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MATÍAS CASTRO

Sandino Núñez, el pensador más mediático del panorama actual en Uruguay, vuelve a las librerías con un libro que apunta a la polémica: "Disney War. Violencia territorial en la aldea global". Sobre él habló con El País antes del lanzamiento.

Medio en broma, medio en serio, Núñez dice que si se le da suficiente tiempo podría elaborar una lista de cosas que lo enojan tan larga como para completar muchos rollos de papel higiénico. Su comentario viene a cuento de que en la presentación del libro afirma que "Tiene el mismo enojo casi virtuoso por la estupidez de la cultura contemporánea y la misma tristeza por la lumpenización generalizada y violenta de los vínculos sociales". En un intento por resumir eso que lo molesta y que le provocó el impulso de escribir este libro, aclara que lo que lo enoja "tiene que ver con la infame máquina de medios-máquinas. Las democracias contemporáneas no pueden evitar ser masivas y demagógicas, no están ligadas a la sospecha clásica de la izquierda que hablaba de que los medios de comunicación están dirigidos por oscuros intereses. No digo que no haya oscuros intereses; pero no hace falta que haya para que el resultado que armaron con esta cultura icónica, infantil, de exaltación de la opinión pública liberal, de las opiniones al orden sobre todo lo que hay (seguridad, pena de muerte, aborto...) sea igualmente devastador. Es una cultura básicamente mediática, que escribe poco, que confía en la potencia persuasiva de la imagen, que busca la empatía con el otro... y verdaderamente eso es parte del problema", responde.

Y, además, en la presentación del libro enviada por la editorial, se afirma que tiene la convicción de que el objetivo de la crítica no es solamente decir, sino hacer. Y Núñez ha hecho mucho.

Nació en Tacuarembó, en 1961. Es licenciado en filosofía, ha sido docente y también coordina grupos de estudio, seminarios y talleres no curriculares. Desde 1985 en adelante trabajó en varios medios de prensa y dirigió el suplemento La República de Platón entre 1993 y 1995. Además, desde hace tres años está al frente del programa Prohibido pensar, una inteligente apuesta a la reflexión desde la pantalla chica, con un discurso complejo y exigente pero temas populares.

"Creo que cada uno de nosotros tiene un pequeño loquito adentro que se cree Napoleón" dice a la hora de explicar si ese enojo con respecto a lo que percibe tiene una contrapartida en los objetivos del libro. "Después uno entiende que el principio de realidad te obliga a hablar de forma humilde y así. Detrás de cualquier intelectual hay un delirante mesiánico, un tipo que quiere ser Cristo, Jesús", agrega con cierta ironía.

De todos modos, luego de tantos años de trabajo en proyectos que parecen apuntar a la popularización de una reflexión sobre la realidad y a la estimulación del pensamiento crítico fuera de ambientes exclusivamente académicos, no se siente en condiciones de hacer una evaluación del impacto de su trabajo. "Verdaderamente no tengo una evaluación" dice y solo comenta que "Salir de la vida académica es una decisión que uno toma y uno se banca lo que viene después, como una especie de fatalidad. Tuvo que ver con una decisión intelectual". El libro es presentado como una segunda edición ampliada, pero es bastante más, según lo que explica. El proyecto surgió de una propuesta de Casa Editorial Hum, quien inicialmente quería hacer una reedición. Sin embargo, Núñez fue más allá: "Poco menos que lo escribí de nuevo porque la reedición es el doble de la anterior. Traté de darle mayor coherencia teórica, darle más musculatura intelectual ya que lo otro era como artículos sueltos. Supongo que éste está más razonado y pensado". El resultado se evaluará mejor durante la presentación de este martes.