Daniella Mastricchio, Sol de "Chiquititas", o por qué cantar "Corazón con agujeritos" al ritmo de la cumbia

La artista estuvo en Uruguay y conversó con El País sobre cómo "Chiquititas" fue un refugio en su infancia por la dura situación que vivía en su casa, y sobre su presente como cantante, en el que elige a la cumbia para expresar lo que siente.

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Daniella Mastricchio.
Foto: gentileza Daniella Mastricchio

Es la tarde del 14 de agosto de 1995 cuando Telefé estrena Chiquititas, una telenovela producida por Cris Morena y protagonizada por su hija Romina Yan, Gabriel Corrado, Fernán Mirás y un elenco infantil. Entre ellas hay una, Daniella Mastricchio, que tiene siete años, los ojos azules y el pelo largo. Interpreta a Sol, una niña que perdió a sus padres.

La telenovela será un éxito. Tendrá siete temporadas. La historia será siempre más o menos la misma: un grupo de niñas y niños huérfanos que viven en un hogar son explotados por los adultos que están a su cargo, pero siempre habrá alguien —Belén, Luz, Mili— que los salve, que los rescate, con canciones, de la hostilidad del mundo. Harán teatro y agotarán todas las funciones. Grabarán discos. Harán giras. Las niñas y niños de Argentina, Uruguay, Brasil y varios países del mundo, como Israel, cantarán su música, bailarán sus canciones, querrán ser como ellos. Daniella, que aparece por primera vez a los cinco minutos del primer capítulo, formará parte del elenco protagónico de las primeras cuatro temporadas, hasta 1998.

En esos años, cantará una canción junto a Belén, interpretada por Romina Yan, que dice: “Tengo el corazón con agujeritos y no me lo puedo curar, se me está muriendo de a poquito, con cada dolor, se muere más”.

Nadie sabrá que, detrás de Sol, Daniella cantará lo mismo —que tiene el corazón con agujeritos— porque el dolor de Sol es, también, un poco el suyo.

De aquel tiempo pasaron 29 años. Después de Chiquititas, Daniella se alejó de los medios y de las canciones. Hoy tiene 36 y, a comienzos de 2024, en una nota con Infobe, contó su historia: “En el 97, cuando yo tenía nueve, 10 años, en mi casa se empezaron a vivir situaciones muy violentas. Y ahí se puso feo... Mi papá tenía problemas muy grandes de alcoholismo. Y se había puesto muy violento (…) Mi mamá era una mujer que estaba pasando por una situación de violencia imposible de manejar. Hoy en día se habla de esto y están abiertas las posibilidades a entender que eso es violencia, a no permitirlo; hay otras salidas. Pero esto pasó hace 28 años, y yo creo que no pudo hacer nada”.

Durante la pandemia, en 2020, y después de un proceso muy largo de trabajar con el miedo que le generaba volver a exponerse ante el público, Daniella empezó a ponerle música a las letras que tenía escritas. Después las subió a plataformas y, con ellas, empezó a contar una parte de su historia. También grabó una nueva versión de “Corazón con agujeritos”, pero esta vez al ritmo de la cumbia. Porque sabe que ahí, en esa canción, los recuerdos y el presente se encuentran, se disculpan y, un poco, se sanan.

En agosto, Daniella viajó a Montevideo. Participó de algunos eventos y cantó en la Cena de los Famosos. También habló con El País sobre la música, Chiquititas, y Sol.

¿En qué momento y por qué elegiste a la cumbia para ponerle ritmo a tus canciones? 
—Me costó encontrar el género. Siempre la cumbia estuvo muy presente en todas mis canciones. Quien me sigue desde el 2020, cuando arranqué, puede notar estos cambios musicales, esa mezcla de cumbia con tango, cumbia con reggaetón y melódicos, que también me siguen apasionando y los voy a seguir haciendo. Pero principalmente la cumbia por lo que me transmite, que es alegría y que es lo que en realidad yo también quiero transmitir, un poco el mensaje es que no importa lo que se vive, importa cómo uno lo transita, y para mí la cumbia es alegría y es lo que quiero regalar.

—¿Cómo fue reversionar "Corazón con agujeritos" u otras canciones de Chiquititas en cumbia?
—Muy bueno. La verdad es que no imaginé nunca cantando canciones así en cumbia, pero queda relindo. O sea, Corazón con agujeritos cuando la canto en vivo, en cumbia, es una cosa que no puedo describir. Yo lo disfruto un montón, obviamente, pero la gente, el público que está compartiendo el vivo conmigo, están todos cantando ese tema y se genera algo impresionante. Me parece que está buenísimo, porque también es aggiornar un poco de nuestra infancia con un poco de nuestra actualidad, entonces te pega, te pega en el corazón.

—¿La música estuvo presente siempre en tu vida, más allá de Chiquititas, o fue algo que surgió en pandemia?
—No, siempre estuvo presente, solo que nunca me animé por toda la carga emocional, personal, de trabajo, que yo tenía. O sea, todo lo que venía conmigo, que todavía había muchas cosas que tenía que evolucionar, entonces no me animaba, no me sentía fuerte. Tuve que hacer un lindo trabajo personal para por fin poder decidirme a hacer lo que siempre quise, porque la verdad es que siempre la música estuvo conmigo. De hecho, siempre escribí canciones, que eran letras, porque no tenían la música todavía, y en pandemia sí fue cuando me decidí y empecé a de verdad a hacer música, pero hasta entonces eran letras de canciones que nunca iban a salir porque yo no me animaba, yo estaba con un autoestima muy bajo y tenía muchas cosas que todavía no me hacían creer en que podía hacerlo. Cuando me saqué esa mochila que no me correspondía, empecé a escribir mejor y pude encontrar mejor las palabras.

 

—¿Y qué te hizo sacarte esa mochila?
—Trabajo, mucho trabajo para adentro, para entender lo que me estaba pasando, soltar, perdonar, y evolucionar, porque parece una pavada pero la verdad es que cuando hay cosas tan grandes en tu vida, sean buenas o no tan buenas, o sea, todo lo que te marca mucho, después te queda siempre. Entonces, eso, mucho trabajo de terapia, de self-coaching, de PNL, de un montón de cosas para animarme y poder salir y poder decir: “bueno, aunque con miedo, lo voy a hacer igual”.

—Has hablado sobre tu infancia y sobre la dura situación que vivías en tu casa. En ese contexto, ¿qué significó Chiquititas para vos?
—Fue una gran salvación para mí Chiquititas, porque yo ahí como que huía un poco de toda la realidad triste y fea, que estaba viviendo, y por eso la canción de "Corazón con agujeritos" me describe tan a la perfección esa época. La verdad es que a mí me ayudó muchísimo a formarme como artista pero también a entender que había otra realidad, porque si yo quedaba con solamente lo que vivía para mí la vida únicamente iba a ser esa. De repente yo iba a grabar y estaba en otra realidad donde había gente que si me quería, donde se podía hablar, donde se compartían otras cosas, en donde también había alegría. Todo eso de lo que hablaba Cris me lo hice carne porque lo necesitaba.

—Y si mirás para atrás desde ahora, ¿qué te enseñó Sol?
—Sol fue bastante sufrida también. Fue como muy cascoteada, pobre Solcito. Yo soy de las que cree que la realidad siempre supera la ficción con lo cual, si un personaje con toda esa vida triste que tenía —un papá que la abandonó, una mamá que muere—, digo, si Sol pudo, ¿por qué yo no? Sol me enseñó antes de que Dani lo supiera que iba a poder pasar cualquier prueba. Yo creo que vino para eso.

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