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Documental recorre la vida de Val Kilmer y su lucha con el cáncer y la presión de Hollywood

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Val Kilmer

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"Val" está para ver en Amazon Prime y es un retrato en primera persona de una historia que supo de fama y grandes momentos y que ahora se mantiene vigente

Val Kilmer
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Val, el documental sobre Val Kilmer que fue sensación en Cannesy ya está disponible en el servicio de Amazon Prime Video, resume una historia de vida ilustre de esas que siempre encuentran un público curioso. Como que no hay nada más tentador que la caída de una estrella. Y cuanto más estrepitosa, más suculenta. La de Val Kilmer es de esas.

Aunque las comparaciones son odiosas dos escenas de Val dejan bien claro el derrotero de Kilmer, quien alguna vez fue la figura más prometedora de su promoción. La primera, en orden cronológico, es su llegada a Broadway en 1983 con The Slab Boys una obra en la que estaban Kevin Bacon y Sean Penn. La otra es el rodaje de Top Gun, donde se lo ve confraternizando con Tom Cruise y otros actores de esa película que es un clásico de la década de 1980. Se los ve jóvenes, optimistas, divertidos y todos aún son estrellas de cine. Kilmer no tanto.

Las razones son muchas, e incluyen un devastador cáncer de garganta, entre otros puntos que no necesariamente se tratan acá. Val recurre a las miles de horas de grabaciones domésticas que hizo, a lo largo de su vida, el principal interesado. Lo guardaba todo en un galpón donde además hay fotos, grabaciones de entrevistas, guiones, memorabilia reunida con la obsesión de un acumulador y el cuidado de quien sabe que allí hay cosas importantes.

Kilmer e un tipo intenso y algo molesto con eso de la camarita pero eso permite conocer un montón de detrás de escenas, salidas familiares y hasta las películas caseras con su hermano Wesley, quien murió siendo adolescente, un hecho que impactó profundamente a Kilmer.

Ya de pequeño mostraba una disposición para la exposición pública que, con el tiempo, lo llevó a ser el más joven de los matriculados en la escuela de drama de Juilliard. Allí se destacó en producciones de fin de curso y desembarcó en Broadway y en una carrera que en cine inició con la comedia ¡Super Secreto!, de la que no se sentía particularmente orgulloso pero es tontamente divertida.

El destaque lo consiguió con su Iceman, el antagonista de Tom Cruise en Top Gun. El rodaje está registrado, como todo, en Val y deja claro que algunos de los métodos actorales de Kilmer podrían generar antipatía en los demás. El documental, del que el actor aparece como productor, se pone de su lado, al que presenta como un artista comprometido con su herramienta y no un caprichoso con el mundo a merced de sus desplantes que es lo que piensan muchos.

Las opiniones sobre el tema (Oliver Stone, Robert Downey Jr., Tom Sizemore) lo contemplan y se ponen de su lado. Esa parcialidad le quita un poco de interés al documental que estará firmado por Ting Poo y Leo Scott pero que es autobiográfico.

En ese sentido lo mejor está en la cantidad de documentos que presenta a su favor y eso incluye su consagración como Jim Morrison en The Doors de Stone o su pasaje, hoy no tan recordado, como Bruce Wayne, o sea Batman, un papel que él solito decidió discontinuar. Otros papeles destacados fueron su Doc Holiday en Tombstone y su ladrón en Fuego contra fuego. Fue, también, El Santo que no estuvo buena.

Mucho menos glorioso, pero muy interesante para los curiosos del cine, es su participación en La isla del Dr. Moreau, en la que compartió elenco con uno de sus ídolos, Marlon Brando. La película fue un desastre, con un rodaje complejo, Brando sustituido la mayoría de las veces por un doble (Norm se llamaba) y el director John Frankenheimer lidiando con una producción maldita. Kilmer filmó, como siempre, todo y ese fragmento funciona como lo más interesante del documental.

La vida personal de Kilmer incluye un matrimonio con la actriz Joanne Wheatley, con quien tuvo dos hijos. Jake, uno de ellos, lo acompaña en Val y le da voz a alguna de las historias. Después de batallar con el cáncer de garganta durante dos años, la quimioterapia dejó a Kilmer con una traqueotomía que le impide comunicarse claramente. Igual lo hace.

En esas condiciones físicas y obligado a firmar viejos posters en convenciones de fanáticos, Val es, aunque parcial y selectivo, la vida de un artista buscándose a través de su obra y una reflexión sobre el paso del tiempo y cómo lidiamos con eso. Y, aunque suene triste, eso es de lo mejor que tiene para contar Val. Y no lo hace mal.

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