Hace poco más de dos semanas se supo que Marcelo Bornio iba a debutar en Carnavalde la mano de revista Carambola. La buena nueva sorprendió a muchos que no tenían al chef de Canal 4 como fanático de Momo, pero la realidad es que es muy carnavalero, que escucha murga todo el año y que en febrero curte mucho tablado y también Teatro de Verano.

Uno de sus mejores planes es sentarse en su jardín a escuchar retiradas clásicas, de esas que "te llegan al medio del pecho". "Me encanta cómo sopla el Zurdo Bessio, los arreglos del Pitufo Lombardo, la retirada de Asaltantes 2017, El tren de los sueños (Contrafarsa), el cuplé del 'Sueño Americano', de Agarrate Catalina, o el de 'Los jóvenes blancos', que me lo sé de memoria", enumera a El País. Y da cuenta de que no es un improvisado.

Bornio, que supo pedirle al Rusito González (compañero de Vamo Arriba) que por favor lo invitara una noche a recorrer tablados con Zíngaros y nunca se dio, está convencido de que las oportunidades en la vida llegan cuando menos se buscan.

"Es un sueño vivir un Carnaval desde arriba. Ganas siempre tuve, pero nunca en mi vida imaginé que me podía llegar una propuesta así", asegura emocionado sobre la oportunidad que le dio Carlos "Bocha" Pintos a sus 47 años.

No se la vio venir cuando el dueño de Carambola lo llamó para invitarlo a ser parte del staff 2025 de esta revista que vuelve al Concurso Oficial después de 14 años. Fue la esposa del Bocha la que sugirió el nombre de Bornio, luego de verlos interactuar en La combi de Marcelo, ciclo al que el músico y productor fue de invitado, y que estrenará tercera temporada en enero de 2025.

Luego, Carlitos Soria, carnavalero de ley y compañero de Canal 4, le consiguió el número del chef y lo terminó de convencer de que era el indicado.

"Me resorprendió el llamado del Bocha. Lo primero que le dije fue, '¿vos estás seguro? ¿qué hago yo? Estás loco'. Me agarró un miedo... Por otro lado era, 'mirá la propuesta que te está llegando'", cuenta Bornio.

Si bien temió hacer el ridículo o no poder rendir como el conjunto se merece, el sí fue rotundo y de primera. "Me daba miedo no estar a la altura del grupo. Creo que con constancia y esfuerzo lo voy a poder lograr", se sincera.

Y agrega: "No quiero generar un problema al grupo, que carguen conmigo o que algo salga mal. Es una competencia, hay sponsors, un dueño de un conjunto que confió en vos y que tiene plata apostada ahí".

Por eso, asumió el compromiso siendo consciente de que, además de cumplir un sueño, esta aventura requiere tiempo y dedicación para salir airoso: "Sé que hay que ensayar, son horas y horas, es una exigencia enorme. Quiero llegar lo mejor que pueda, dar un 100 %, porque hay un grupo. Primero le respondo al grupo y a quien me invitó".

Bornio nació en Montevideo, pero se mudó a Tacuarembó con apenas 10 años, así que sus recuerdos como niño en el tablado escasean. Volvió a la capital con 17 años para estudiar gastronomía, y por ese entonces le sacó mucho jugo a las noches de tablados con amigos: "Viví Carnaval reivindicando los años perdidos y me fui para el otro lado", dice.

Las primeras señales de que le gustaba el escenario las dio a los 10 años, cuando recitaba Les Luthiers. "En el colegio San Javier, donde hice el liceo, ganamos dos premios. Se hacían las primavereadas, cada clase tenía que presentar un sketch e hicimos 'La gallinita dijo Eureka', de Les Luthiers, vestidos igual, con los instrumentos. Y el segundo año presentamos algo de Los Midachi", cuenta.

El bichito del arte siguió latente. A los 13 se metió a estudiar teatro en la iglesia de los mormones, y duró poco: "Ensayé, pero no llegué a presentar la obra. Cuando después de dos años me quisieron bautizar, dije que no".

Tomó unas clases de guitarra, pero abandonó rápido por falta de tiempo. Promete retomar porque le fascina: ese instrumento y el piano están en su debe. También le gustaría seguir estudiando teatro; en su momento dejó porque la gastronomía lo absorbió por completo.

"Te come la vida. A los 17 arranqué a lavar platos y no paré más de trabajar. Como el Uruguay es un mercado muy chico, cuando no había trabajo acá me iba al exterior: viví en México en tres etapas, en Italia y Estados Unidos. Tengo 14 temporadas en Punta del Este. Es muy desgastante", asegura.

Por eso, espera ansioso este febrero, para saborear cada etapa: "Quiero disfrutar la previa, los ensayos, la Prueba de Admisión en noviembre, los tablados, el contacto con los barrios", dice.

Foto: Leonardo Mainé

Bornio es de los que sigue la noche de fallos con la tele y la radio al lado. Y está supermotivado con poder vivirla desde adentro.

Disfruta las noches de Teatro de Verano desde antes de entrar hasta el post, escuchando la radio, y ni qué hablar del pedregullo. "El lugar es único, todo es disfrutable. Me acuerdo de salir y quedarme en la rambla tomando mate", dice sin poder creer que se subirá por vez primera al templo de Momo.

Y se sincera: "El Teatro de Verano tiembla de esa energía de la gente. Me recontraasusta que se abra ese telón y encontrarme con toda esa gente".

En agosto arrancan los ensayos y aún no sabe cuál será su rol en Carambola. Está descartado que aprenda a bailar; dice que se anima a cantar si es en grupo y alguien lo orienta, y está seguro de que se soltará actuando. "Desde el lado del humor creo que es donde puedo aportar más. Va mucho en el ensayo, llegar a tu casa y seguir con el personaje, leyendo el guion", comenta.

Según él, no hay nada que no se pueda aprender. Su meta es alinearse al grupo y tener un buen desempeño. "Que me hayan citado y tener la posibilidad de vivir un Carnaval desde arriba, para mí ya está. Lo único que quiero es que digan: 'Marce hizo un buen papel'. Con eso ya gané", expresa.

Cuando la noticia salió a la luz, le llovieron los mensajes de varios carnavaleros — Nelson Burgos, Yessy López, la Peke Sander y Lali Sonsol fueron algunos— dándole la bienvenida. El chef, además, se acercó a Luis Alberto Carballo y el Rusito, compañeros del canal y figuras con experiencia en esta fiesta, y les pidió un consejo. "Los dos, en momentos diferentes, me dijeron, 'disfrutalo porque es una experiencia única'", comenta.

Bornio no sabe si este será su primer y último Carnaval, aunque anhela que sea solo el comienzo de su historia con la fiesta popular. "Todo mi pensamiento y concentración están abocados en hacer un buen papel en 2025, no puedo pensar en probarme en otra categoría, pero salir con los Zíngaros estaría buenísimo", expresa con fascinación.