Si el reconocimiento de Ciudadano Ilustre celebra los aportes de una persona a la sociedad, en el plano cultural, pocos lo tienen más merecido que Cacho de la Cruz. Este sábado a la tarde recibió esa distinción en una ceremonia realizada en el flamante Espacio Modelo, que se llenó de cariño.
La relevancia de Cacho quedó demostrada hoy en la emoción y expectativa de los asistentes apenas puso un pie en el predio.
El homenajeado llegó 15 minutos antes de que iniciara la ceremonia. Con humildad y calidez firmó autógrafos, se sacó fotos y saludó a los que se animaban a acercarse, mostrando una llegada con un público que, pese a los años que hace desde que se alejó de la pantalla, todavía lo recuerda.
Tras el homenajeado llegaron la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse; la directora de Cultura de la IMM, María Inés Obaldía; y los allegados de Cacho. Lo rodearon parte de su familia —sus hijos Maxi, Santiago y Rodrigo y sus nietos Santino, Candelaria y Juana— y compañeros de ruta como Laura Sánchez, Diego Delgrossi, Nelson Burgos y Víctor Rial (el tío Víctor), entre otros, un reflejo de la diversidad de ámbitos en los que se movió, en medio siglo de carrera, el carnavalero, músico, animador infantil y presentador.
Los 100 metros que separaban la entrada del Espacio Modelo del escenario le requirieron, a Cacho, más de 15 minutos de recorrido, ya que todos querían una foto, un saludo, un autógrafo suyo o que escuchara una anécdota. Todos tenemos nuestro recuerdo junto al “señor Televisión”.
Luego de unas palabras de la presidenta de la Junta de Montevideo, Patricia Soria, quien recordó parte de la obra del homenajeado, se emitió un video que resumió una pequeña parte de su carrera; Cacho Bochinche, las Telecachadas, El Show del mediodía y Chichita no faltaron. Y de mano de la intendenta, finalmente Cacho se convirtió en Ciudadano Ilustre.
“Ya está, ya está, muchas gracias”, comenzó De la Cruz intentando apagar, sin éxito, los aplausos del público. “Hice muchas cosas. Tengo ya 87 años (los cumple en mayo), pero nunca me pasó una cosa tan linda como esta”, dijo mientras aseguraba que el evento, que fue emotivo y breve, lo rejuvenecía unas cinco décadas. “Les agradezco muchísimo todo el amor que me dieron; lo tengo todo, aunque no lo crean, metido acá", dijo mientras se tocaba el pecho, a la altura del corazón.
Una vez abajo del escenario, la cercana demostración de afecto creció. Durante media hora, Cacho se saludó con personas que habían llevado vinilos de Cacho Bochinche, álbumes de figuritas, recortes de diarios, VHS repletos de “Telecachadas” y ejemplares del libro biográfico Todo esto es mentira de Joaquín Doldán. Fue, todo eso, el verdadero reconocimiento a su legado.