Redacción El País.
La senadora electa por el MPP (Frente Amplio) Bettiana Díaz dedicó un extenso posteo a los comentarios ofensivos que ha recibido en los últimos tiempos vinculados a su cuerpo. La exdiputada de 36 años, que fue una de las precursoras de una ley de talles en el Parlamento, experimentó en los últimos tiempos un notorio descenso de peso.

"Desde diciembre vengo leyendo cientos de comentarios sobre mi cuerpo en redes sociales", escribió en una publicación de Instagram que acompañó con un video donde posaba a cuerpo entero desde diversos ángulos. En diciembre fue polémica una publicación suya que dedicó a uno de sus exparejas del 2024 y donde se declaró "más buena y más exitosa".

Desde Instagram, Díaz condenó el odio sobre los cuerpos e hizo un repaso de su compromiso con la defensa de la "diversidad corporal". "Tuve la fortuna de encontrarme en pandemia con un grupo de mujeres activistas que me enseñaron la importancia de respetar la diversidad corporal y que de alguna forma me salvaron", escribió.

Díaz recordó que junto a otras mujeres y hombres pusieron en el debate público el asunto, a pesar de los mensajes descalificantes que recibían.

"Si hay algo que aprendí es que no, no alcanza con el "amate, aceptate, querete como sos", "a la gilada ni cabida". Hay que cortar con tanto odio sobre los cuerpos", reflexionó.

"Así como un talle no te define, que el odio tampoco", concluyó en el video.

En comentarios del posteo, se extendió. "El año pasado me tocó escuchar en la radio una columna que usaba como ejemplo de violencia sobre las mujeres políticas los insultos que recibía en otra red social el día que asumí una de las vicepresidencias de la Cámara de Diputados. Ni siquiera me había tomado el tiempo de leerlos por autocuidado. La mayoría de las críticas eran sobre mi cuerpo, nada nuevo. En estos años me tocó ver que me dedicaron hilos de tuiter con memes, recortes de fotos de mi cara, de mi panza donde el pantalón me ajustaba y comentaron hasta sobre mis talones. A fines del año pasado esa violencia recrudeció", escribió.

Foto: Estefanía Leal

"Y la respuesta automática cuando alguien visibiliza esto es relativizarlo con frases como “no des bola”, “a la gilada ni cabida”, “querete como sos”. Me tocó leer insultos a las mujeres con las que milito y me tocó escuchar a otras mujeres y hombres decir que no es importante hablar de qué nos pasa con esas violencias, creyéndose más elevados ideológicamente por restarle importancia a algo que nos enferma", prosiguió Díaz.

"No alcanza con el “amor propio” y hay que dejar de responsabilizar a quienes sufren la violencia con exigencias de que se amen, de que deben aceptar sin chistar o ser depositarias con total pasividad de la mierda ajena por exponerse públicamente. Lisa y llanamente hay que cortar con la aceptación y el festejo de discursos odiantes sobre la corporalidad de los otros y sobre todo de Las otras. El territorio de batalla de las mujeres sigue siendo nuestro cuerpo. Y por fortuna pero también por desgracia nos organizamos, nos rodeamos, nos acompañamos, nos abrazamos y nos salvamos", añadió.