Cómo Leo Pacella se volvió el actor más ocupado del país, su parodia a Lacalle y la curiosa idea de Los Chobys

El actor está en un espectáculo de humor y dos obras de teatro, es parte de "La culpa es de Colón" de Canal 12, tiene una columna en radio y ya prepara el Carnaval 2024 con Los Chobys. ¿Cómo lo hace?

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Leonardo Pacella. Foto: Leonardo Mainé
Leo Pacella.
Foto: Leonardo Mainé

Leo Pacella está viviendo aquello que soñó cuando era un niño que quería subirse a un escenario y hacer reír. Hoy lo hace en radio, televisión, teatro, Carnaval y, en el futuro, quizás en una ficción.

En sus primeros años, luego de un trabajo rutinario, se iba a ensayar obras que tenían poco tiempo en cartel. El ciclo se reiniciaba con otro título, y otro, y otro.

“Si no me hubiese rendido económicamente igual lo seguiría haciendo, porque lo hice por 10 años trabajando en una barraca”, dice Pacella a El País. “Lo hubiese seguido haciendo porque la satisfacción es la misma. Vivir de esto es un privilegio, pero es algo que disfruto mucho”.

La charla transcurre telefónica y en una pausa del guion para su columna semanal de los viernes en La mesa de los galanes de Del Sol. Cuenta que enfrente tiene tres pantallas: en una escribe, en otra hace zapping, y la tercera está conectada a una Play Station.

“Entonces juego un partido, me cocino una tortilla y entre medio se me van ocurriendo ideas de chistes. Me siento a escribir para La culpa es de Colón y se me ocurren cosas para Los Chobys, entonces tengo varias pestañas abiertas, que salga lo que salga, y lo anoto. Cuando me tengo que sentar a guionar, ahí apago todo para poner en orden esas pavadas que se me ocurrieron”, explica.

Más allá de los chistes, Pacella siente que su agenda llegó al tope. Además de la columna en radio y de las grabaciones de La culpa es de Colón, el actor hace Unidos por el hambre junto a Mauricio Suárez, y está en el elenco de las comedias La obra que sale mal (los viernes en Del Notariado) y El secuestro (los sábados en la misma sala). “Estas dos obras pegaron. Nunca había vivido así el teatro, con temporadas que arrancan en marzo nada más terminar Carnaval, y en noviembre seguimos con localidades agotadas. Son buenas las obras, pero he estado en obras buenas y que no caminan del todo. Eso es un misterio”, dice.

—Hacés de todo, ¿es verdad que sos muy despistado?

—Sí, soy redespistado. A veces la gente exagera para que quede marcado el personaje, pero en lo de despistado creo que me quedo corto. Cuando salgo a la vida es una aventura, no sé qué puede pasar, dónde pueden quedar las cosas. Hay algo que me causa terror y por eso saludo a la gente por demás, es que no distingo las caras si me las sacan del lugar. Quedo repegado en todos lados porque me dicen: “pero si nos vimos ayer”. Me pierdo, no me doy cuenta de las calles, soy redespistado.

—Con tantas obras, columnas y guiones, ¿dan ganas de hacer algo más este año?

—El otro día embromaba en la radio y decía que así está bien la cosa. No quiero que me vaya peor obviamente, pero tampoco que me vaya mejor. Voy los viernes a la radio y me mato de la risa, con La culpa es lo mismo, grabamos los lunes y es muy divertido. En teatro estamos agotando y también hago funciones en boliches. Además el Carnaval viene todo lindo, estamos armando el espectáculo tranquilos. Pero si dicen, ponele, en la radio: “¿podés venir tres veces por semana?”, o hacer cuatro programas a la semana de La culpa, yo me mato. Cualquier cosa que me saque de este orden que armé, me cambia todo. No quiero quedarme sin la radio, pero tampoco que me agreguen días, estoy bien así. Y no tengo ningún sueño más que hacer lo que hago. Yo disfruto el hacer, el ensayar una obra, el pensar cosas graciosas, armar cosas para el Carnaval, lo disfruto mucho, y mi sueño es seguir haciendo eso. Otro formato, puede ser entretenido pero no hay nada por lo que diga: no me quiero morir sin hacerlo.

—¿Y da el día para todo?

—Este año sí, porque me organicé, pero el año pasado la pasé mal. Estaba pasado de verdad, no tenía tiempo libre y estaba todo el tiempo como apagando incendios, llegando con lo justo. Precavido, me dije: este año no me va a pasar, corté un taller que daba los miércoles y frené algunas cosas, y este año ha sido de disfrute. Yo hago y me muevo porque me encanta, pero también tengo tiempo para prepararlo. El año pasado llegaba a La culpa ahí, con las cosas más o menos, sobre el pucho. Este año estoy gozado.

—¿Cómo hacés para desconectarte?

—Cuando me descuelgo intento hacerlo de verdad. Salgo a andar en bicicleta. A veces no tengo ganas pero sé que si salgo no solamente fumo menos: me hace bien, me despeja la mente. Estoy en otro planeta. Después, me desconecto cuando tengo tiempo para dedicarle un par de horas a la cocina, pero como me gusta lo que hago, son los momentos donde se me ocurren más cosas cuando estás preocupado en otra cosa. Entonces, siempre busco muchas distracciones.

—En La culpa hicieron hace poco un sketch que parodiaba una conferencia del presidente. Más allá de que es humor, ¿les dijeron algo?

—No. No lo concebí como una critica ni nada. Fue poner a un tipo haciendo del presidente y mezclé chistes de actualidad con otros. Vi en Twitter que alguien insinuó que había un palo, lo miré de vuelta y no encontré nada. Yo hago humor y lo que pase en la política, podrá ser del partido que sea: si da para hacer referencia y que se ría la gente, no distingo partidos. Siempre y cuando no sea ofensivo, la bandera partidaria no importa porque voy atrás del chiste. Igual, nadie va a dudar para qué lado me acuesto, todo el mundo lo sabe, pero no voy a hacer humor para hacer entender a las personas sobre tal tema, es demasiado. No voy a operar políticamente con el humor. Hago humor para todo el mundo; después, hablando seriamente podré tener una opinión respecto a ciertas cosas.

—Estás presente en radio, televisión, teatro y Carnaval, siempre con tu humor. ¿Qué te queda por hacer?

Alejandro Müller se sumó hace poco a El secuestro y tiene una rapidez bárbara para aprenderse la letra. El otro día le decía: “Me encantaría trabajar en una tira”, y me contesta: “Te voy a meter en una”. Eso estaría buenísimo. Me encantaría ver cómo se trabaja un personaje en audiovisual. He hecho cosas chiquitas en cine, pero es de curioso, porque lo que más me gusta es el teatro.

—¿Por la interacción con el público, ver cómo reaccionan para tirarles otro chiste?

—Sí. Uno de los momentos más disfrutables de todo esto es cuando decís un parlamento o pasó algo, la gente se empezó a reír y tenés que hacer una pausa como que no te está pasando nada y estás esperando para seguir hablando, y por dentro es una emoción y ganas de abrazar a todo el mundo. Te ves en una pausa y por dentro tenés ganas de festejar que se están cagando de risa. Es un disfrute disimulado que está alucinante.

Lo que se viene para 2024 con Los Chobys

“La solemnidad rinde bastante para el humor, lo serio y pacato sirve”, comenta Pacella, quien ha sido distinguido com Máxima Figura del Carnaval en tres oportunidades con el conjunto de humoristas Los Chobys.

Para el próximo Concurso, el conjunto que dirige junto a Julio Yuane va a hacer una rifa que comenzarán a promocionar en redes. El premio es insólito.

“Quien gane va a salir con nosotros en Carnaval. No necesita ninguna condición, ni cantar, bailar, ni actuar, es solamente comprar la rifa y que salga el número. A esa persona la vamos a privilegiar, y va a tener su tema, va a bailar, va a ser el o la protagonista del espectáculo”, comenta Pacella.

“Nos parece divertido el que no sepa cantar y tenga que hacerlo, para mí es gracioso. No es burlarnos, es hacer del antihéroe, el que tiene que hacer las cosas y le salen mal”, dice.

También piensa en un espectáculo infantil que mezcle teatro negro. “Me parece divertida la imagen de los actores y actrices vestidos de negro con los palos. En nuestro caso, que se vea todo para que pasen las cosas graciosas”, dice.

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