Redacción El País
El mediodía del lunes fue uno de los más especiales para los integrantes de Quién te dice (Del Sol) y su audiencia. Majo Borges, una de las conductoras del ciclo, dijo presente en el estudio radial para contar una hermosa noticia. Reveló que el motivo de su ausencia durante la última semana había sido que se convirtió en mamá, y emocionó a todos con su relato. Explicó la situación para todo aquel que jamás la había visto embarazada y detalló cómo fue el proceso de adopción que encaró en solitario y le llevó casi cuatro años.

"Vengo solo el primer bloque para contarles que fui mamá. Estaba en proceso de adopción hace muchos años, pero es una cosa de la que uno no habla demasiado. El lunes pasado recibí la llamada que esperaba hace casi cuatro años", arrancó diciendo la periodista que también está a cargo de Corre Cámara (TV Ciudad).

La beba está en su casa desde el martes pasado y la emoción es total. Casi no duerme, pero le corre una felicidad inexplicable por el cuerpo. "Tuve todo el miedo de decir, ¿la voy a querer? Porque no la conozco, es muy chiquitita, fue prematura. A la noche me dice una amiga, ¿ya la amás? Al día siguiente dije: es oficial, estoy completamente enamorada de esa niña, es algo que pasa y chau", expresó la periodista.

Y agregó: "Estoy aterrada, es todo emoción, intensidad, estoy feliz, muy mal dormida. Tengo mucho miedo también. Hay momentos en la madrugada que después de acostarla me viene un terror, no a que le pase algo, sino al futuro: si voy a poder, qué pasará con esto, será sanita".

Entre los cariñosos mensajes de felicitaciones que llovieron ese mediodía, aprovechó para informar a la audiencia de Quién te dice que se tomará licencia por 42 días y se ausentará del aire, para dedicarse a maternar.

Borges comentó a sus compañeros Pablo Fabregat y Gonzalo Delgado que le interesaba hablar del tema porque la gente desconoce todo lo relativo a la adopción.

Entonces arrancó contando cómo fue el largo camino que recorrió hasta finalmente convertirse en mamá. En estos casi cuatro años tuvo muchas entrevistas, hizo un montón de talleres, hasta que un año y medio atrás ingresó al Registro Único de Aspirantes (RUA), que según explicó, significa que "estás listo, aprobado".

"Llega un momento que te asignan una dupla (psicólogo y asistente social) que te acompaña desde ese momento hasta que integres a un niño y te hacen un seguimiento durante un año y medio después", contó.

Aseguró que la ansiedad, luego de ingresar al RUA, es total y que el día que apareció el número del INAU en su teléfono fue una alegría indescriptible. Sucedió el lunes de la semana pasada y ella algo presentía. Se fue de la radio, se preparó el almuerzo y mientras comía se daba cuenta de que estaba nerviosa.

"Miro el teléfono y tengo una llamada perdida, que es lo peor que te puede pasar porque es una institución pública. Como no me acordaba del interno, llamé para un lado, para el otro. Finalmente logro que den con la persona. Cuando me dijeron, tenemos una historia para presentarte... Al día siguiente te la presentan, vos podés decir que sí o que no, y te dan todos los detalles. Me dijeron edad y género. Una beba. Y me largué a llorar de una manera que la chica decía, '¿estás bien? ¿Quéres que te dé unos minutos?'", relató sobre el momento.

Esa noche le costó mucho dormir. No quería comer ni hablar de nada. No le daba la cabeza para pensar en otra cosa que no fuera la bebé. "Vine a hacer radio el martes para despejar un poco y de acá me fui caminando a la Ciudad Vieja para calmar la ansiedad. Llegué y me presentaron la historia", contó.

Le dieron detalles sobre la historia médica, social y clínica, pero según reveló, en ese instante donde los padres tienen que decidir, no te dicen ni el nombre ni te muestran una foto del bebé. "Una madre me dijo: es como cuando estás embarazada, que no sabés cómo va a ser".

Dijo que sí, le dijeron el nombre (no puede contarlo al aire hasta tener la tenencia completa, donde podrá tener la cédula con su apellido, algo que puede demorar hasta un año y medio), le mandaron una foto y se desarmó.

El martes a las 14.30 la beba ya se encontraba en su casa y ella se había convertido en "mamá de golpe". Según expresó, la experiencia de haber maternado a una niña (Mora) durante ocho meses como parte del programa Familia Amiga de la Fundación MIR le sirvió de entrenamiento "para no volverse loca".
 
"Les dije la semana más intensa porque el sábado, esta niña, que es mi sobrina, Mora, vino a conocer a mi hija y dije, esto me pasa por arriba. Lloraban los padres, lloraba yo. Y ella le decía prima, el diminutivo, la tenía en brazos", contó emocionada.

Por estos días, Borges tiene la emoción a flor de piel. A diferencia de la maternidad biológica, le toca anidar durante unas semanas con el objetivo de generar apego y que "la beba entienda que sos vos y es exclusivo". Por eso mismo, no puede llenar la casa de gente ni hacer reuniones con el fin de que la beba esté la mayor cantidad de tiempo solo con ella.

"Mi hija en cuatro días me sigue por toda la casa, aparezco, le hablo, y me busca, me reconoce", contó.

"Cuando son parejas es más fácil, pero a mí me pasa que además quiero que todos la conozcan. Voy haciendo de a poquito", dijo.

Por último, contó que el cambio en el rostro y los gestos de la niña fue notorio y de un día para el otro: empezó a engordar porque asimila la comida diferente y le crecieron los cachetes. "Al segundo día viene mi hermana y me dice: es otra niña, tiene otro gesto en la cara, otra placidez".