"The Number of the Beast": la historia del disco emblema de Iron Maiden que se reedita en vinilo con El País

El martes se publicó la quinta entrega de la colección de vinilos "Clásicos del rock", de El País. En esta ocasión, le llegó el turno al disco de Iron Maiden que marcó el ingreso de Bruce Dickinson a la banda.

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Iron Maiden.
Foto: Difusión.

The Number of the Beast es un álbum de transición y, como dijo el manager Rod Smallworld, de consagración. “Antes de ese disco, Iron Maiden era parte de la nueva ola de heavy metal británico. Después del álbum, Maiden pasó a ser una banda mundial”. Con el ingreso de Bruce Dickinson al grupo en lugar del cantante Paul Di’Anno, la banda forjó el sonido que se volvió referencia y grabó los hits “Run to the Hills” y “The Number of the Beast”, que se metieron en el Top 10 de las listas de éxitos de Inglaterra.

Ayer, The Number of the Beast volvió a girar en vinilo de la mano de Clásicos del rock, la colección que El País lanzó en febrero y lleva cinco volúmenes editados. Cuesta 900 pesos, se consigue en kioskos y en la web de Coleccionables del diario, y se acompaña de un fascículo con fotos y la historia del álbum. La reedición llega en el momento justo: la banda acaba de anunciar un show para el 1º de diciembre en el Estadio de Huracán de Buenos Aires, y aunque Uruguay no está incluido en la gira The Future Past World Tour, el renovado interés por el grupo es una buena excusa para repasar uno de sus discos más emblemáticos.

Y, para todo aquel que quiera conocer o redescubrir el motivo detrás del furor en torno a la vuelta de los británicos a la región, aquel trabajo de 1982 es una parada obligatoria en la discografía de Maiden. El productor Martin Birch, arquitecto sonoro de The Number of the Beast, lo definió a la perfección. “Tiene todos los ingredientes mágicos: sentimiento, ideas, energía y ejecución”, dijo. Sin embargo, lograr la excelencia requirió unos cuantos sacrificios.

El primero, claro, fue el cambio de frontman. La historia se remonta a setiembre de 1981, sobre el final de la gira de presentación de Killers —su segundo disco, el del clásico “Wrathchild”—, que llevó a Iron Maiden a recorrer Norteamérica, Europa y Japón. Tras 124 shows, la tensión entre Di’Anno y el resto de la banda ya era intolerable. Es más, habían tenido que cancelar cuatro shows en Alemania y reprogramar su paso por Escandinavia luego de que, según Smallworld, el cantante adoptara una “vida de rockstar”.

En ese momento Dickinson estaba al frente de Samson, otro grupo de heavy metal, pero estaba listo para dar el salto. “La primera vez que vi a Iron Maiden fue cuando Samson encabezaba un festival en Londres”, le relató el artista a Classic Rock. “Se me puso la piel de gallina al verlos. Me dio la misma sensación que tenía cuando era niño y escuchaba In Rock, de Deep Purple: eran los Purple de los ochenta. Recuerdo haber visto a Paul y pensar que yo tenía que estar ahí arriba, cantando con ellos”.

Y, finalmente, ocurrió. El joven de 23 años entró a la banda para completar los shows restantes de la gira de Killers, a la que le quedaban unas fechas en Italia e Inglaterra, y demostró que estaba listo para llevar a la propuesta a un nuevo terreno. Su potente rango vocal y una entrega que roza lo operístico al interpretar letras llenas de épica, le aseguraron un lugar destacado en la banda. Es como si Iron Maiden siempre hubiese esperado a Bruce Dickinson.

El cambio llegó en el momento justo. Steve Harris, el bajista y cerebro creativo de la banda, estaba detrás de nuevas ideas musicales pero no lograba concretarlas. “Paul no era capaz de lograr el desempeño vocal que requerían las complicadas direcciones musicales que Steve quería explorar”, definió Martin Birch, el ingeniero de sonido que trabajó en The Number of the Beast, en 2016. “Entonces, cuando Bruce se unió al grupo abrió tremendamente las posibilidades para el nuevo álbum”.

A su vez, Harris se había quedado sin reserva de canciones. “El primer disco, Iron Maiden, reunía los mejores temas que tocábamos en nuestros primeros cuatro años, mientras que Killers sumaba otras de esa época y sumaba cuatro nuevas”, narró Harris. “Cuando llegó el momento de hacer el tercero, no teníamos nada. La presión te ayuda a encontrar la inspiración, pero antes tenés que recorrer el infierno”.

Esa sed creativa, sumado a las posibilidades que se abrían con la llegada de Dickinson, permitió que Harris le abriera el juego creativo a sus compañeros. The Number of the Beast, por ejemplo, es el único álbum que tiene al baterista Clive Burr —que tras su edición dejaría del grupo— en los créditos compositivos. Lo mismo sucede con el guitarrista Adrian Smith, quien debuta con “22 Acacia Avenue”, “Gangland” y “The Prisioner”, y deja los riffs más memorables del álbum.

En esa dinámica de creatividad a contrarreloj también nació “Run to the Hills”, el tema que se volvería un himno del heavy metal y cuyo videoclip -que mezclaba imágenes de la banda en un show con escenas de una película de cine mudo- quedaría fijado en la memoria de unos cuantos uruguayos que eran adolescentes en los ochenta. “Fue escrito en una sala de ensayo”, reveló Harris. “Se me ocurrieron algunos riffs y trabajamos a partir de eso. Fue muy espontáneo y resultó siendo fantástico”, sumó sobre la letra que describe el conflicto entre los nativos americanos y los colonos europeos.

El protagonista del disco es, claro, “The Number of the Beast”. Arranca con una voz a lo Vincent Price citando el pasaje de Revelaciones que refiere al número diabólico 666. La cita se replica en la contratapa del vinilo y dialoga directamente con el dibujo de Eddie the Head —el esquelético personaje insignia de la banda— que maneja al Diablo como si fuese una marioneta.

La canción, que incluye uno de los gritos más viscerales de Dickinson y una letra tan amenazante como memorable, demostró que Iron Maiden estaba listo para conquistar el mundo de la mano de un repertorio imbatible. Y lo logró.

Así es la colección "Clásicos del rock" de El País

Todos los martes cada quince días, El País presenta una reedición de un vinilo clásico de la historia del rock. Cada álbum cuesta 900 pesos y se acompaña de un fasículo con la historia de la banda. Pedilos llamando al 29004141, con tu canillita o en la web de Coleccionables El País.

Ya se publicaron Led Zeppelin IThe Rise and Fall of Ziggy Stardust, Ramones y The Doors, y ayer se publicó The Number of the Beast de Iron Maiden.

Este será el orden de los siguientes cinco títulos:

  • Deep Purple - In Rock
  • Eric Clapton – Unplugged
  • Coldplay - Parachutes
  • Prince - Purple Rain
  • Van Halen – 1984

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