Pasiones, un misterio y algo de perversidad

Misterio, pasión y algún rasgo de perversidad es lo que propone La piscina, producción franco/ británica dirigida por Franois Ozon protagonizada por Charlotte Rampling, Ludivine Sagnier y Charles Dance que se estrena hoy en varias salas. La historia tiene que ver con una madura escritora británica de novelas policiales (Rampling) que llega a pasar una temporada de verano en un aislado caserón francés de provincia, propiedad de su editor. Busca a la vez sosiego y la forma de superar un bloqueo creativo, pero en su vida se cruza una joven desprejuiciada y sensual (Sagnier), hija del dueño de casa, cuya visita inesperada trastorna varios planes.

La escritora busca solamente quietud y la posibilidad de concentrarse en la redacción de su nuevo libro. La otra trae consigo la música a todo volumen, el alcohol, la marihuana y el desfile de ocasionales acompañantes masculinos. A partir de ahí, esta nueva película (y la primera que dirige en inglés) del director de Bajo la arena y 8 mujeres organiza una intriga que incluye la incorporación de un tercero en discordia, una carga de tensión erótica y algún giro criminal. Hay personajes secundarios (un jardinero, su hija deforme) que constatan que algo extraño está ocurriendo y hacen preguntas indiscretas. Hay alguna vuelta de tuerca final que obliga a replantear todo lo que ha ocurrido hasta entonces.

El director Ozon ya había trabajado con sus actrices Rampling (en Bajo la arena) y Sagnier (en 8 mujeres), y también había demostrado en esos y otros films previos un gusto por la combinación de recursos derivados de géneros diversos. En su primer film, Gotas que caen sobre las rocas calientes, que se inspiraba en un texto de Rainer Werner Fassbinder y que se ve ocasionalmente en cable, había combinado ya elementos de melodrama y de cine musical. El musical, la parodia y el homenaje se daban también la mano en 8 mujeres, en torno a una estructura policíaca de "novela problema" (una intriga, una muerte, una lista de sospechosos, una vuelta de tuerca final). También Bajo la arena entrelazaba elementos de melodrama y film de misterio.

La coprotagonista Ludivine Sagnier es una de las reconocidas estrellas jóvenes del cine francés, pero el mayor gancho del elenco puede ser empero la veterana Rampling, quien con el correr de los años se ha convertido en una estrella internacional, además de ser una actriz inteligente, un símbolo de sensualidad ligeramente perversa y una cinéfila impenitente capaz de opinar con fundamento sobre el trabajo propio y ajeno. En una admirativa nota en Cahiers du Cinema, el crítico Charles Tesson ha llegado a sostener que "nunca se ha visto una actriz tan radiante, tan soberana en su libertad de existir en la pantalla, más allá de todo control de su imagen y de las técnicas del oficio" como Charlotte Rampling. Su carrera se ha desplazado desde su Inglaterra natal hasta Italia, Francia y los Estados Unidos, y ha mantenido un nivel de calidad promedio sorprendente, incluyendo colaboraciones con gente como Richard Lester, Luchino Visconti, John Boorman, Arturo Ripstein, Woody Allen o Sidney Lumet. La piscina puede ser otro de sus trabajos de madurez.

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