MÚSICA
El músico brasileño, conocido por su trabajo con una guitarra de siete cuerdas, se presentará esta noche en la Sala Zitarrosa; antes del show habló con El País
"Tienes que escuchar a Yamandú / Con su guitarra ligera / Parece que es prisa / Pero es solo un gran swing”, canta Gilberto Gil en “Yamandú”, la canción de su disco OK OK OK que está dedicada al guitarrista brasileño Yamandú Costa. “Fue un honor tremendo recibir este cariño de Gilberto”, dice el músico desde uno de los asientos de la Sala Felisberto Hernández, de la Sala Zitarrosa. “Para mí es un honor muy grande que una canción hable así de un instrumentista, pero también me pone una responsabilidad muy grande”.
Costa, que se presenta esta noche en la Sala Zitarrosa, es uno de los guitarristas brasileño más importantes de la actualidad. Además de su virtuosismo a la hora de tocar, su sonido se define por el uso de un instrumento de siete cuerdas. “Una sola cuerda hace una diferencia muy grande”, asegura. “Es la mezcla de la guitarra y el guitarrón, que logra un sonido con características bastante agudas pero que puede llegar a un sonido grave y con mucho cuerpo”.
El músico relaciona la sonoridad de su instrumento con el de los cuartetos de guitarra, una formación muy presente en la milonga uruguaya. El brasileño explica a El País que se formó escuchando folklore uruguayo y nombre fue elegido en honor al poeta Yamandú Rodríguez, de quien su padre era fanático.
Además del sonido característico de la guitarra de siete cuerdas, la obra del brasileño está centrado en el rescate de los sonidos autóctonos de Latinoamérica. “Mi papá era un tipo muy curioso y estaba muy interesado en la música de la región. De alguna manera, yo soy un continuador de esta curiosidad, de saber de dónde vienen las cosas y cómo las mezclas pasan y llegan en casa sitio y en cada región y la música florece”. Por ese lugar va Recanto, el disco de 2017, donde el músico interpreta tango, chacarera, porro y milonga.
“Yo siempre tuve esa concepción de sentirme latinoamericano”, explica. “Brasil tiene una distancia que empieza por la lengua y sigue por el sentimiento de la élite. La élite no quiere tener orgullo de su pueblo, sino que quiere alejarse. Yo soy lo opuesto: encuentro belleza en las mezclas. Es la salvación que tenemos, por eso tenemos comida tan rica, gente tan bonita, música tan diversa. Mi trabajo camina por ese camino”.
El rescate de los sonidos latinoamericanos se viene repartiendo en más de 20 años de carrera y 21 discos. Su último trabajo, Vento Sul, se centra en los sonidos del sur brasileño. “Este es un álbum de canciones, varias con temática gaucha”, asegura Costa, que se acompañó de Paulo Cesar Pinheiro. “Argentina, el sur de Brasil y Uruguay tienen la cultura del mate y del asado. Este disco busca mostrar las una brasilidad más fuerte y por eso hay influencia del choro y del samba”.
Esta visita a Montevideo llega acompañada de la filmación de un nuevo episodio de Histórias do Violão, una serie de documentales para su canal de YouTube donde el músico registra varias paradas de sus giras. “Quiero registrar imágenes como si fuera una biografía viva o un diario de viaje para que lo vea el que quiera”, explica.
En el show de esta noche, que comenzará a las 21.00, Costa interpretará el repertorio de sus discos y presentará varias canciones inéditas. “Lo que más emociona de los conciertos es que no sé qué va a pasar. Uno puede estar preparado y la música no viene, o puede estar re podrido y la música sí sale. Esa incógnita hace que este estilo de vida sea tan interesante”.