La Nación/GDA
Slashtiene 58 años y 36 de ellos como icónico guitar hero. Desde los 80 para acá, nadie encarnó mejor la imagen de cómo debía ser un guitarrista de rock. Él afirma, como sobre casi todo de lo que habla de su obra, que no fue premeditado. Tal vez eso le agrega mística, tal vez ni siquiera importa. Hoy, la fórmula se ve simple. Galera, melena enrulada, anteojos negros, cara apenas visible, remeras rockeras, pantalones de cuero o jeans rotos, botas. La continuación hollywoodense, motoquera y transpirada del guitarrista como misterio que impuso Jimmy Page desde Led Zeppelin.
Pero por supuesto que también hay que tocar. Y Slash toca rock and roll desde que empezaron los 80 y no ha parado de hacerlo con un estilo directo, de riffs reconocibles en pocos segundos y solos que combinan virtuosismo y raigambre blusera. Esa es su marca. Desde Guns N’ Roses, Slash’s Snakepit, Velvet Revolver y también con Slash ft. Myles Kennedy & The Conspirators, la banda con la que tocará el 7 de febrero en el Antel Arena.
Además de los temas de su último disco. “El resto del show serán los temas que la gente quiere escuchar y covers que nos gusta hacer”, dice Slash. “No pensamos el repertorio de manera puntillosa, porque lo que buscamos es transmitir una energía más que construir algo desde el orden de los temas. Es un show de rock and roll y la gente que nos conoce sabe con lo que se va a encontrar: una banda haciendo lo que tiene que hacer”.
Para Slash todo se construye en la praxis. Nada de sobreanalizar. “No hay preconceptos, somos una banda de rock and roll que la pasa bien tocando rock and roll”, dice sobre Myles Kennedy & the Conspirators pero también sobre la forma en la que compone sus solos de guitarra.: “Es muy espontáneo, escribís una canción y pensás alguna idea a partir de los acordes que tiene, pero generalmente es la primera toma la que da la pauta de hacia adonde va el solo. Es espontáneo en ese sentido, pero si tocás la canción una docena de veces, vas a encontrar la idea melódica del solo; la estructura se hace ahí. Lo que no hago es sentarme a pensar la estructura de antemano, ni siquiera sé cómo se hace”.
—¿La guitarra sigue teniendo algún misterio para vos después de tantos años? Porque en esa forma de encarar una composición hay riesgos de repetirse aunque sea inconscientemente.
—Por suerte, la guitarra para mí aún es un pedazo de madera que me inspira como siempre lo ha hecho. Me encanta tocar la guitarra, no creo estar ni cerca en la lista de los mejores, pero lo más importante es que todavía me siento capaz de crear con una guitarra. Siento que hay un misterio del orden de lo maravilloso en todo lo que se puede hacer con ella, y creo que hoy lo disfruto más que cuando empecé. Tengo suerte de que aún amo tocar la guitarra. Toco la guitarra todos los días. Siempre encuentro la oportunidad para estar trabajando, si no es un tour o un disco, estoy componiendo o tocando con otros. O me siento con la guitarra a pensar ideas, siempre hay algo.
-¿Esas opciones te permiten esquivarle a la rutina o a los baches creativos?
—Estaba pensando en mi última respuesta. Sí, aún amo tocar la guitarra. Y sé que hay muchos que ya no, pero a mí siempre me entusiasma enchufar la guitarra. Sea una sesión o en vivo. Si estás en un período poco creativo, siempre podés salir y tocar. Me mantiene vivo.
—Visto desde afuera, parece que para tu estilo, cuánto más intuitivo y menos pensado sea todo, mejor. ¿Es así?
—Empecé a hacer música porque me divierte tener una banda de rock and roll, significa mucho para mí. Mientras otras tendencias van y vienen, yo hago lo que se siente bien para mí y lo disfruto. Es la única razón para seguir trabajando duro y haciéndolo todos estos años. Amo lo que hago y no quiero hacer algo influenciado por lo que me rodea, lo hago para divertirme. No lo analizo mucho.
—¿Pero nunca sentiste la presión de hacer un riff o un solo memorable?
—No se trata de pensar en hacer el mejor riff, capaz algunos pueden, pero si yo me sentara pensando que tengo que hacer el mejor riff del mundo, no me saldría nada. Mi plan es sentarme a hacer lo que me sale en el momento. Nunca vas a saber si a otros les va a gustar o no, a veces te sorprendés de los riffs que la gente elige como favoritos, así que no tengo preconceptos de la longevidad que va a tener la música que escribo. Solo hacés lo que te sale, lo publicás y seguís en otra, pero obvio que si a alguien le gusta, mejor.
—Con respecto a tu imagen, de guitar hero, ¿nunca te pesó lo que se armó alrededor de eso? Te convertiste en ícono y también en una figura mitológica.
—Nunca me sentí cómodo pensando en mí así, me gusta ser un guitarrista y hago lo que quiero hacer, el resto se desarrolló solo pero no me gusta entrar en categorías, porque te puede distraer y es desconcertante mirarte desde esa perspectiva. Siempre que alguien se refiere a mí con esa idea, me asusta mucho.