SEMBLANZA
Lali Sonsol, Rafa Cotelo, Jorge Piñeyrúa, Álvaro Navia y Florencia Infante cuentan anécdotas para entender quién era Alberto Sonsol
El 25 de marzo fue uno de los días más raros del año. Ese día murió Alberto Sonsol. Pocas figuras se fueron en un momento de tanto esplendor. No sólo la cantidad de programas en los que estaba (la lista es larguísima: La hora de los deportes, Subrayado, Polémica en el bar, La peluquería de Don Mateo y Punto Penal, los relatos de basquetbol y fútbol en las transmisiones de VTV y estaba en Bien igual y Tuya y mía en radio El Espectador), sino además por los vínculos de amor y odio que generaba su estilo frontal.
Así fue una personalidad única que se fue, perdón el lugar común, demasiado pronto, víctima de una pandemia que parecería (crucemos los dedos) estarse yendo pero que deja un montón de dolores.
Para recordarlo y reconocerlo como uno de los personajes del año cultural, El País charló con cuatro colegas y amigos y con su hijo para que nos hablen de él en primera persona. Este era Alberto Sonsol.
"Lali" Sonsol
“Era un padre muy presente y siempre estaba a la orden para escuchar, sugerir y aconsejar. La principal ventaja que tuve cuando arranqué, además de las puertas que se podían abrir por el apellido, fue tener el mejor profesor a mi disposición, porque no hay facultad que te prepare para relatar,El me decía que para relatar había que ponerse en modo oyente, porque el que llega a su casa después del laburo y prende la radio para escuchar el partido quiere sentir la transmisión, no el porcentaje de triples o de pelotas perdidas”.
“Disfrutaba de la compañía, y no importaba dónde íbamos de vacaciones, él solo pedía un parrillero y cuarto con aire acondicionado, Con eso no precisaba más”.
Rafa Cotelo
Rafa Cotelo (trabajaban juntos en Bien igual en El Espectador) “Era un volcán y sigue presente. Ante cualquier cosa que comentamos en la radio, lo primero que pensamos es: ‘Alberto hubiese dicho tal cosa’, o ‘mirá cómo se hubiese puesto Alberto con esto’”.
(Sonsol y Cotelo tuvieron un cruce al aire en diciembre de 2019). “A los dos días nos vimos en el casamiento de un compañero de la radio y estuvimos a los abrazos y bailando. Entendimos que los dos éramos medio calderita que nos encantaba opinar con pasión de los temas y que nos cruzamos porque teníamos distintas visiones del tema, y nada más. Fue un amigazo y un compañero que se extraña y nos duele su ausencia. Para algunos, que fuera calentón era un problema pero para mí era una de sus grandes virtudes, porque Alberto era así. No había ficción”.
Álvaro Navia
Alvaro Navia (actor y productor de Polémica en el Bar y La peluquería de Don Mateo). “No tenía tiempo para que pudiéramos reunirnos a leer el libreto y me decía: ‘llamame el día anterior y pasame la letra’. Entonces lo llamaba y le decía: vos entrás y decís esto y después esto otro. Todo se lo decía por teléfono. ‘Ya está Alvarito, ya está, nos vemos mañana’, me decía y cortaba. Después, cuando grabábamos, decía lo que él quería: salía con cualquier cosa y tenías que seguirlo”.
“Alberto tenía una manera de ser que parecía que te estaba peleando, pero era como un león que rugía todo el tiempo. Decía las cosas a su manera pero no estaba peleando. Nunca discutí con él, porque sabía hasta dónde seguir, y después aflojaba, porque era funcional a los programas”.
“Un viernes teníamos grabación, lo llamo temprano y me dice: ‘estoy sin garganta porque ayer tuve partido, y hoy tengo otro, pero me voy a cuidar’. ¿Pensás que se cuidó la garganta? No. Él iba y lo dejaba todo, en todos los programas daba el cien por ciento, y así fue su vida. Así marcó su presencia en los medios, se metió en la casa de todos y dejó una huella”.
Jorge Piñeyrúa
Jorge Piñeyrúa (Polémica en el Bar) “Alberto era de los mejores comunicadores que entendía el show en nuestro país. Era un tipo extremadamente pasional y honesto. Era transparente y absolutamente querible. Empezó siendo un compañero de trabajo y terminó siendo un amigo. Fue uno de esos jugadores de la comunicación que cuando no están, dejan un vacío, porque no hay otro Alberto que pueda jugar en todas las canchas”.
“Hubo varias discusiones con invitados porque era muy pasional, pero cuando la cámara se apagaba, no había rencores, porque entendía que las discusiones no eran personales”.
Florencia Infante
Florencia Infante (La peluquería de Don Mateo) “Trabajar con Alberto fue una gran sorpresa. Tenía mucho oficio, estaba en todo y a todo le daba su color particular. El primer día que lo vi, me encontré con un señor adorable. Era muy silencioso, a diferencia de cómo era en su trabajo. Era como una luz de bengala, porque estaba callado y cuando le decían: ‘empezamos’, se prendía fuego y no podías creer que esa misma persona que estaba tan silencioso se volviera tan histriónico y efusivo”.
“El primer día que grabamos Sonsol me dijo: ‘flaca, te llegó el momento de demostrar por qué estás acá, no te achiques’. Eso fue hermoso, porque era un tipo que te daba confianza. Me quedo con ese recuerdo”.
“Él entendió perfecto ese paso de comedia, y eso que yo le decía cualquier cosa en un monólogo verborrágico. Y bancaba como un campeón, porque entendía muy bien el timing del humor”.