El guitarrista de Traidores y El Resto de Nosotros, dice que aquí una canción no da bienestar.
Lo de Víctor Nattero y la guitarra fue una especie de amor a primera vista: de niño le regalaron una, se sintió muy cómodo, empezó a tocar escuchando a Leonardo Favio, Sandro y mucho a The Beatles, y aprendió todo lo que tenía que aprender. "Pero más que nada fue Favio", cuenta en charla con El País.
Después sus gustos musicales fueron cambiando, apareció el punk, terminó la dictadura, y con su primo Juan Casanova formó Traidores, una banda trascendental del rock uruguayo que en 2016, como tantas otras veces, está de vuelta en los escenarios.
Influenciado por George Harrison, Johnny Marr y las guitarras de Pink Floyd, logró un sonido inconfundible que es pieza clave de la obra de Traidores (además es compositor de una cantidad de canciones), y que ahora le da sustento a la música de El Resto de Nosotros.
Con Alejandro Spuntone, excantante de La Trampa, Nattero volvió a encarar una banda con un comportamiento más formal que el efímero que tiene Traidores desde que en la década de 1990 dejó de tocar con asiduidad. Editaron un disco, El Resto de Nosotros (en 2014), y ahora trabajan en uno nuevo que podría publicarse este año. Por lo pronto, ya grabaron dos adelantos y el próximo sábado los presentarán en Montevideo Music Box (ver recuadro), en uno de los primeros shows de 2016.
Antes del recital y después de la seguidilla de toques que Traidores hizo en Bluzz Live, Nattero, que dice que "una vez" cantó pero que prefiere estar atrás en el escenario, concentrado en su guitarra, charló con El País de lo que fue integrar una de las bandas más importantes de Uruguay, de su trabajo como compositor y de los desafíos de hacer música y defenderla en Uruguay.
—En una entrevista en 1987 decías que no existía el rock uruguayo. ¿Ahora qué decís?
—Es muy complicado de explicar. Haber hay, no sé si se puede llamar industria. Hay bandas tocando y haciendo cosas, pero hablar de una realidad cuesta muchísimo. Las bandas hacen casi todo a pulmón, y si querés vivir solo de Uruguay estás muerto. Puede haber venido por ahí en aquel momento y puede venir por ahí ahora.
—¿Cómo encaja en esa escena El Resto de Nosotros?
—Es una banda de gente que tiene ganas de tocar. Y nos cuesta muchísimo; ahí te das cuenta que no existe una industria. Si bien no pensábamos que fuéramos a ser un superboom, somos gente muy conocida. Ale (Spuntone) es mucho más conocido, pero yo soy el violero y compositor de una banda grande, y nos cuesta igual que a una banda nueva. No la tenemos regalada. Es medio misterioso porque están viendo a Ale, referente de La Trampa, y quieren que haga La Trampa, o la gente de Traidores me ve a mí y no va. Somos la misma persona, tocando otras cosas. La gente crece.
—Tampoco suena tan distinto El Resto de Nosotros...
—Es imposible. Aparte, más allá de eso está la calidad con que se hacen las cosas. Si me decís que El Resto es una cosa inescuchable, te entiendo, pero hay buen material.
—Cuando componés, ¿pensás en quién va a cantar?
—Lo tengo muy incorporado a Juan, y a Ale también. Cuando termino de hacer los temas reconozco para quién va a ir cada cosa, y al tener la fortuna de trabajar con dos de los más grandes frontman que hay acá, es muy fácil para mí.
—¿Ha cambiado tu manera de componer con el tiempo?
—Claro, toco mejor y más seguro, entiendo por dónde va.
—¿Antes cómo era?
—Lo bueno que tenía aquello era la inocencia de las canciones. Yo apenas había compuesto unas cosas en una banda anterior medio beatle, horrible, y después recoger la inspiración del punk y llevarlas ahí, las escucho ahora y digo: qué bueno.
—Parece muy exigente el desafío de volver a componer material para una banda como Traidores, tantos años después.
—Yo soy compositor nato, estoy todo el tiempo componiendo. Llego a mi casa, se me ocurrió un riff, un estribillo, una letra y la plasmo. Después la química que encontramos con Juan o con Ale es lo que va a dar el resultado final. Pero no me puedo sentar a pensar en hacer un nuevo "Montevideo agoniza" o "Juegos de poder" porque va a ser una traba. También es un desafío, podemos hacer terrible álbum o pifiarla en todo. Y Uruguay es bastante complicado con eso de las etiquetas. El pop cheto, yo no sé qué es.
—¿Qué canciones te llenaron más cuando las terminaste?
—Me pasó con "La lluvia (cae sobre Montevideo)", tengo una alarma interna que me dice que por ahí voy bien, y con "Flores (en mi tumba)". Con El Resto me pasó con "Otro día sin vos" y "Amor pasajero", y ahora tengo un par de ases en la manga.
—¿Cómo era ser alguien de Traidores en los ochenta?
—Ah, estaba bueno, porque veníamos de la nada y de repente éramos populares, teníamos puertas abiertas y era una linda sensación. Era la explosión, entonces todos querían meterte en su boliche e ibas al interior y había gente, fuera para putearnos o para disfrutar, que ahora si vas lo más probable es que no pase nada, por la situación económica y porque la cumbia ha dominado el panorama. Pero eran momentos muy complicados, no había gente en la calle, se respiraba una pesadumbre fea, y fue un disparador. El punk, la situación de Montevideo y nosotros, en tiempo justo.
—Después de Traidores te fuiste a vivir a Argentina. ¿Prestabas atención a lo que pasaba acá?
—Viví todo el boom de La Vela y No Te Va Gustar, claro. Lo que siempre me extrañó es que esas explosiones no duren, algo raro hay. Pasa que hay una confusión: tener 200.000 personas en un Pilsen Rock no significa que haya un movimiento; 20 bandas juntan eso, pero vos no sabés si una banda puede juntar 5.000 tipos en el Teatro de Verano. Por algún lado se falló, supongo que habrá sido lo mismo de siempre, eso de: la hacemos toda y después vemos.
—Decías que para El Resto de Nosotros es difícil remar. También debe ser difícil luchar con la frustración personal.
—Es bravo, el año pasado estuve por tirar la toalla porque sufro cuando veo bandas nuevas, emergentes, en lugares vacíos. No hay un apoyo, para que vos digas: fallaron porque no son buenos. Se los crucifica de una.
—¿Qué es lo que te hace seguir?
—Te mata no componer. Yo estoy todo el tiempo pensando en música, en canciones. A veces no tengo una guitarra y me pongo como con abstinencia. Quería tirar la toalla porque no puede ser tan injusto, para mí y otros. Hay gente positiva, yo soy bastante negativo con eso.
—Y si te ponés a pensar en las canciones que compusiste…
—Claro. Yo creo que en otro país, sin ir más lejos en Argentina, una canción como "Flores en mi tumba" nos hubiera dado un bienestar. Viviríamos de eso.
—¿Acá no se hace plata?
—No hay manera, a nadie le interesa generar una industria. Detrás de los músicos hay un montón de puestos de trabajo que no se están haciendo. Yo no puedo salir a pegar un afiche; o sea, puedo, pero no es la idea.
—Hace poco leí: "la guitarra de Nattero suena a Montevideo". ¿Cómo llegaste a eso?
—Me encerré durante mucho tiempo para lograrlo. Más que tocar bien, quería que se me reconociera la guitarra, y lo logré. Es lo mejor que puedo decir de mí.
El resto de nosotros en mm box
El próximo sábado a las 21:00, El Resto de Nosotros tocará en Montevideo Music Box (Larrañaga y Joanicó), y abrirá la velada Pólvora en Chimangos, banda en la que toca el bajista de Traidores Pablo "Pato" Dana.
El Resto tendrá a Spuntone en voz, Nattero en guitarra y Marcelo Oliveira (también de Traidores) en batería, mientras que en el bajo aparecerá Rafael Trabal en lugar de Gastón Otero.
La banda recorrerá el repertorio de su primer disco y además adelantará material del segundo, y probablemente hará algunas versiones que siempre disfruta incluir en sus shows. Las entradas están en venta en Abitab a 350 pesos.
Traidores, otra vuelta y un camino paso a paso
"Es medio relativo hablar de vuelta, Traidores funciona así. Estamos, no estamos, nos da gana de juntarnos a hacer algo y lo hacemos. Siempre está ahí", dice Nattero a propósito del último regreso del grupo, que agotó tres shows en Bluzz Live, y que lo vivieron como algo "buenísimo".
—En Bluzz Live anunciaron disco para el año que viene. ¿Cómo va eso?
—Habría disco nuevo, pero no está confirmado: está la idea con esta formación, tal vez con un guitarrista extra.
—¿Han hablado con Juan Campodónico para que sea el productor?
—Algo hemos hablado, nos encantaría. Vamos a ver.
—¿Necesitan que esto avance de a poco, no apurarlo?
—Exacto, cuanto más cautelosos mejor. Necesitamos crecer, hay mucha gente joven que no nos conoce y sería bueno que lo fueran haciendo. Los ochenta ya están, esa gente ya está. Aunque pienso que las bandas de culto, por decirlo de alguna manera, siempre van a estar. Pienso que hay ganas de seguir viendo a Traidores.
MÚSICABelén Fourment