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Un empresario argentino amigo del cantante Liam Payne, un empleado de mantenimiento del hotel donde se alojaba el excantante del grupo musical One Direction y un dealer fueron acusados por distintos delitos en relación a la investigación por la muerte del artista británico, ocurrida el 16 de octubre.

La figura penal por la que quedó imputado el hombre de negocios, que acompañó al músico durante los días que pasó en Argentina, fue abandono de persona.

En las últimas horas, la Justicia ordenó una serie de allanamientos: en el hotel de Palermo donde murió el cantante tras caer del balcón de una habitación en el tercer piso; en un campo de polo situado en General Rodríguez, en dos apartamentos de Palermo, uno en Retiro y otro en Abasto; en una casa situada en Tigre, en una vivienda en Lomas de Zamora y en un inmueble situado en Altos de Isidro Casanova, en La Matanza.

Foto: Captura de Instagram @liampayne.

Los operativos se concretaron un día antes de que los restos de Payne fueran llevados en un vuelo de British Airways a Gran Bretaña. La Justicia autorizó la entrega del cuerpo el viernes pasado, después de que concluyeran los estudios toxicológicos e histopatológicos para determinar cuál fue la causa de la muerte del artista. El avión con los restos del cantante partió con demora debido a la asamblea realizada por el personal de la empresa a cargo del servicio de cargas y equipajes en el aeropuerto de Ezeiza.

Según fuentes de la investigación, ocho de los nueve domicilios allanados están relacionados a los tres imputados en el expediente que se instruye en el juzgado Criminal y Correccional argentino, a cargo de la magistrada Laura Bruinard.

La decisión de los investigadores judiciales de identificar a los responsables de haber suministrado drogas a Payne se fundó en los resultados de la autopsia, que indicaron que el artista había consumido cocaína antes de arrojarse desde su habitación.

Foto: Captura de YouTube

El único operativo realizado en un objetivo que no pertenece a ninguno de los tres acusados se realizó en la casa ubicada en en Altos de Isidro Casanova. Allí, en una construcción con un living comedor que también es cocina y habitación, vivía una de las dos mujeres que estuvieron con Payne horas antes de que se arrojara desde una altura superior a los 15 metros.

Consultada por el diario La Nación, la vecina afirmó que hacía tiempo que nadie vivía en esa casa. Sin embargo, la luz encendida y un perro que no cesaba de ladrar indicarían que la vivienda era habitada por alguien que se tuvo que marchar presurosamente.

Tanto L. como A. —iniciales de los nombres de ambas mujeres— llegaron al hotel supuestamente convocadas por Payne, a través de una aplicación de acompañantes llamada “Gemidos”. Según declaraciones de testigos, quisieron cobrarle 5.0000 dólares dólares al artista, pero Payne se negó a pagar. Así se generó una discusión entre A. y L. con Payne, se excedió los límites de la habitación y llegó a la recepción.

Debido a que se negaban a retirarse sin cobrar y a que Payne no quería pagar, uno de los encargados del hotel se comunicó con el amigo del ex One Direction para que mandara el dinero. Pero no hubo respuesta del empresario argentino. Entonces, tras la intervención del empleado, L. y A. se retiraron.

Foto: La Nación/GDA

Ambas mujeres fueron las últimas personas que vieron con vida a Liam Payne y declararon como testigos. No obstante, una de ellas aparece en la mira de los investigadores judiciales debido a que no pudo explicar si Payne la convocó al hotel o fue alguno de los empleados del lugar.

La situación de la acompañante se complicó porque en la casa en la que vivía, en Altos de Isidro Casanova, los investigadores hallaron un frasco con marihuana. Según pudo comprobar el cronista del diario, después de la muerte de Payne, L. no regresó al lugar. Se estableció que pasó por la casa de su madre, situada en la misma zona de La Matanza.

Los funcionarios judiciales están sobre sus pasos debido a una serie de contradicciones en las que incurrió durante su declaración.