CRISIS
En una entrevista con "Intrusos", Adrián Suar dijo que Polka "está cerrada", y que la crisis en la industria y la delicada situación por la pandemia lo "sacaron de juego"
Adrián Suar fundó la productora Polka en 1994 y, durante años, fue uno de los líderes de la ficción televisiva argentina. El creador de grandes proyectos como Simona, Separadas y Esperanza Mía supo mirar a todos desde arriba. Sin embargo, con la llegada del COVID-19, la empresa empezó a tambalear. En realidad se rumorea que la pandemia fue la gota que rebalsó el vaso, porque según dijo en Intrusos, el quiebre empezó a darse en 2015, cuando el rating empezó a bajar.
“Es una crisis que venimos arrastrando, es muy difícil hacer ficción en la Argentina en general por los costos tan altos. Los actores no son caros, salvo algunos, lo caro es todo lo de atrás. Yo lo vengo arrastrando esto desde hace cinco o seis años por la cantidad de gente que tiene Polka, que son 280 personas”, le dijo Suar al panel del programa conducido por Jorge Rial.
“La ecuación es inviable por las horas que tienen las producciones en el aire. Yo sabía perfectamente el problema que tenía Polka. Pero el sentido de pertenencia es muy fuerte. En 26 años Polka hizo 77 ficciones. Yo sabía lo que se venía”, aseguró.
Luego, el productor dijo que se encuentra en “el momento más difícil” de su carrera y agregó: “Es la primera vez que me pasa en 26 años. Me sacaron de juego”. Enseguida dijo que Polka “hoy está cerrada” y que “lo único” que no quiere es quebrar. “No quiero que la realidad me gane”, aseveró.
Suar hizo referencia a una de las últimas ficciones de renombre, Argentina, tierra de amor y venganza, para hablar de uno de las causas de esta crisis. “Me la gasté toda en ATAV. La reventé toda. Me di un lujo personal nada más, eso saqué de ganancia, una pequeña rentabilidad. Siempre digo que soy el Ricardo Bochini de los productores. Acá me fue muy bien, no vendí mucho afuera, pero en general Argentina no vende mucho afuera”.
¿Qué sucederá con la ficción? “Al no tener las 300 horas de la tira anuales, que era mi caballito de batalla, de enero a diciembre, se complica, porque eso no vuelve más. Hablo de la tele, no de El Trece solamente. Se dice que la ficción es solamente ganancia, y no es así. No es tan fácil hacer ficción, no ganás siempre. Cuando producís, ganas, perdés, empatás, ganás, ganás, perdés, perdés. Lo mío es vocación y amor. Por eso hice más ficciones de las que tendría que haber hecho. Es más, cuando hice algo por guita, me fue mal”.
Por otra parte, habló del conflicto económico que mantiene con su expareja, Araceli González. “De todo lo que yo ya le entregué me queda un cinco por ciento de las acciones. Queda ese cinco que como me dijo en aquel momento la jueza, que le tenía que dar y, obviamente, es de ella”, aclaró.
Por último, hizo referencia a la posibilidad de salir adelante tras la crisis. “Esto lo sacamos entre todos, una mesa de trabajo, o va hacer muy difícil. Se necesita una reforma, hay que rever los gastos extra. El sindicato me pregunta por qué no hago otra cosa que no sea ficción para salvar a la empresa. No es mi oficio, hago lo que amo. No está en mi naturaleza, no me invita a pensar en otra cosa. Seguramente, si le sumaba entretenimiento me quedaba con todo, pero lo mío es la ficción, lo que amo”.