Redacción El País.
Los comienzos y desarrollo de la carrera de Blanca Rodríguez en el periodismo y en la televisión fueron hijos del atrevimiento y de las oportunidades que le abrió Canal 10 pero también de las veces que dijo “no”, preservó sus inquietudes y mantuvo un creciente cerco respecto a la exposición mediática y su vida personal.

Según reveló su mentor en los medios, Ángel María Luna, en el libro Crónicas de un canal abierto, la docente de literatura se acercó al periodista durante una fiesta de casamiento, donde coincidieron. Luego de presentarse, dijo que conocía a María Inés Obaldía, quien ya trabajaba en Canal 10 en ese momento y le comentó: “Luna, encantada. Me atraen mucho sus programas de Testimonios y la forma que tiene de encararlos. Me gustaría poder trabajar en la investigación de temas sociales, pero no tengo ningún interés en aparecer con mi cara en televisión”.

El reconocido periodista, que falleció en 2007, vio que había pasta de comunicadora de aquella joven de 26 años. Así fue como en 1986 Blanca Rodríguez ingresó al programa Testimonios y a Canal 10.

Luego de algunos meses en trabajo de producción, comenzó con salidas esporádicas al aire hasta que terminó en la coconducción del programa junto con Luna. Al año siguiente hizo otro programa con Miguel Muto, llamado Reporte.

En 1988 la convocaron para una suplencia como reportera en Subrayado. “Solo 10 días”, le dijeron. En ese entonces daba clases en secundaria en el turno de la noche y se hacía incompatible, además estaba cursando un máster. “No”, repitió. Le insistieron hasta que finalmente aceptó.

Los “10 días” se convirtieron en 38 años que se cierran este viernes. En cada paso, Rodríguez le fue tomando el gusto al periodismo y a la comunicación. En 1990 formó dupla paritaria con Jorge Traverso para la conducción del noticiero central, rol que ocupa en solitario desde 2014 hasta hoy, cuando se pondrá fin a la suplencia más larga y más comentada de la historia de la TV uruguaya.

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El primer informe de Blanca Rodríguez para Testimonios que preparó la docente e incipiente periodista fue sobre la marginalidad, en especial representada por los carritos de hurgadores que por entonces circulaban por Montevideo. La comunicadora fue de las primeras en exponer la obra de Rubén Isidro Alonso, mejor conocido como el Padre Cacho y fallecido en 1992.

“En ese momento eran una realidad tangible (los hurgadores) y el Padre Cacho era la figura que estaba allí conteniéndolos, con toda su fuerza y a su vez su bajo perfil”, aseguró Rodríguez para el libro de Ángel María Luna. “Estoy pensando en la experiencia vital que significó acercarme a un personaje de esas características, a una acción comunitaria impresionante y al desafío que implicaba para un canal de televisión, en pleno reflorecimiento democrático, enfrentarse a una realidad de tanta pobreza, miseria y marginación, ponerla en pantalla e instalarla en los hogares, de tal manera que no pudiera ser ignorada”, añadió la periodista.

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Rodríguez dio cuenta también de los efectos de aquella cobertura. “Lo bueno fue la gratificación de que ese informe dio frutos porque no se quedó en el mero impacto emocional porque enseguida hubo respuesta de la gente y el barrio lo vivió como una fiesta. Nosotros respiramos tranquilos porque no nos habíamos quedado solo en la información de un hecho, sino que habíamos sido el puente entre dos sectores de Montevideo entre los que hasta ese momento se levantaba una barrera infranqueable”, comentó.

En Reporte, el segundo programa que encabezó, esta vez con Miguel Muto, la impronta social también estuvo presente. El ciclo era un periodístico “joven”, que recorría localidades en busca de emprendimientos y fuerzas vivas a lo largo de todo el país.

Ya en los ‘90, en la conducción de Subrayado, propuso y condujo un segmento de “buenas noticias”. “Hay muchas noticias positivas. Hay una cantidad de gente haciendo cosas, autogestionarse una mejor manera de vivir, de educarse, de desarrollarse. Nosotros impulsamos desde el año pasado un espacio semanal y nos fue muy bien, exaltando el trabajo anónimo de muchísimas personas, barriadas… es muy lindo destacar ese tipo de cosas”, declaró en una entrevista para Sábado Show de marzo de 1991.

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Blanca Rodríguez siguió dando clases luego de su ingreso a Canal 10, por lo menos hasta finales de 1991. Consultada sobre si era una profesora “bochadora” en los escritos, respondió: “Eso es totalmente falso. Soy exigente, pero no exijo lo que no doy”, dijo en 1991.

Las últimas clases las dio en el liceo 19, de la Unión, el barrio donde nació y se crió. En sus comienzos televisivos, la comunicadora reconoció que la formación docente la ayudó en la profesión periodística. Además, mantuvo siempre el interés por la literatura y por ejemplo, en los primeros tiempos de Subrayado, tenía un espacio de libros recomendados.

“Dicen que los viernes cuando recomiendo libros estoy dando clases de literatura. Pero tanto la docencia como el periodismo no los ejercés solo cuando estás trabajando en tu empleo. Son actitudes de vida a lo largo de todo el día. Ahora, es verdad que muchas veces cuando estoy encarando una noticia pienso en un critero didáctica para la explicación y para que llegue a la mejor manera al público”, declaró en 1991.

Entrevistas a autores o noticias vinculadas a las letras, siempre eran de manufactura. En 2000, Rodríguez le realizó una entrevista al reconocido autor José Saramago.

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Blanca Rodríguez fue también testigo de privilegio del crecimiento del formato noticiero en la pantalla uruguaya. Así opinaba en 2010: “Hoy yo doy noticias que no hubiera tenido cabida ni soñando hace 10 años. También es cierto que han cambiado las características del delito y la relación del público con esos temas. Hay un público que sigue esos asuntos y los comenta. A mí no me gusta que en el noticiero haya tantas policiales. Es un tema de discusión cotidiana, Pierdo muchas veces en esa discusión. Aunque también creo que hay determinadas cosas del submundo del delito que debemos conocer; nosotros tenemos que saber en qué sociedad nos movemos y cuáles son los riesgos”.

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Poco a poco, la figura de Blanca Rodríguez se fue convirtiendo en el rostro femenino de las noticias. Antecesoras o colegas de otros canales, como Graciela Bacino, Laura Daners o Silvina Brandam no lograron la misma trascendencia o no tuvieron la misma oportunidad. Cuando Saeta proyectó a Traverso y a Rodríguez como sus conductores principales de informativo, lo hizo en igualdad de condiciones para ambos. Habitualmente, los informativos se sostenían sobre una figura central masculina y las mujeres acompañaban desde un rol más secundario, para noticias “más livianas”.

“En Uruguay, Canal 10 fue pionero en que sea una pareja, con igualdad de roles, la que condujera el noticiero. Fue un elemento de innovación en lo que el Canal estuvo atento. Jorge acompañó y yo, de verdad, no me descuidé ni un minuto”, declaró Rodríguez en entrevista para Sábado Show de 2010. Es más, desde el comienzo Saeta apostó a que Blanca ocupe “la derecha” en el plano frontal de la dupla y si bien Traverso era quien se despedía de la audiencia (“Así está el mundo, amigos”), Rodríguez generalmente abría la emisión.

En 1998, Canal 10 eligió a Rodríguez para el programa periodístico Confidencias. Fue un proyecto largamente trabajado por ella y que ponderó el rol de mujeres clave en la historia. “Una vez que se abre la historia de la vida privada, de los hombres generalmente, que han sido protagonistas de la historia pues todos los próceres son hombres, nos encontramos que allí hay una mujer”, declaró en aquel año para Sábado Show. El programa recreó la vida y obra de mujeres clave e incluyó entrevistas a Lily Lerena, la esposa de Líber Seregni. Años más tarde, en 2004, Blanca Rodríguez publicó el libro El correo del General, con una selección de cartas del dirigente político de izquierda a su esposa.

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Luego de Confidencias, fueron pocos los programas periodísticos encabezados por Rodríguez. Aunque el canal se lo proponía, ella prefería mantener la exposición a raya del noticiero.

Consultada en 2010 sobre cuánto de su carrera fue planificado o puesto en objetivos, respondió categórica: “Nada. Yo voy caminando y las cosas aparecen. He dicho que no muchas veces. Hay un director en el Canal que me dice que tiene todos mis “no” guardados en un cajón. Hay propuestas muy tentadoras cuando a uno le va bien, pero se corre el riesgo, de pronto, de estar en cinco programas a la vez. Siempre fui muy cuidadosa en todo lo que hice. Y en el Canal, por suerte, siempre respetaron mis no”.

En esta oportunidad en que se aleja de Subrayado y de los medios, el diálogo con las autoridades empezó el año pasado. Con 65 años y un desgaste natural en el rol protagónico de las noticias, Blanca empezó a dar el último “no”. El canal le propuso quedarse hasta finales del año, hasta que finalice el ciclo electoral, pero luego las cosas se decantaron para fuera este 9 de agosto, el último día de su suplencia.