problemática: preferís proponer una pregunta antes que una posición.

—Es verdad. Cuando tengo un tema del que me interesa hablar, mi siguiente paso es ver si va a hablar una primera persona, si es Roberto o no, o si es en tercera persona. Lo mismo pasa con el lenguaje: veo si va a ser algo más irónico o border. Son cosas que parecen simples, pero son importantes. En “Fiesta en lo del Dr. Hermes”, el juglar que canta soy yo, pero no tomo partido. Los dos bandos se van respondiendo y cada uno tiene su himno de pertenencia. Eso es lo que busco: que quede planteada la pregunta y no tomar parte.

—Es lo que presentás al final de “Punta Cana” con la pregunta: “¿El que mucho explica es porque es poco lo que esconde? O, entonces, ¿El que poco explica es porque es mucho lo que esconde?”.

—Sí, es una forma que encontré de manera natural de encontrar un discurso nuevo, y me parece que ha conectado con mucha gente. Estas canciones conectan muy bien con el público mexicano, ecuatoriano y peruano. No es casualidad que después de nuestras giras la realidad política latinoamericana se te termine impregnando en las letras.

—Ese es uno de los aspectos más interesantes de El Cuarteto. Pasan los años y los discos, y cada vez conectan con más público del exterior. ¿Cómo lo toman?

—Es rarísimo e increíble porque no es fácil que una banda que lleva casi 40 años esté en su momento de mayor popularidad. Cada disco que pasa nos permite cortar más tickets y llegar a nuevos lugares. Atrás hay un trabajo importante, pero esa constante búsqueda está siempre. Es un orgullo enorme.

—Recién te mencioné el cambio de foco en la banda. Desde Habla tu espejo han ido despojándose de la mirada humorística y de las referencias uruguayas para ir acercándose a un mirada más humana y social. ¿El replanteamiento empezó en ese disco?

—Fue construyéndose de a piecitas. Cuando hicimos la recopilación con Juan Campodónico (El Cuarteto de Nos, de 2004) nos planteamos que sea una especie de mojón. Quisimos revisar nuestra etapa anterior pero con un nuevo sonido y “No quiero ser normal” es una canción bisagra. Lo mismo con “Hay que comer”, que ya no tiene ese humor tan negro y bizarro de los noventa, y que es un puente a Raro. Sentía que la fórmula del Cuarteto noventero ya estaba agotada. Las siguientes canciones fueron “Ya no sé qué hacer conmigo” y “Raro”, que ahora pueden no llamar atención, pero en ese momento eran canciones oscuras para nosotros.

—¿Qué valor le dan al cambio?

—El cambio está en el ADN de la banda. Me acuerdo que cuando sacamos Otra Navidad en las trincheras, nuestro público más viejo renegó de ese disco, porque querían a El Cuarteto más surrealista de Soy una arveja y no al humor de “Solo un rumor” y “El putón del barrio”. Lo mismo pasó con Barranca abajo, que era otro concepto, y la gente volvió a renegar porque decían que preferían a Otra Navidad en las trincheras. Pero esos cambios fueron muy importantes para nosotros porque cuando repaso nuestra historia me doy cuenta de que fuimos por el camino correcto. Si hubiéramos seguido en lo mismo, hubiéramos entrado en un círculo vicioso que haría que la banda no existiera más.

—Se cumplieron los 15 años de Raro, el disco que los catapultó a la fama continental. Antes de lanzarlo, ¿hubo un cuestionamiento sobre el camino que debían tomar? ¿En algún momento se llegaron a plantear el final de la banda?

—Habíamos tenido un pico de popularidad con Otra Navidad en las trincheras y me doy cuenta de que repetí un poco la fórmula en El tren bala y en los discos que vinieron. Antes de Raro sentí que a nivel compositivo había llegado a una pared porque canciones como las de Otra Navidad... eran insuperables, y no hay peor competencia que cuando uno compite con uno mismo habiendo hecho algo muy bueno. A nivel de banda, logísticamente hablando, nos propusimos trabajar más profesionalmente porque nosotros no teníamos sonidista fijo, no cuidábamos nuestra relación con la prensa y nos faltaba trabajar con un productor discográfico. Todo confluyó para replantearnos un nuevo camino, que no implicaba terminar con la banda pero sí hacer algo nuevo. Es un camino que empezó con la recopilación y que después explotó con Raro. Salieron cosas que estaban buenísimas: la tapa del disco estaba genial y el sonido que propuso Juan (Campodónico) era impecable. A Raro lo escuchó la gente adecuada en el momento adecuado.

—Después de una trilogía tan exitosa como la de Raro, Bipolar y Porfiado, ¿sentís que creció la presión al momento de componer?

—No sé si llamarle presión. Sentiría más presión si no hubiéramos tenido discos así, que nos cambiaron la vida. Lo que sí pasa es que laburo muchísimo más que antes y tengo un mayor cuidado en las letras y los mensajes que se transmiten. No quiero hacer una canción en contra o a favor de algo, que tal vez visto desde afuera puede parecer lo contrario. Realmente, estos años han sido mucho más de disfrute que de presión.

roberto musso

Gira suspendida y planes de un nuevo disco

Cuando irrumpió la pandemia en una gran parte del continente, El Cuarteto de Nos estaba en México presentándose en el festival Vive Latino 2020. Era 14 de marzo y el grupo ofreció un repertorio de 45 minutos que mezcló éxitos como “El hijo de Hernández” y “Yendo a la casa de Damián” con estrenos de Jueves como “Contrapunto para humano y computadora”. “Haber cantado esa canción fue increíble porque estaba yo solo respondiéndole a una pantalla y la gente piró. Había 10 mil personas cantando mi parte”, relata.

Con ese antecedente alentador, el grupo estaba listo para continuar con una gira que los llevaría a República Dominicana, Costa Rica, Panamá, Ecuador y Perú. Sin embargo, quedó en pausa. “Tuvimos que suspender todo y venirnos para acá”, relata Musso. “Fue un momento difícil porque teníamos a Jueves re fresquito y en Montevideo solo habíamos tocado una vez, pero escribí nuevas canciones porque no me podía poner un freno. En cierta medida, esta pausa fue una inversión”, comenta.

Y, según le adelanta a El País, ya tiene ocho canciones listas —entre ellas, “Fiesta en lo del Dr. Hermes”—, que formarán parte del próximo disco de El Cuarteto. Todavía no hay fecha de salida ni título, pero Musso confirma que la banda no incluirá canciones del bajista Santiago Tavella. “En los shows, Santi canta exitazos como ‘Pobre papá’ y ‘No te invité a mi cumpleaños’, pero últimamente ha volcado todo lo que le interesa hacer, y que en el Cuarteto de ahora no tiene cabida, en su versión solista”, explica sobre una postura que se remonta a Apocalipsis Zombie, de 2017.

“También es verdad que hacer una canción tiene un costo cada vez más grande porque trabajamos con buenos estudios y productores. Entonces, sentimos que es mejor no grabar canciones que luego no vas a tocar en vivo”, dice. “Es por eso que pasamos a grabar discos de ocho temas en vez de 18”, concluye.

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