SEBASTIÁN AUYANET
A horas de subir al escenario para telonear a Bob Dylan en Buenos Aires, León recuerda su pasado show en la Fiesta de la X y comenta sus planes a futuro después de que se presente mañana en Paysandú, en el marco de la Semana de la Cerveza.
Dice León Gieco que los ataques de pánico que sufrió hace unos años le dejaron, además de unas vacaciones forzadas de siete meses, dos secuelas no muy graves pero bastante representativas. La primera es la necesidad de tener machetes con las letras de todas las canciones que va a tocar aunque no las lea. Algo así como un inhalador para un asmático.
La otra es la necesidad imperiosa de no sentirse observado. "A mí me gustan mucho las fiestas de música folclórica, así que voy a tratar de disfrazarme de lobo marino para poder escuchar a todos los grupos", dice León. "Estacionamos el micro atrás del escenario. Entonces nos sirve de camerín. Y yo me voy mucho antes y me preparo ahí. Me tiro un rato en la cama, hago gimnasia vocal, tomo mate... todo mientras voy escuchando las bandas".
La cuestión va mucho más allá de no ser visto en las inmediaciones de un escenario: se traslada a la vida cotidiana. "Como dejé de fumar necesito hacer gimnasia y andar en bicicleta donde no me atropelle nadie. Y como me gusta mucho caminar por la calle escuchando música siempre salgo con un barbijo puesto. Eso me permite no respirar el smog de Buenos Aires y que nadie se me acerque, porque no te conocen y porque creen que tenés SIDA y se los vas a contagiar (risas)".
Esa necesidad de no concentrar las miradas de toda la gente también se incorpora al concepto de sus espectáculos, cada vez más vinculados a la proyección de imágenes. La presentación en Paysandú será de las últimas que haga con el show que viene haciendo desde hace unos años. Son dos horas y media que le lleva el recital porque es un músico convencido de que los recitales de una hora (como el que realizó en la Fiesta de la X), no funcionan demasiado. Al mismo tiempo, Gieco anticipa que hacia fin de año estará armando otro show que vincule todavía más a las proyecciones con la música. "Quiero que audio e imágenes estén sincronizados, poder `clipear` al menos un set de una hora con música y un movimiento en la pantalla que llame la atención", dice.
SENTIDO COMÚN. "¿Ah sí? No sabía nada de los mensajes a los costados de la pantalla", explica León cuando se le habla de la reacción del público montevideano en la Fiesta de la X, cuando hizo una breve alusión al conflicto de las papeleras que fue recibida con varios mensajes de texto bastante subidos de tono. "La verdad que no me enteré nada de la reacción del público. Yo en un momento hice el chiste `che, de las papeleras ni hablamos ¿no?` y la gente gritó "¡nooo!". Y qué vamos a hablar si no es un tema nuestro. Es un tema de la mala política. Lo que tenemos que entender es que los dos pueblos nos amamos. Amamos nuestras músicas y también tenemos problemáticas similares. En Uruguay está el proyecto de Botnia pero también aquí cerca, en San Lorenzo, hay una papelera que contamina lo mismo, igual que muchas otras... Lo que hay que saber es que los gobiernos anteriores nos dejaron un montón de muertos. Acá está habiendo un problema con mineras estadounidenses y australianas que firmaron con Menem y para las que hay que aportar un montón de energía del pueblo que no tenemos además de la contaminación. Tenemos problemas similares".
BOB. La charla con Gieco transcurrió a pocas horas del show que dio en Vélez para recibir a Bob Dylan, en el que se sumaron Charly García y Gustavo Santaolalla. El cantautor vivía esas horas con una extraña calma porque dice que profesionalmente no era algo tan importante. "Lo importante es que mi estrella podría estar en un hotel de Estados Unidos o al lado de mi camarín. Eso sí que es diferente, y me removió un montón de cosas".
Gieco recordó la influencia de discos como The Freewheelin` Bob Dylan en sus primeras obras, pero entendería poco si pensara explicarle todo eso a un cantante que ha influido a una generación. "¿Para qué necesita Dylan saber eso? Le ha pasado con un disparate de gente. Además, hay artistas que aprovechan el tiempo en el hotel para seguir trabajando. Una vez fui una con Spinetta a ver a Prince. Llenó un River para tocar una hora. Luego nos contaron que se metió en su habitación y ensayaba un espectáculo nuevo delante del espejo. Dylan no es un tipo que se involucra con el entorno, entonces no se va a poner a atender a un boludo como León Gieco (risas). No podría pedirle más nada a Dylan, él ya me dio todo".
En 2008 vuelve a grabar y presenta su película
Está codirigiendo una película llamada Mundo Alas, tira León. Y ahí se engancha a hablar de esa "road movie" sobre chicos artistas con discapacidad que piensa presentar cerca de fin de año. "Ya tenemos 200 horas filmadas de una gira que hicimos por Argentina, pero también aparecerán unas ficciones. Nos quedan dos o tres cosas para filmar y ya entramos a hacer la mezcla. La idea es rematar eso con un show en vivo que también podamos mostrar el año que viene".
El nuevo disco también va a ser preparado este año "En algún momento vamos a tener que sacar un disco o los del sello me matan, je. Ahora yo me siento íntegro y creo que eso va a llegar sin problemas. Cuando termine la gira, me meto de lleno en estos dos proyectos".