"Como siempre, amigo. Para levantar”, dice el rapero Trueno apenas se le menciona el termo y el mate con el que acompaña su jornada de entrevistas por Zoom. Es martes, recién pasaron unos minutos de las 13.00 y el argentino se ceba otro mate antes de empezar a hablar de “Ohh Baby”, el segundo adelanto del que será uno de los proyectos más importantes de su carrera: un disco de celebración de los 50 años del hip-hop.
Trueno, nacido como Mateo Palacios, es una de las voces con más originalidad y fundamento de la nueva escena del rap argentino. Apenas tiene 21 años pero ya lanzó dos discos clave —Atrevido, de 2020; y Bien o Mal, de 2022—, publicó éxitos como “Mamichula”, “Dance Crip” y “Salimo de noche”, colaboró con J Balvin y Cypress Hill, y su sesión para el ciclo Tiny Desk de NPR es un sobresaliente abrazo a sus raíces que recorrió el mundo.
En ese video, que tiene siete millones de reproducciones y se ve en YouTube, el joven que se abrió camino con el freestyle —en 2019, por ejemplo, ganó el campeonato nacional de la Batalla de los Gallos de Red Bull—, entrega un repertorio filoso y cuestionador desde el barrio de La Boca, en Buenos Aires. Hace freestyle, celebra a su tierra en “Argentina”, usa el rap arma como en “Tierra zanta” y hace del baile algo irresistible con la funky “Dance Crip”.
Esa canción de Bien o mal, que supo ser uno de los grandes hits del verano 2022, fue el prólogo del proyecto al que Trueno hará referencia a lo largo de esta entrevista. “Dance Crip” presenta un fraseo a lo “Rapper’s Delight”, uno de los primeros himnos del rap; incluye un sample de “Coolo”, de Illya Kuryaki & the Valderramas; y ofrece un interesante homenaje a la etapa esencial de la cultura nacida en los setenta en las calles de Nueva York.
Es un camino que continuó y expandió en “Tranky Funky” y “Ohh Baby”, los dos adelantos del que será su tercer disco. “Quería agarrar la música de los períodos inciáticos del hip-hop, como el funk y la música disco, para reivindicarla trayéndola al sonido actual”, explica. “Es muy importante respetar los terrenos donde uno se mueve y estudiar bien los géneros. Si hago música disco, como con “Ohh Baby’, tengo que entender sus componentes y respetar sus leyes”. Por eso, en “Ohh Baby” hay espacio para coros femeninos con tintes R&B y unos vigorosos arreglos de cuerdas arropan a la melodía principal. También se establece un puente con la actualidad a través de un bombo en negras y largos acordes de piano que marcan la impronta bailable de la canción.
El videoclip de “Ohh Baby” da aún más detalles del homenaje que sobrevolará su próximo álbum. Además de la sonoridad setentera, se celebra la estética de la época —la foto que ilustra esta nota lo comprueba— y muestra el diálogo entre canciones: “Tranky Funky” y “Ohh Baby” se ambientan en la misma fiesta. “Quería conectarlos porque ambos temas son bastante contemporáneos en cuanto a su temporalidad”, explica. “Así va a ser el track by track del disco: cada tema va a representar un género diferente”.
—¿Cómo nace la idea de este proyecto que homenajea al hip hop?
—La idea es festejar porque 50 años es un montón de tiempo, y todos los que formamos parte de esta cultura estamos de festejo. Cuando se llega a un aniversario tan importante, a uno le dan ganas de seguir construyendo este camino. Este disco es muy importante para mí porque me siento parte de los que aportan su granito de arena para que esta cultura sea infinita. Me pone feliz ser de la generación de pibes que la defiende y la sigue amando. Yo planeo hacer hip hop hasta que me muera, así en los próximos años los voy a estar molestando sí o sí (se rie).
—Este va a ser tu tercer disco, que en general suele ser una bisagra en el camino de un artista. ¿De qué manera este proyecto refleja tu evolución artística?
—Hace poco me puse a pensar en todo el camino y en lo que había pasado desde que empecé con las batallas de freestyle. Siento que Atrevido fue la transición y Bien o mal fue la consolidación artística que me hizo dar cuenta de que realmente yo quería vivir de esto. Para mí, el disco en el que estoy trabajando es una forma de entender que yo ya estoy en el juego. Atrevido era mi primera experimentación con la música y estaba viendo, después Bien o mal es un proyecto para mi país con la música de mi país. Hoy en día ya sé que cada uno de mis discos va dirigido a un sector, y este trabajo está dedicado a toda mi comunidad del hip hop y a toda la gente que conforma esta cultura.
-A lo largo de tu obra siempre ha habido espacio para generar memoria a través de tu música. En “Tierra zanta” grabaste con Víctor Heredia, y en el estribillo de “Tranky Funky” mencionás a Grandmaster Flash. ¿Qué tan importante es homenajear y revalorizar a los artistas que vinieron antes?
-Lo que somos de mi generación o un poco más grandes somos conscientes de que estamos siguiendo un camino que ya estaba construido dentro de todo lo que abarca la música, no solo el hip hop. Tanto Víctor Heredia con la música latinoamericana o Cypress Hill con el hip-hop, que la gente de la vieja aparezca para decirte que lo que estás haciendo está bueno es muy importante porque, al final, lo que hace es fortalecer el camino que estamos construyendo entre todos. Yo tengo mucho respeto por las personas que estaban antes que nosotros y que cantaron en una época más complicada en la que no se podía decir lo que querías o no tenías tantas herramientas para llegar a la gente. Eso le da un mérito extra a la gente de la vieja escuela, entonces, sea del género musical que sea, siempre que alguien se acerque a colaborar y a tirar buena onda para mí va a ser una oportunidad increíble.
—Ya cantaste en el Teatro de Verano, la Sala del Museo y el festival Canelones Suena Bien. ¿Cómo analizás el crecimiento de tu relación con Uruguay?
—A Uruguay le tengo un aprecio muy grande y la gente de allá lo sabe. Disfruto mucho de reconectar con mi segunda mitad porque mi familia paterna es uruguaya. Además, tengo mucha cultura del candombe por haber nacido en el barrio de La Boca; es más, mi padre (el rapero Pedro Peligro) era escobero y mi abuela bailaba. Yo contacté con Uruguay por la música, por las costumbres y por la familia, y la verdad es que me encantaría poder hacer cosas con la gente del candombe, de la murga uruguaya y de la plena. Me encantaría tener más tiempo para incursionar en la música uruguaya porque las últimas veces fui a hacer un show y me tuve que volver enseguida. Pero ahí voy a estar presente siempre. De eso no duden.