ENTREVISTA
La artista mexicana dialogó con El País sobre "Marte", la colaboración con María Becerra que durante semanas fue la canción más escuchada de Spotify por los uruguayos
Sofía Reyes confiesa que a veces se siente un poco abrumada. “Ya llevo un mes fuera de casa, entonces si puedo encontrar un espacio de 10 o 15 minutos en mi día para descansar, me lo tomo para no volverme loca. Aprendí a escuchar a mi cuerpo”, le admite a El País. Y es entendible. En las semanas que pasaron desde la salida de Mal de amores, el disco al que le dedicó los últimos seis años, la artista mexicana no ha dejado de trabajar.
La tarde en que dialoga con El País es la última de su corta pero exigente estadía en Buenos Aires, donde se ha dedicado a hablar en televisión, radio y unos cuantos portales. Es más, esta entrevista por Zoom se hace con la cámara apagada porque su equipo la está maquillando para salir en vivo con una de las emisoras más grandes de la capital argentina. Sin embargo, el esfuerzo dio sus frutos: unas horas después, Warner, su discográfica anunciaría que Mal de amores es cuádruple platino en Argentina.
A ese reconocimiento hay que agregarle que “Marte”, su colaboración con la argentina María Becerra fue la más escuchada en Spotify por los uruguayos durante más de dos semanas; ahora está en el puesto dos. Lo mismo sucedió en Argentina: hasta que salió “Plan A”, el esperado regreso de Paulo Londra a la escena musical, la canción de la mexicana no bajaba del número uno. “Es loquísimo; se me pone la piel chinita, como dicen en mi país”, dice, entre risas, apenas se le mencionan ambos datos. "Estoy disfrutando mucho de "Marte" y lo vivo en el presente porque a veces tienes tantas cosas a la vez que no terminas de conectar con lo que sucede", admite.
“Nunca he ido a Uruguay pero la gente me ha apoyado desde hace muchos años, así que estoy muy agradecida. Quiero ir pronto por allá”, le comenta a El País para agradecer la cálida recepción de Mal de amores. Y la artista nacida en Monterrey y radicada en Los Ángeles tiene razón porque durante todo 2018 “1, 2, 3”, su pegadiza colaboración con Jason Derulo y De La Ghetto, fue una de las más escuchadas en las radios locales y en las pistas de baile. Esa canción, que acumula 684 millones de reproducciones en YouTube, inauguró una nueva etapa en la carrera de la artista. “Con ‘1, 2, 3’ empecé a experimentar con la cumbia, el reggaetón y la música electrónica, y pude jugar con un sonido más fresco”, relata. “Así empecé con la mezcla entre cumbia y género urbano que se escucha en Mal de amores”.
Sobre la inspiración detrás de una ruptura amorosa y el enfoque de sus letras, Reyes dialogó con El País.
—Además de la constante fusión entre estilos musicales, las letras de tu nuevo disco abordan el final de una relación desde una mirada irónica, casi humorística. ¿De qué manera te ayudó a transitar esa etapa de tu vida?
—El uso de la ironía y del humor negro es muy yo (risas). Es algo muy sanador para mí, y cuando escribí "Palo santo" fue porque estaba dolida por la situación que describe la canción: los dos estábamos felices y enamorados, pero de repente la otra persona se puso rara y de un día para el otro se marchó. Fue un momento triste pero revelador, y siento que abordar el tema desde el humor permite sanar. Es como que me permite tomarme las cosas no tan en serio.
—Y es sobre esa idea que se construye el concepto de Mal de amores: por más de que te rompan el corazón, tratás de que no te afecte y lo podés tomar desde un lado positivo. Esa idea aparece en "Palo santo", "Marte" y "Gallina".
—Sí. Una amiga me dijo una vez que leyó una frase que decía: "Que nadie te rompa el corazón; uno se rompe el corazón a sí mismo". Y eso me llamó mucho la atención porque, al final, uno puede vivir situaciones difíciles, como la de tener el corazón roto, pero esa experiencia me obligó a amarme más y a entender el amor desde diferentes puntos. Fue todo un trip que me duró un año y medio, y si bien fue difícil también fue muy bonito. Espero que el mensaje le llegue a los oyentes porque la idea de Mal de amores es que a través de una crisis uno puede ir a otro nivel en su vida.
—Uno de mis momentos preferidos del álbum es "Mujer", la canción que abre el disco. Creo que su intención captura el momento que se está viviendo en la música urbana y que la frase: "No soy una santa, soy una mujer, / Soy buena y mala, como una mujer, / Hago lo que quiero porque soy mujer, / No me arrepiento por ser mujer" funciona como una declaración de principios de esta etapa de tu carrera. ¿Estás de acuerdo?
—Sí, y es que por eso decidí arrancar el álbum con esa canción. Tardé seis años en armar Mal de amores, o sea entre los 20 y los 26 años, y ya no me siento tan niña. Estoy viviendo una nueva etapa y creo que en nuestra cultura se nos ha enseñado que está mal visto que una mujer haga determinadas cosas, como hablar de su sexualidad, ¿sabes? Yo vivo en Los Ángeles hace 10 años, pero cuando platico con amigas que siguen viviendo en Monterrey, muchas me dicen que sienten culpa por tener relaciones con su novio, con el que llevan cinco años. Es muy fuerte, ¿no? Es como que nos muteamos y nos sentimos culpables por ciertas cosas. Pero en esta nueva etapa de mi vida, donde salgo de relaciones y por primera vez estoy soltera, me permito experimentar sin cuestionarme qué está bien y qué está mal. Y de eso va "Mujer": sentía un fuego dentro de mí y quería hablar de eso.