Redacción El País
En la mañana del miércoles, el equipo de Vamo arriba (Canal 4) preparó una sorpresa que dejó sin palabras a un compañero del magazine matutino en el día de su cumpleaños. Minutos antes, le habían obsequiado una torta de chocolate personalizada con su foto, pero el gesto lleno de cariño que arrancó más de una sonrisa y superó todas las expectativas vino después.

Todo comenzó con una gigantesca torta no comestible que se presentó como el centro de la celebración por los 49 años de Federico Paz. Con su humor característico, Gastón "Rusito" González rompió el hielo diciendo: "Es momento de partir la torta, pero no tenemos un cuchillo tan grande", mientras el homenajeado y Rosina Benanati miraban la imponente pieza.

Lo que nadie esperaba era lo que había dentro de esta gigante torta ficticia: la madre del cumpleañero, quien apareció sorpresivamente ante sus ojos. Al verla, la reacción del periodista fue instantánea: "¿Qué haces, mamá?", exclamó con asombro, y corrió a abrazarla mientras sonaba la música de "Que los cumplas feliz".

El momento fue puro sentimiento y complicidad, y con lágrimas en los ojos, ella le lanzó: "Te amo". "Yo también", le contestó Fede Paz, sellando la emotiva sorpresa.

Foto: redes sociales

"Con razón no me habías mandado mensaje en todo el día, eh", comentó Fede, mirando a su madre, quien le respondió con una sonrisa: "Te mandé ayer de noche y te dije: después nos vemos".

Fue en ese momento cuando el Rusito aprovechó para preguntarle: "¿A qué hora naciste, Fede?", a lo que ella contestó rápidamente: "A las 22:20". "Falta todavía, siempre de noche, Fede", bromeó su compañero, y robó la sonrisa de todos en el estudio.

"¿Quién iba a decir que vos, que tenés un cargo empresarial importante, ibas a salir de adentro de una torta? Gracias, ma", expresó el también periodista deportivo entre risas, mirando a su madre. Ella, con una sonrisa cómplice, respondió: "Suspendí las reuniones".

En ese momento, el Rusito pidió un aplauso para la mamá de Fede, mientras el cumpleañero, entre risas y algo avergonzado, pedía que sacaran a su madre de ese enorme artefacto. El Rusito, con su clásica chispa, cerró el emotivo momento diciendo que los bomberos tendrían que ayudar a sacar a la señora de la torta, y finalmente mandaron la pausa.