Redacción El País
Rosina Beltrán, la uruguaya que entró a Gran Hermano Argentina sigue sorprendiendo por su personalidad directa. En una charla con Florencia Cabrera, la personal trainer compartió por qué tuvo una infancia alejada de su padre y cómo eso la impacta hasta el día de hoy. La participante de 26 años compartió detalles de episodios puntuales que vivió de chica y que la marcaron.

“Él es muy joven, me tuvo a los 22. Entonces, cuando lo fui a visitar a Estados Unidos fue re divertido porque era como mi amigo. Era re joven, tendría 43, no me acuerdo”, empezó.

"La pasé re bien, pero después como que volvió a desaparecer de nuevo. En toda mi vida no estuvo. Mi infancia, para mí, fue dura. En mis cumpleaños lloraba porque él no me llamaba por teléfono...", recordó la morocha en la charla que mantuvo con su compañera de confinamiento.

"Nunca me dijo por qué me abandonó. Igual me pidió perdón. Pero para mí —no lo quiero justificar— él vivió una infancia re dura, y se ve que no tuvo las herramientas para hacerse cargo”, analizó Beltrán.

"Me hubiese gustado tener un papá. Capaz que como no lo tuve, y eso de tenerlo…igual, tuve a mi abuelo que para mí fue lo mejor. Hasta mis 6 años, mi mamá tenía una pareja que lo considero como mi papá porque hoy en día me llevo con él. Hasta los 6 años fue el que me crió", prosiguió.

“La última vez que lo vi fue en Estados Unidos y discutimos. No hablamos nunca más. Es que por H o por B yo termino dañada y él por ser mi papá no tiene ese derecho”, sostuvo al contar sobre la ausencia del padre en su vida.

"Él sabe que estás acá?" le preguntó Cabrera. A lo que la uruguaya contestó que no se llevaba bien con su familia paterna. "No sé si sabe, se habrá enterado?", preguntó sorpresa al darse cuenta. “¿Cómo me va a estar viendo? Si está en los Estados Unidos”. "Esto es un reality", le contestó Cabrera. "Ay no, para que hablamos de esto?", respondió emocionada. "Es tu historia", le dijo su compañera de casa buscando consolarla.

"No es que me hace mal, es que ahora que me dijiste pensé ‘qué flash que mi padre me esté viendo’, no hablo hace mil años con él", consignó la uruguaya.

La conversación terminó con Rosina reconociendo el esfuerzo de su madre por criarla sola. "Tuve una madre de oro. Trabajó para darme lo mejor. Estoy acá por ella", finalizó.