El poema que eligió Blanca Rodríguez para despedirse de su programa de radio y leer en su último día al aire

Este viernes, además de dejar "Subrayado", Blanca Rodríguez también cierra un ciclo en "Más temprano que tarde" de El Espectador. En su última emisión, eligió compartir un texto clásico asociado a la trascendencia y los finales.

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Blanca Rodríguez
Blanca Rodríguez en "Más temprano que tarde".
Foto: Archivo.

Redacción El País
Este viernes marca uno de los días más removedores en la carrera de Blanca Rodríguez. Es que además de ponerle fin a su ciclo de 34 años en Subrayado, la periodista también decidió despedirse de Más temprano que tarde, el programa de radio que hasta hoy condujo en El Espectador.

Mezcla de cultura, historias, entrevista y humor, este viernes Rodríguez salió al aire por última vez en el ciclo de la 810 AM que compartía con Diego Bello y Wilmar Amaral. Y como era de esperar, el asunto de su partida sobrevoló durante toda la emisión que comenzó sobre las 13.30.

"Voy a estar en otra, retirada", comentó en algún momento Blanca, distendida, hablando sobre su futuro. No dio detalles pero, ha dicho a lo largo de la semana, hará actividades que no estarán vinculadas a los medios.

Pero uno de los momentos especiales de la entrega llegó cuando unió dos de sus pasiones, la literatura (materia de la que es docente) y la comunicación, y leyó un poema acorde a las circunstancias tan particulares.

Ocurrió cuando estaban en el estudio los integrantes de una singular "logia", que son Mario Carrero, Freddy González, Gabriel Quirici y el propio Diego Bello, quienes conforman un espectáculo escénico llamado Masones eran los de antes, que tiene funciones agotadas en Magnolio Sala todos los miércoles hasta el 11 de setiembre.

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Blanca Rodríguez en "El Espectador".
Foto: Twitter "Más temprano que tarde".

En su presencia y mientras especulaban con el posible ingreso de Blanca a a hermandad, la conductora dijo que había elegido un texto para compartirles y que iba a la medida de lo que significaba ese día para ella. Así, leyó un clásico: "Amor constante más allá de la muerte", de Francisco de Quevedo, y todos la escucharon con atención y en absoluto silencio.

Este es el poema completo que eligió Blanca:

Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no, de esotra parte, en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía:
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.

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