Redacción El País
Claudia Fernández estuvo de invitada en el ciclo Así las cosas, en el streaming de TV Ciudad, y compartió varias anécdotas de la época en que trabajó en Argentina. Contó, entre otras cosas, que se compró su casa en Uruguay, algo que en principio le parecía un imposible, gracias al Bailando y a Gerardo Sofovich.

"Entre el Bailando y la gira de El champagne las pone mimosas laburaba de sol a sol, no tenía novio, ni nada, el objetivo era mi casa", dijo.

Reveló también que fue Moria Casán la que le explicó bien el juego mediático que ella supo comprender a la perfección. "Vos tenías que entender que para hacer temporada en Mar del Plata o Carlos Paz, tenías que ser conocida", arrancó diciendo. Era una época sin redes sociales así que la forma de mostrarte era en el Bailando (que por esos días hacía picos de 40 puntos de rating), en la tapa de una revista o en el teatro.

"El presidente del jurado era Gerardo Sofovich, el dueño de casi todas las obras de éxito que se hacían en Argentina. Sus chicas que estaban en el Bailando trabajan en la temporada porque la manera de publicitar las funciones era cuando estabas al aire con Tinelli,", relató.

La clave del éxito, entonces, no solo era lograr entrar, sino convertirte en chica de Gerardo para que te salven, sino ibas al teléfono, aunque fueras la mejor bailarina. "Si trabajabas con Gerardo siempre te iban a salvar porque él quería que siempre hubiera una chica de él que diga, los esperamos en el teatro", dijo Claudia.

Claudia elogió la habilidad de Sofovich para elegir los elenco al elegir figuras y artistas que la gente quería seguir viendo, y no solo eran moda por ser caras del Bailando. Dijo, además, que no era "sorete", sino exigente y resaltó que era el que mejor pagaba.

"Solo te pedía saberte la letra cuando llegaba a los ensayos. Si no te sabes la letra, chau, porque tengo una lista de gente esperando. Yo vi cómo sacó a alguien de una comedia porque llegó 20 minutos tarde", contó.

Así como le agradece, ella también estuvo entre las expulsadas de Sofovich pero no por llegar tarde on o saber la letra, sino porque se le plantó.

Era la primera vez que iba a protagonizar en calle Corrientes en la obra No somos santas. Esa tarde llegó al ensayo hacer la primera lectura del libreto y se encontró con que Gerardo no estaba.

"Estaba René Bertrand, el director, y llego a una de las canciones (era tipo musical) y digo, 'yo no voy a cantar eso, que es de un machismo asqueroso, no sé quién lo escribió pero está confundisímo. No me identifico con esta letra. Si este tipo solo se cruzó con gente que quería abusar de él y sacar un beneficio económico, todas las mujeres no somos esto. Perdón pero yo esto no lo canto'", relató.

El director le dijo que el texto era de Gerardo y ella le contestó que ya sabía que la comedia la había escrito él pero que le parecía "una mierda" igual. Acto seguido, René, que según Claudia "era bastante chupa medias de Gerardo", agarró el teléfono y llamó al productor: "Claudia dice que esta comedia es una mierda y no lo va a decir". Gerardo le contestó: "Decile a Claudia que pase por la oficina del Libertador a buscar la liquidación".

La despidió antes de debutar y la dejó sin trabajo y techo, ya que en ese momento vivía en un hotel con los soñadores del Bailando y el contrato de No somos santas incluía un apartamento en Palermo por dos años. Claudia no se quedó quieta. Pensó, ¿qué haría Moria en esta situación? Y muy rápido se iluminó: iría a Intrusos, el programa que conducía Jorge Rial en aquel entonces.

"Llamé a Ventura y le dije, 'tengo una bomba, Gerardo me despidió'. Venite ya. Fui espléndida, me senté con Rial, le conté todo. Salí de ahí y me estaba llamando Lino Patalano para el casting del centenario del Maipo. Y si ustedes ven el unipersonal o leen el libro estar en el Maipo fue mi sueño", finalizó.

En esta extensa entrevista que la comunicadora dio a TV Ciudad también contó que se llevaba muy bien con Marcelo Tinelli al aire, aunque nunca habló con él fuera de cámaras.

Con los que sí tenía diálogo era con Federico Hoppe y el Chato Prada, ambos productores de Tinelli, que durante su etapa en el Patinando y el Bailando se enteraron que ella estaba atravesando un mal momento y se acercaron para ofrecerle ayuda.

"Me dijeron, manda a decir Marcelo qué necesitas de parte de la productora, en qué se te puede ayudar'. Mi respuesta fue, no me manden al teléfono por unas semanas más, porque yo ya sabía que mi previa no estaba rindiendo, que en breve me iba al teléfono. Y estar una semana más era una semana más que cobraba", contó.
 
Por último, reveló que no volvería a trabajar a Argentina porque para todo hay un momento, reconoció que supo abrirse en el momento justo, y que no quiso exponer a su familia.

"En el momento en que todo empezaba a explotar y empecé formar mi familia, no los iba a exponer a eso ni loca. Ya sé lo que es. No es lo que ve el televidente. Igual que los programas de chimentos, lo que realmente sucede, nadie lo dice. El 80% de lo que ves es inventado", confesó.