30 años sin Rosa Luna: tres premiadas vedettes de hoy evocan su legado y la mística de su leyenda

Las distinguidas Tina Ferreira, Yessy López y Yaima Rodríguez cuentan a El País sus recuerdos de Rosa Luna, y la importancia que tuvo para sus vidas y carreras.

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Rosa Luna, una figura que caló en el alma popular. Foto: Archivo
Rosa Luna.
Foto: Archivo

Llevaba el Carnaval en sus venas (su padre, Luis Alberto “Fino” Carballo, era carnavalero de ley y fundador de Araca la Cana), y marcó una huella imborrable en cada febrero que atravesó la calle Isla de Flores, y en la cultura popular uruguaya toda. Podía ser la primera en desfilar o bien la de la última comparsa, pero la gente siempre la esperaba: todos iban a ver desfilar a Rosa Luna.

Poco importaba si era voluptuosa, rellenita o pasada de peso, o si su pasaje por el desfile duraba pocos segundos: era imposible no querer verla bailar con sus plumas, sus tacos, su brillantina.

Algunos tuvieron la suerte de poder saludarla en las Llamadas; otros, de haber bailado con ella en la calle, y otros, los menos, de haber recibido un beso suyo. Ninguno parece haber olvidado el encuentro, ni tampoco la despedida. Murió el 13 de junio de 1993, hace hoy 30 años; a su sepelio, se estima, concurrieron 80.000 personas.

Rosa Luna
Rosa Luna. Foto: Archivo.

Rosa Luna trascendió el Carnaval. Inspiró canciones de Jaime Roos, Horacio Guarany, Los Olimareños y El Sabalero. Esa mujer negra nacida en Mediomundo en 1937, la que debutó en Carnaval en 1951 y cuya vida fue llevada al teatro en La diosa y la noche y Rosa Luna: una historia de amor, y contada en libros como Rosa Luna. Autobiografía. La leyenda (Ediciones de la Plaza), todavía es un nombre ineludible para hablar del Carnaval uruguayo, pese a que pasaron 30 años de su último adiós.

De la mística, el legado y la huella que dejó la gran vedette en sus vidas y carreras, otras tres vedettes importantes del Uruguay, de distintas épocas y orígenes, charlaron con El País.

La huella de Rosa Luna

Yaima Rodríguez, quien vive en Florida, llegó a Uruguay en 2014 desde Cuba. Hasta entonces el nombre de Rosa Luna no significaba nada para esta psicóloga clínica y bailarina, reconocida como la mejor vedette en las Llamadas de 2023.

Rodríguez escuchó de Rosa Luna por primera vez cuando fue a audicionar para Tronar de Tambores, por una invitación de Julio “Kanela” Sosa. “Me vio y dijo: ‘eres igualita a Rosa Luna’”, recuerda. “El me contó cómo era ella, como vedette y persona. Después seguí leyendo y conociendo de Rosa Luna, porque es el patrón a seguir de muchísimas vedettes. Otras tienen a Martha Gularte, pero en mi caso fue Rosa Luna. No solo por vedette, también por su activismo social”.

Yaima Rodríguez.
Yaima Rodríguez.
Foto: Gentileza.

“Más allá del rol que tengamos en la comparsa, es importante que nos vinculemos socialmente, y estemos inmersas en muchas luchas sociales. Que no nos dejemos marear por el brillo y la purpurina. Es importante saber que plantarnos frente a los tambores no es vestir pocas ropas; significa defender la postura de la mujer desde otro rol, el de la vedette. Eso es muy importante, y eso lo aprendí de Rosa Luna”, dice a El País. “Era una mujer muy voluptuosa, y en su andar y danza, demostraba todo ese poderío femenino con el que contaba. Eso le daba una danza particular”.

Para Yessy López, comunicadora, comentarista carnavalera y mejor vedette de las Llamadas 2022, el nombre de Rosa Luna era común en su casa, sobre todo cuando se acercaba el Carnaval.

Tenía ocho años cuando la vio por primera vez en un desfile de Llamadas. Rosa Luna la miró y la saludó a la distancia. “La vi en un desfile y me morí”, comenta. “Lo recuerdo hasta el día de hoy porque me impactó su imagen”.

De Rosa Luna, López adoptó el mostrarse como es. “No cambio mis ideales ni mis principios, siempre voy a ser la misma persona; y ella no tenía que fingir ni crearse un estereotipo de mujer que no fuera lo que uno veía”.

Yessy López.
Yessy López.
Foto: Gentileza

También adoptó esa frase que Rosa Luna repetía: se es vedette solo en Carnaval. “Después de las Llamadas, cuando se para la cuerda de tambores, se terminó. Ahí era la Rosa de la gente, la mujer sencilla que te encontrabas en la feria, la que iba al estadio a alentar a Nacional. Ella era una más”, dice.

Pero también era una mujer luchadora por la raza negra. “Ella defendía a muerte lo que era nuestra raza, Esas cosas han dejado un legado. Como referente de Carnaval, fue lo más grande que vi”.

A lo largo de los años que López ha hecho Carnaval, se ha encontrado con infinidad de chicas. Ha visto muchachas radiantes, espléndidas, esculturales, pero ninguna tiene el ángel de Rosa Luna. “Ella, con su sonrisa y mirada, te atrapaba; tenía un encanto en su ser”.

Rosa Luna y Cubilla
Rosa Luna y Cubilla. Foto: Archivo

También bailaba como nadie.

“Tenía una danza muy particular, se notaba que sentía el candombe, pero de repente se iba del tempo que se estaba bailando, y se permitía ser. Hacía movimientos que nunca habías visto. Había gente que decía que no bailaba mucho, otras criticaban el caminar, pero tenía lo justo y necesario para lograr conquistar el corazón de todo un país”, agrega.

Tina Ferreira, quien obtuvo seis veces el título de Mejor Vedette de Carnaval y que actualmente participa en la comparsa Kimbara, se encontró dos veces con Rosa Luna. En la primera, la imborrable, tenía ocho años. “Mi madre nos llevaba a los desfiles de 8 de Octubre, y tuve el privilegio de poder ver su figura impresionante. Se esperaba que ella apareciera, y era muy cariñosa en esas instancias con los niños. Era una belleza de mujer”, comenta.

De más grande la volvió a encontrar. Se cruzaron en un club luego de que Ferreira debutara en Carnaval. “Tuve la suerte de que me observara”, dice.

Para Ferreira, la mística de Rosa Luna se debe a una vida de padecimientos. “Fue una mujer muy sufrida, pero tenía empatía, era solidaria con el otro y, además, escuchaba. La otra mística es haber logrado visibilizar nuestra cultura”, dice.

Tina Ferreira.
Tina Ferreira.
Foto: Gentileza

“Era su exuberancia, su talle de mujer con aquella cinturita espectacular, los pechos grandiosos y unas caderas impresionantes”, la evoca.

Tina Ferreira, con los mismos años de carrera que hace que Rosa Luna murió, es hoy una referente carnavalera y dice estar agradecida de “haber tomado la posta”, y mantener “con dignidad” todo aquello por lo que una de las grandes vedettes uruguayas trabajó.

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