Redacción El País
La visita de Charly Sosa a Uruguay tiene fines laborales: tocó en el show por los 50 años del Club de Anita, estuvo en la Macro Fest de Las Piedras y hoy miércoles 20 cantará en el Teatro Solís junto a otros músicos en el show Tropical de Gala. En ese marco fue que visitó Vamo Arriba que es domingo (Canal 4) y habló de varios temas. Se refirió, entre otras cosas, al duro momento que vivió en pandemia.
Confirmó, además, que está de novio con una uruguaya que, al igual que él, también vive en Miami: "Nos conocimos allá, los dos nos fuimos el mismo año y las vueltas de la vida nos encontraron allá", expresó.
El intérprete de "Mayonesa", la canción compuesta por Alejandro Jasa y Eduardo Britos que más dinero recaudó por derecho de autor en Agadu, emigró a Estados Unidos en 2019 con el fin de buscar nuevas oportunidades. Llegó de la mano de Iconic Musics y el primer tiempo fue oscuro.
La depresión de Charly Sosa
El cantante de música tropical que alguna vez soñó con ser futbolista comenzó diciendo que la pandemia fue lo peor que le pudo haber pasado en la vida. Y explicó la razón. "La productora que me lleva a Estados Unidos se llamaba iconics Music, y una semana antes de que cierren, explote todo y declaren la emergencia sanitaria, metimos la carpeta con mis papeles", contó en referencia a los trámites para iniciar la residencia.
"Quedé atrapado 18 meses: no podía salir de Estados Unidos, no podía entrar a Uruguay, no podía hacer nada porque sino se caía mi caso migratorio", reveló.
En ese lapso, dijo, las oficinas estabas cerradas y por ende su proceso migratorio no continuó hasta que no se levantaron las medidas sanitarias. "No me podía ir y ahí estaba solo en un apartamento que lo único que hacía era comer. Engordé 11 kilos y entré en estado de depresión", expresó.
Atribuyó el estado de angustia al amarillismo que se veía en los medios de aquel país. Según relató, la televisión mostraba constantemente un contador con las cifras de muertos y era imposible escapar: "Lo único que hacían era decirte, en unos camiones en Nueva York están metiendo los cadáveres, y no había otra cosa para ver".
La solidaridad como válvula de escape
Decidió buscar una salida a ese difícil momento y para escapar de la soledad empezó a hacer vivos de Facebook y le regalaba música a su comunidad: "Para extraerme de esa realidad me conectaba en Facebook, ponía la camarita, las pistas y me ponía a cantar tres o cuatro horas", contó.
Otra forma que encontró de afrontar ese mal trago durante la pandemia fue ir a colaborar a una hospital. Escuchó que una doctora solicitaba a artistas que se acercaran a tocar ya que la música servía para mejorar las defensas de las personas y allá fue.
Según había contado en una nota con El País un par de años atrás, en ese período de crisis también consiguió sponsors y colaboró con ollas populares de Uruguay.
Estando en Estados Unidos también se conectó con la Fundación Unidos por un sueño, que lleva niños de la Pérez Scremini curados de cáncer a conocer Disney, y participó de distintos shows a beneficio, convirtiéndose rápidamente en padrino de la institución.