Tras los pasos de la uruguaya que inspiró a Bolaño

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Agustín Fernández

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Agustín Fernández trabaja en un film sobre Alcira Soust

La motivación inicial fue simple, sin pretensiones: reconstruir los recuerdos de la infancia de aquella tía abuela de historia particular, que estuvo encerrada en un baño mexicano, que apareció en novelas de Roberto Bolaño, que en Uruguay pasa desapercibida a años de su muerte. Y para completar ese álbum mental y emocional, Agustín Fernández habló con su propia familia, revisó las bibliotecas buscando los libros que ella mandó de México, reunió anotaciones y detalles.

“Y en un momento vi que tenía un montón de material, poemas, cartas. Y una amiga que estudia cine me dijo: ‘esto es un documental’. Hasta ese momento, nada tenía forma”, dice Fernández en charla con El País, en plena preproducción de esta película en la que trabaja, para recuperar la historia de un personaje singular.

El equipo se encuentra en el último tramo del rodaje uruguayo de este proyecto llamado "Alcira y el campo de espigas", ganador del premio FONA en la categoría Documental, y se estrenaría entre 2018 y 2019.

La maestra uruguaya Alcira Soust se fue a México en 1952 junto al pedagogo Miguel Soler, becada por la Unesco para realizar un posgrado. Allí realiza una tesis vanguardista, se casa, estudia cine, trabaja en un hospital de niños y hasta aparece en la revista Vogue y los sociales de la época, mientras continúa escribiendo poesía, una pasión que traía desde mucho antes.

Pero entre otras cosas (por ejemplo, fue asistenta de Rufino Tamayo durante la realización de uno de sus murales), Soust estuvo 15 días encerrada en un baño de la Universidad Nacional Autónoma de México, durante la ocupación por el Ejército Mexicano en 1968. Ese episodio inspiraría al escritor Roberto Bolaño para un capítulo de su novela Los detectives salvajes, y posteriormente para su novela Amuleto.

NOVELA

Fragmento de "Los detectives salvajes"

Yo no me puedo olvidar de nada, ese es mi problema. Yo soy la madre de los poetas de México. Yo soy la única que aguantó en la universidad en 1968, cuando los granaderos y el ejército entraron. Yo me quedé sola en la facultad, encerrada en un baño, sin comer durante más de 10 días, durante más de 15 días, ya no lo recuerdo. Yo me quedé con un libro de Pedro Garfias y mi bolso, vestida con una blusita blanca y una falda plisada celeste y tuve tiempo de sobras para pensar y pensar. Pero no pude pensar entonces en Arturo Belano porque todavía no lo conocía.

En la novela, Arturo Belano es el alter ego de Bolaño, y Auxilio Lacouture el nombre que recibe la uruguaya Alcira Soust.

Soust fue muy amiga de la madre de Bolaño y vivió bajo el mismo techo que ella, el propio Bolaño (cuando era adolescente y la uruguaya tenía cerca de 50 años), y la hermana de este, Salomé, quien la conoció en profundidad y hará su aporte para este documental.

“En México encontré lo que buscaba para el proyecto”, asegura Fernández sobre el viaje de preproducción que hizo de cara a esta aventura, que también le dio varias sorpresas. “Lo fundamental era tener de primera mano los testimonios cruciales para la columna vertebral del guión, que es México. Ella vive 30 años allá y la transformación que tiene su vida es fundamental”, señala el realizador, que enumera algunos detalles muy románticos de la vida de Soust, como que abonaba los rosales de la UNAM con trozos de sus propios poemas. La edición de su obra, delicada, es todavía una materia pendiente.

“Estoy seguro que va a haber misterios sin develar”, dice Fernández pensando en el resultado final de la película, una película que no piensa como un homenaje sino como un retrato “con sus cosas buenas pero también las otras, porque tenía su lado complicado”.

“Va a ser imposible abarcar todo, pero también está bueno que queden cosas en el tintero, sin develar. Porque ella fue muy así, vivió muchas vidas”, resume Fernández.

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