Era la pieza que faltaba para completar la experiencia del disco póstumo de The Beatles. Tras la salida del colosal documental Get Back en Disney + —con casi ocho horas divididas en tres capítulos—, la remezcla del álbum original junto a la publicación de 54 temas inéditos y tomas descartadas de aquellas sesiones de 1969, y hasta la edición de un libro repleto de imágenes, solo restaba la publicación del concierto que ofrecieron aquella mañana gélida del 30 de enero de 1969 en la terraza de Apple Corps. Get Back (Rooftop Performance) captura los 40 minutos de la última actuación en vivo del grupo y es el material ideal para los fanáticos del grupo. El aporte de Billy Preston en el solo de órgano de “Get Back” es esencial.

Jethro Tull está de regreso. A casi 20 años de su último disco —el olvidado The Jethro Tull Christmas Album, de 2003—, el grupo liderado por Ian Anderson lanzó The Zealot Gene. A lo largo de 12 canciones, abordan distintos aspectos de la condición humana bajo una temática en común:la Biblia. Cada título parte de una referencia algún versículo e, incluso, el flautista y cantante ofrece una reinterpretación de la historia de Moisés y su relación con Dios. Sin embargo, The Zealot Gene va mucho más allá de las temáticas religiosas. Con ese punto de partida, Anderson ofrece un paralelismo con la situación sociopolítica actual y dispara varias críticas al legado de Trump y al mundo en pandemia. Es una vuelta interesante.

A 20 años de Mi reflejo, Christina Aguilera se animó a volver a cantar en español. Tras la salida de “Pa Mis Muchachas”, una interesante guaracha grabada junto a Nicki Nicole, Nathy Peluso y Becky G —tres de las referentes de la nueva escena latinoamericana—, la estadounidense lanzó La fuerza, la primera entrega de una trilogía de EPs que conformarán su nuevo álbum. A través de mensajes de empoderamiento, la estadounidense de raíces latinas ofrece un sólido regreso a la industria musical. Además de animarse al reggaetón con “Santo” (grabada junto a Ozuna)y “Ya llegué”, Aguilera ofrece una clásica balada de piano (“Somos nada”) que le permite sacarle provecho a su gran capacidad vocal. Es un buen trabajo.