Siempre que sale es "a matar". Por eso, cada vez que Carlos "Bocha" Pintos puso a revista Carambola en la fiesta de Momo, perdió fortunas. El último Carnaval le costó dos camionetas, préstamos, una deuda eterna, y casi se divorcia. Juró y perjuró que no volvería pero la adrenalina de competir en el Concurso Oficial pudo más, y después de charlarlo con su mujer, decidió tirarse al agua.

"Mi hijo tiene 16 años, le gusta la música, vamos al Teatro de Verano, me recuperé después de la pandemia y tenía dos caminos: o sigo sacando bandas, que ya no es lo mismo, o me tiro a hacer Carnaval. Hice números para evaluar el riesgo y hoy el Carnaval tiene otro ingreso, da para arriesgarse. Lo hablé con mi familia y decidí sacar Carambola después de 15 años", asegura Bocha Pintos a El País.

La gente tiene el recuerdo de esos cinco febreros (de 2005 a 2009) donde el líder de Bola 8 invirtió lo que no tenía para poner al conjunto en lo más alto, y lo logró: salió segundo tres años y dos fue campeón. Reconoce que es un vicio caro y está ilusionado con volver a abrazar la copa. "Todo lo que hago es para la gente. El aplauso hay que retribuirlo con arte. Me gusta ganar", asegura.

De su origen humilde, el candombe, sus primeros pasos en la música, la consagración con Bola 8, los detalles de la vuelta con Carambola, y hasta de su encuentro con Diego Maradona va esta nota con El País.

Foto: Francisco Flores

Nació un 21 de febrero de 1969 y coincidió que era un Día de Llamadas. Su madre le cuenta que estaba terminando de coser las banderas cuando se le antojó venir al mundo. Desde entonces, nunca se perdió un desfile por Isla de Flores.

Aprendió a tocar el tambor antes que a hablar. Es que el candombe es tradición entre los Pintos: su padre César sacó la Lonja Gaboto, y su tío Aquiles la Llamada del Cordón.

—¿Con qué soñabas de niño?
—Con nada porque mi niñez y la de mis hermanos fue muy jodida: nacimos en la pobreza total. Mi padre era barrendero, mi madre limpiadora, hacíamos feria. El único objetivo era trabajar para poder comer. Mi viejo nos inculcó el laburo de chiquitos. Cuando nos desalojan del conventillo Gaboto y nos llevan para los barracones del Mercado Agrícola, iba a cargar bolsas de papas a cambio de propina.

Reemplazó por primera vez a su hermano en la orquesta de Julio Frade y Lágrima Ríos cuando tenía 12 años. En esas suplencias, dice, descubrió el valor del candombe, y a la vez, fue testigo de una gran contradicción: "El tambor era vino cortado y refuerzo de mortadela, pero en las fiestas de alto nivel bailaban candombe como loco".

Aprovechó la vacante que dejó su primo Washington y se sumó a la Tribu de Rosa Luna con 14 años. La vedette le dio cátedra de profesionalismo y hoy aplica lo aprendido a su producto: "Era muy exigente. Nos revisaba, y si te faltaba un botón o tenías roce en la camisa, no te dejaba salir", cuenta.

Influenciado por "Caramelo" Mato, bajista de Frade, se propuso estudiar música. Se compró un bajo barato y empezó clases en la Asociación Uruguaya de Músicos. Se probó en varias orquestas, pero lo bochaban por no saber leer partituras.
 
Cansado de rebotar, aceptó la propuesta de su amigo, el cantante de salsa Gerard Grimaud y pasó a ser bajista en el estudio del sello Obligado. En paralelo, tocaba con Los Fatales.

Sacó con su hermano Alfonso la orquesta de negros NBA y lograron el disco de oro. Una tarde, aprovechó unas horas libres en el estudio y compuso "Plena loca". Presentó este rap con candombe y plena a los dueños del sello y enloquecieron: "Hay que armar un grupo ya", dijeron.

Había que encontrar un nombre para este nuevo conjunto de morenos y en un ensayo tiraron varias alternativas. La premisa era que tuviera que ver con el color negro: dijeron Sol de noche, Machucón, hasta que alguien gritó Bola 8. El dueño del sello le dijo, 'patentalo ya'. Pintos registró la marca y sacó el conjunto cuyo himno es "No es ajena".

"Nos tocó la varita mágica. En 2001, plena crisis, hasta el 2008, que fue la época de oro. Llegamos a hacer 11 fiestas en una noche", cuenta. Hoy las quinceañeras no los conocen, pero a Pintos lo contratan los padres: "Por eso nos seguimos manteniendo", se sincera.

Hizo shows para un montón de futbolistas, incluso para la selección uruguaya. "Cuando estás en la cresta de la ola todos te llaman", dice quien le cantó al "Chengue" Morales, Darío Rodríguez, OJ Morales y más.

Tocar en la despedida del Pato Aguilera en el Estadio Centenario fue sublime para él. En ese entonces, estaba en Los Fatales y tuvo la dicha de hacer un recital para Diego Maradona. Así lo recuerda:

"Un tipo bárbaro, muy sencillo. Sin saber quiénes éramos, bajó al vestuario, y mientras esperábamos para tocar, se sacó fotos con nosotros. Después fuimos a tocar al Radisson y pasamos toda la noche con él. Era uno más".

Fue directivo de Daecpu tres períodos y siempre le preguntaban por la vuelta de su revista. Le dolía estar lejos pero después de endeudarse, prefirió disfrutar los veranos en familia: no podía sacar plata de las bandas que le daban de comer todo el año, para arruinarse en Carnaval.

El amor por Momo pudo más y retorna convencido de que la gente espera que dé un gran espectáculo. Empezó a delinear Carambola con su amigo, el letrista Carlitos Braida, al terminar Semana Santa.  

Llegó al coreógrafo Charly Irastorza por recomendación, se reunió con él y antes de empezar a hablar le dijo: 'Salgo a ganar'. Y lo enamoró con la propuesta: "Lo primero que me dijo fue que no quería saber nada con Carnaval. Le conté por dónde iba la mano y me dijo, 'me gusta el desafío'".

No es casual que haya armado un plantel con mucha gente que debuta: es loco por ir contra la corriente. En 2002 viajó a Estados Unidos, vio que explotaba el reggaetón y al volver, armó Klan B. Revolucionó el mercado porque acá no se conocía el género: "Eran puras críticas hasta que empecé a hacer show de todo tipo e incluso fuimos teloneros de Daddy Yankee y Don Omar", cuenta.

Mantuvo ese espíritu con Carambola y eligió una cuarteta debutante que se corona con los polifacéticos Bola 8. Charly le recomendó a la influencer Natalia Ramos, se reunieron con ella, les pareció muy cómica, les contó que era actriz, y sin saber para dónde iba el texto dijeron, 'es con ella'.

Marcelo Bornio entrevistó a Pintos para La combi de Marcelo (Canal 4) y mientras veían la nota, su esposa le dijo, '¿no te gusta para Carambola?' Consiguió el número del chef, lo llamó y éste le respondió: "Me vas a cumplir el sueño de mi vida".

Se cruzó con la morena Solanye de casualidad, mientras miraba La Aldea (TV Ciudad). Le llamó la atención un monólogo sobre la discriminación, le mandó un mensaje por Facebook y ella le contó que nunca había tenido una oportunidad en el arte. Ivana Zapata, bailarina y gran actriz, completa este cuarteto de nuevos talentos.

"Cada vez que termino de hacer una canción me autoconvenzo de que va a matar. Ya me estoy imaginando el Desfile por 18 de Julio. Pienso muchísimo en la Prueba de Admisión, tengo que pegar ahí la cachetada. La adrenalina y competencia que te da el Carnaval me tiene como loco", cierra.