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Tango, bohemia y Piazzolla: Raúl Lavié vuelve con un homenaje a un amigo y maestro

El cantante y actor, una de las grandes figuras del espectáculo argentino, llega a El Galpón y el Enjoy con "Piazzolla inmortal"

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Raúl Lavié
Foto: Juan Manuel Ramos

Es, desde hace muchísimo, y así con esa familiaridad se lo conoce, “El Negro Lavié”, una de las figuras más reconocidas del espectáculo argentino.

Ahora Raúl Lavíe vuelve a Uruguay con Piazzolla inmortal, un espectáculo que incluye además de su voz y su porte inconfundible al crédito local Valeria Lima, músicos y bailarines (“todo jóvenes y talentosos”, dice Lavié), en homenaje a la obra del gran bandoneonista argentino, de quien fue amigo y de los primeros en sacar la cara por él.

“Es un espectáculo dinámico”, le adelanta Lavié a El País. “No es un concierto sino el relato de la historia de distintas épocas y con todas las alternativas de una vida rica como la de Astor”.

En Montevideo, Piazzolla inmortal estará en la sala Campodónico de El Galpón, mañana, viernes, a las 21.00 (con entradas que van de 2.500 a 3.500 pesos).

El domingo 29 estará en el Salón Monte Carlo del Enjoy de Punta del Este a partir de las 21.00 con entradas que van de 1.500 a 2.200 pesos.

“Tengo una relación afectiva con Uruguay, siempre me han tratado muy bien”, dice. Ese vínculo comenzó en la década de 1960 (“desde la época en que el edificio Santos Dumont de Punta recién se estaba construyendo”, da como un dato) y ya sea como integrante del Club del Clan o en su carrera solista, recuerda, se presentaba, por ejemplo, en los festivales de Piriápolis y Parque del Plata.

Casi 60 años después de eso, Lavié, quien nació en Santa Fe en 1937 o sea tiene 86 años, sigue de gira y con nuevos proyectos. Toda una vida de errante y bohemio que lo ha visto llevar el tango a todo el mundo. Y siempre recibido con admiración y ovaciones.

“De bohemio ya no tanto”, dice. “Además la bohemia de ahora no tiene nada que ver con aquella bohemia más romántica de la década de 1960”. Lavié fue parte, sí, de otra bohemia de cenas interminables en la calle Corrientes.

“A los 20 años trabajaba en los cabarets”, dice. “Yo estaba en el Maipú Pigalle con Héctor Varela, enfrente estaba el Marabú con Anibal Troilo y sus cantores. Por ahí andaba Juan D’Arienzo y todas las noches nos juntábamos con todos esos grandes nombres en un restorán de la calle Corrientes. Era una época floreciente”.

Pero sí lo de bohemio tiene fecha de caducidad, lo de errante en Lavié, no parece tener fin.

“Fui un errante por naturaleza, creo que me hice artista para viajar y no tener que pagar los pasajes y el hotel”, se ríe con ese tono grave e imperturbable al paso del tiempo.

Hizo de todo. Vivió en México, por ejemplo, donde se dedicó a estelarizar obras musicales clásicas y llegó a Broadway con el espectáculo Tango Argentino en el que interpretaba clásicos de los que se adueñó como “Mi noche triste” y “Cuesta abajo”, a los que entonaba por su masculina voz de barítono grave.

Ha repetido el éxito como actor en cine y televisión. “Siempre fui creciendo y haciendo cosas importantes”, dice. “Cada temporada, me invento algo nuevo para dar y eso me mantiene en la consideración del público”.

El vínculo con Piazzolla fue estrecho y cariñoso.

“Me llamó en 1965 para hacer algo juntos, un espectáculo entre actuado y cantado que al final no se hizo y tres años después escribe con Ferrer, María de Buenos Aires y piden que me llamen para el protagónico masculino”. Pero estaba en México y tampoco pudo.

En 1969 volvió a Buenos Aires y cantó “Balada para un loco” al que estrenó en el Luna Park. Fue, dice, el primer cantante varón de Piazzolla.

Piazzolla inmortal, de hecho, empieza con la voz del propio bandoneonista reconociendo la confianza de Lavié a su música en tiempos en que su tango moderno era recibido con recelo por los tradicionalismos.

A comienzos de la década de 1970 grabó tres discos con todos los temas de Piazzolla. Si lo criticaban o le reclamaban que fuera menos moderno, Lavié, cuenta él mismo, se llegó a pelear para defender su amigo.

“Mi relación fue más que profesional. fue de amistad con él y con toda su familia”, dice. “¡Canté con tres generaciones de Piazzolla!”.

Fueron ellos, dice, los que aportaron las partituras originales para Piazzolla inmortal que reproduce los arreglos del maestro y que se podrán disfrutar, entonces, mañana en El Galpón y el domingo en el Enjoy de Punta del Este.

Un espectáculo de tango con uno de los legendarios cantores del Río de la Plata. Suena interesante.

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