OBITUARIO
El dueño de clásicos como "Milonga de pelo largo", "Tablas" y "Vientos del Sur", falleció a los 76 años y dejó tras de sí un legado en la música uruguaya
Con la muerte de Gastón "Dino" Ciarlo, quien falleció en la noche del domingo a los 76 años, se cierra la carrera de uno de los artistas fundamentales de la escena local. Fue uno de los precursores del candombe-beat gracias a "Hay veces" y "Canta, canta, canta"; fue pionero del rock local gracias a su paso por el grupo Los Gatos, fue el mayor referente de la fusión entre milonga y rock, y, especialmente, dejó clásicos inoxidables como "Milonga de pelo largo", "Tablas" y "Vientos del Sur".
"En la noche de hoy, nuestro amado Gastón dejó este plano y se fue de guitarreadas con los que partieron antes. Te agradecemos por todo lo que nos dejaste, te vamos a extrañar cada día por el resto de nuestras vidas", se informó en su cuenta oficial de Facebook.
Quien también se pronunció al respecto fue el ministro de Educación y Cultura Pablo Da Silveira. "Con Dino se va una parte de todos nosotros. 'Milonga de pelo largo' y 'Vientos del Sur' fueron himnos de mi generación, en un Uruguay que recuperaba la democracia. Y supo seguir vigente hasta hoy. Gracias por tanto", expresó.
Con Dino se va una parte de todos nosotros. Milonga de pelo largo y Vientos del Sur fueron himnos de mi generación, en un Uruguay que recuperaba la democracia. Y supo seguir vigente hasta hoy. Gracias por tanto.
— Pablo da Silveira (@pdasilve) November 8, 2021
Este año, Ciarlo atravesó algunos problemas de salud que lo obligaron a poner en pausa sus planes musicales. Uno de ellos era el recital 50/25, que iba a ofrecer en setiembre junto a Walter Bordoni y Gastón Rodríguez en el Teatro Solís. Esa noche, que originalmente estaba planeada para marzo del 2020, marcaría la celebración de los 50 años de Underground, su primer disco solista, que influyó a unos cuantos artistas.
En aquel álbum de 1970, Ciarlo ya mostraba todos los elementos que lo convertirían en uno de los artistas más originales de la música uruguaya. A lo largo de las 10 canciones, interpreta "María" y "Pal' Cabral", dos claras muestras del naciente movimiento del candombe-beat. Sin embargo, la mayor sorpresa —y que se convertiría en su sello— es "Sendero de rosas", donde ofrece su distintiva mezcla entre milonga y folk. Fue de los primeros artistas locales en unir, además, el mundo del pop y el rock con el folclore, y su aporte, por fuera de la composición, tuvo que ver con su trabajo en los medios: fue locutor y desde su programa de radio, promovió las nuevas expresiones musicales de su tiempo.
Más adelante, en 1972, grabó junto a Montevideo Blues la primera versión de "Milonga de pelo largo", uno de los clásicos del cancionero local. Aquella letra, que en su aparente simpleza escondía una bellísima mezcla entre melancolía y esperanza, fue la postal justa de una época asfixiante. La canción adquirió otro estatus cuando Alfredo Zitarrosa decidió versionarla.
En una entrevista con La Diaria, Dino recordó su primera reacción tras escuchar la lectura de Zitarrosa. "No lo podía creer, no sabía qué decir. ¿Viste cuando quedás con la boca abierta? Recuerdo cuando pude escucharla bien en una grabación de un concierto que había dado en Santiago de Chile, que habla de la canción, me pareció brutal", dijo en 2017.
Tras integrar Los Moonlights, en 1976 grabó como solista Vientos del sur, que sería votado como el 26° mejor disco de la historia de la música uruguaya en una encuesta realizada el año pasado por El País. "No es milonga ni folk ni canción francesa, sino todo y nada de eso a la vez. Es Dino, el único que acompañado solo por una guitarra puede resumir tan bien una época y una forma de sentir, y a la vez trascenderla. Suena viejo y nuevo, melancólico y luminoso, muy nuestro y extranjero al mismo tiempo”, dijo el periodista y escritor Martín Otheguy para definir el álbum.
Luego llegarían otros discos solistas que hoy son emblemáticos, y se convertirían en uno de los más cotizados por los fanáticos de la música local en formato de vinilo: Hoy canto (1979), Milonga (1981) y Los tanos (1983). En esa trilogía, donde aparece más que nunca su canto profundo y su voz afectada, Dino desarrolló al máximo su interés por fusionar milonga con rock y folk. Sin dudas, la canción más emotiva de aquellos discos es "Tablas", que luego versionaría Jaime Roos en su disco Contraseña (2000), en el que la voz de Dino dice presente con el tema "El loco Antonio".
"Los hilos de mi vida, se van cortando, / Siento que hacia la tierra
me van llevando, / Pero aún tengo ganas, de abrir la puerta, / De gozar primaveras, / Y canto", decía aquella letra que hablaba sobre el deseo de morir en un escenario. Pablo Estramín también supo grabarla.
En 2021, Dino recibió el Premio Graffiti a mejor reedición por el nuevo lanzamiento de Punto y raya, su álbum de 1984. En 2006, estos reconocimientos a la música nacional le dieron el premio a la trayectoria, por la huella que dejó en el cancionero uruguayo y en varias generaciones. Las trazas de su obra están en Jaime y Estramín, ya mencionados; en Níquel Jorge Nasser, en Diego Presa y a través de él, en sus distintos proyectos (Buceo Invisible, El Astillero), en bandas como La Trampa o Milongas Extremas y llega hasta propuestas más actuales como la de Inquilinos del Reggae, banda que integra uno de sus hijos, Bruno Ciarlo.
En su última conversación con El País, luego de que el tornado ocurrido en Dolores dañara su casa y de que los artistas se unieran en un espectáculo a su beneficio, dijo: "Ser músico uruguayo en el Uruguay no es fácil. Ser músico uruguayo acá representa que siempre delante tuyo están los argentinos o los brasileros. Es como una broma trágica". Y agregó, sobre su legado: "Las cosas no se hacen por dinero. Nosotros hicimos las cosas por otra razón: se hacían porque había que hacerlas".
Con esa conciencia, ese deber ser, dejó una marca profunda que hoy reconocen, celebran y honran muchos de sus colegas.